Cánula nasal para oxigenoterapia: qué es, cómo se fabrica, cuándo usarla

La cánula nasal es un instrumento utilizado para apoyar la actividad respiratoria (ventilación artificial) durante la oxigenoterapia

La oxigenoterapia se refiere a la administración de oxígeno al paciente con fines terapéuticos, como parte de una terapia en casos de insuficiencia respiratoria crónica (como en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, bronquitis crónica, asma y algunos tipos de cáncer) e insuficiencia respiratoria aguda (como en emergencias, trauma, shock).

¿Cuándo se utiliza la oxigenoterapia?

La oxigenoterapia en general es necesaria en todas las situaciones que impliquen una reducción de los niveles de oxígeno (PaO2) en sangre.

La cánula nasal, en particular, es especialmente adecuada para la oxigenoterapia domiciliaria crónica, es decir, realizada en el domicilio del paciente o fuera del hospital, donde se requieren flujos de oxígeno bajos.

Las patologías en las que se suele utilizar son:

  • Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC);
  • bronquitis crónica;
  • asma;
  • bronquiectasias;
  • enfermedad intersticial;
  • insuficiencia cardiorrespiratoria avanzada;
  • tumores en etapa avanzada;
  • enfermedades neurodegenerativas avanzadas;
  • fibrosis quística;
  • enfisema pulmonar.

¿Cómo es una cánula nasal?

La cánula nasal consta de dos pequeños tubos que se insertan en la nariz y se aseguran por su paso detrás de las orejas y debajo del mentón, donde la cánula nasal se conecta a una cánula que, a su vez, se conecta a la fuente de suministro de oxígeno como un reservorio de oxígeno en forma gaseosa (cilindro).

La cánula puede variar en longitud, por ejemplo, 5 o 10 metros.

Una operación similar es la de la sonda de O2 o tubo de O2, pero con un solo tubo que, sin embargo, debe llegar profundamente a la nasofaringe.

El paciente, en el caso de una cánula nasal, debe respirar por la nariz y no por la boca.

Ventajas y desventajas de la cánula nasal

La cánula nasal entrega flujos bajos: 0.5 a 4-5 l/min, sin embargo, gracias a ella, el paciente puede hablar, comer o beber y suele estar cómodo.

Si los extremos que entran en las fosas nasales son demasiado incómodos, se pueden acortar con unas tijeras.

Aumentar el flujo en 1 litro de oxígeno por minuto a través de cánulas nasales generalmente corresponde a respirar aire con una concentración de oxígeno del 24%; añadiendo 2 litros de oxígeno a una concentración del 28%, y así sucesivamente, añadiendo un 4% por cada litro adicional de oxígeno a la concentración del aire ambiente (que es del 21%).

Cánula nasal de alto flujo

La cánula nasal de alto flujo consta de una unidad compresora, un mezclador, un humidificador activo, un circuito calentado y la pieza final, hecha de silicona suave y gruesa, que se coloca frente a las fosas nasales del paciente.

El objetivo es entregar oxígeno humidificado y tibio con FiO2 ajustable a través de flujos de hasta 60 l/min.

Esta oxigenoterapia tiene el beneficio de reducir los espacios muertos anatómicos, proporcionando una FiO2 constante y regulable, garantizando una buena humidificación, pero sobre todo dando un efecto PEEP (presión positiva al final de la espiración que recluta los alvéolos mejorando el intercambio).

A menudo se usa en cuidados intensivos o subintensivos porque es una buena alternativa a la ventilación no invasiva.

La comodidad a menudo no es ideal para el paciente, pero los resultados clínicos son excelentes.

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