¿Qué quieres decir con "estrés"?

Fuente: Estrés, cognición y rendimiento humano: una revisión de la literatura y un marco conceptual

¿Qué es estrés?

Es una pregunta que ha cautivado a muchos investigadores destacados de esta época. El término en sí es amorfo y sostiene la dificultad de discernir su significado. Las definiciones de estrés van desde la tensión metalúrgica hasta el ingenio emocional final. Aunque la convergencia en una definición común de estrés es altamente deseable, la comunidad científica no ha podido hacerlo. En cambio, la literatura de investigación refleja opiniones amplias y divergentes sobre el estrés.

Stokes y Kite (2001) sugieren que la versatilidad del término (su rango de aplicación) es su ruina como término o concepto científico útil, y no están solos en esta afirmación (Tepas & Price, 2001). En consecuencia, el estrés puede verse como, “... un agente, circunstancia, situación o variable que perturba el funcionamiento 'normal' del individuo ... el estrés [también] se ve como un efecto, es decir, el estado perturbado en sí mismo ... esta bifurcación de el significado es posiblemente la fuente más fundamental de confusión que rodea al concepto de estrés ". (pág.109). Stokes y Kite sostienen que no existen factores de estrés psicológico en ningún sentido absoluto y objetivo.

En su revisión de la construcción y su evolución, afirman que Existen dos modelos tradicionales de estrés psicológico, basados ​​en estímulos y basados ​​en respuestas.. El enfoque del estrés basado en el estímulo supone que ciertas condiciones son estresantes y dobla estos factores estresantes (es decir, carga de trabajo, calor y frío, presión de tiempo, etc.). Históricamente, esto ha resultado en que los investigadores seleccionen tales variables exógenas, las apliquen experimentalmente y concluyan que el resultado observado fue probablemente el resultado de una manipulación de "estrés". El enfoque se basa en una analogía de ingeniería (estrés mecánico y tensión emocional) que Stokes y Kite sostienen que es inadecuada. Argumentan que este modelo ignora las diferencias individuales, no evalúa las circunstancias y deja de lado las emociones: no somos solo máquinas que reaccionan a los estímulos ambientales. 2

El enfoque del estrés basado en la respuesta sostiene que el estrés se define por el patrón de respuestas (es decir, conductuales, cognitivas y afectivas) que resultan de la exposición a un factor estresante dado. En contraste con el enfoque basado en estímulos, estas variables pueden considerarse endógenas o provenientes del individuo. Este modelo se ha basado en gran medida en el trabajo de Yerkes y Dodson (1908) y más tarde Selye (1956) y encontró su énfasis en las dimensiones fisiológicas (esta evolución se describe con más detalle en la siguiente sección).

Stokes and Kite (2001) sugirió que las medidas fisiológicas no han logrado proporcionar una comprensión completa de la respuesta al estrés humano y no necesariamente equivalen al estrés psicológico, por lo que ha surgido un tercer enfoque para comprender la respuesta al estrés humano: el modelo transaccional. Los modelos transaccionales ven el estrés como la interacción entre el entorno y el individuo, enfatizando el papel de la evaluación individual de las situaciones en la configuración de sus respuestas. Desde el enfoque transaccional, el estrés se define como, "... el resultado de un desajuste entre las percepciones de los individuos de las demandas de la tarea o situación y sus percepciones de los recursos para hacerles frente". (P. 116). Los supuestos fundamentales que subyacen a este enfoque se discuten con mayor detalle durante una revisión de la literatura de evaluación cognitiva.

Parece que hay tantas definiciones de estrés como investigadores de estrés. Además de la dificultad para encontrar una definición adecuada para el estrés, está el hecho de que el término se utiliza en asociación con tantas construcciones diferentes. Por ejemplo, Tepas y Price (2001) sugirieron que el estrés está comúnmente relacionado con los siguientes conceptos: adaptación, ansiedad, excitación, agotamiento, afrontamiento, esfuerzo, agotamiento, exposición, fatiga, resistencia, carga mental, repetitividad, tensión, estrés y tensión. Dada la amplitud formidable del dominio, no es difícil ver por qué el estrés como construcción se ha vuelto difícil de manejar para la mayoría de los investigadores.

 

En aras de la simplicidad y la coherencia, he seleccionado una definición propuesta por McGrath (1976) que parece ser lo suficientemente amplia como para incorporar la mayoría de los supuestos actuales sobre qué es y qué no es el estrés, pero lo suficientemente enfocado como para ser significativo. McGrath conceptualizó el estrés como la interacción entre tres elementos: la demanda percibida, la capacidad percibida de hacer frente y la percepción de la importancia de poder hacer frente a la demanda. A diferencia de muchas definiciones previas de estrés, esta formulación incorpora claramente el proceso transaccional que se considera fundamental para las teorías de evaluación cognitiva actuales. Ya no se considera el estrés simplemente como un desajuste entre la demanda y la capacidad; por el contrario, la percepción que uno tiene de estos dos elementos, y lo que es más importante, el deseo o la motivación que uno experimenta para satisfacer la demanda, es fundamental para la construcción.

 

Si bien la definición de estrés de McGrath (1976) proporciona un concepto de alto nivel de estrés, dice poco o nada acerca de cómo el estrés afecta el rendimiento humano. Para hacerlo se requiere una teoría de los mecanismos subyacentes. Desafortunadamente, ningún marco unitario ha logrado el consenso de la comunidad científica. En cambio, se han propuesto y debatido varias teorías.

 

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