Descubre que tiene un raro tumor durante el embarazo: madre y bebé salvados por especialistas en el Policlínico de Milán

Mujer descubre que tiene un raro tumor durante el embarazo: una historia con final feliz en el Policlínico de Milán

Del sufrimiento a la alegría, la alegría única del nacimiento de un niño.

Una felicidad aún mayor porque vino después del riesgo de no poder dar a luz a su pequeña Nicola.

A la mitad de su embarazo, su madre descubrió que tenía un tumor raro y potencialmente letal, para ella y su bebé.

Y sin embargo, gracias a los especialistas del Policlinico di Milano, no solo se le extirpó el tumor, sino que se logró un final feliz: Laura ahora está en casa, amamantando a su bebé, y el único recuerdo de este tumor son tres cicatrices de unos pocos. milímetros.

Pero, ¿cómo fue posible el final feliz? Todo comenzó en el mejor momento de la vida de Laura: porque después de mucho esfuerzo y varios intentos, la prueba de embarazo finalmente salió positiva.

Durante los primeros meses no hubo problemas particulares.

Pero luego algo cambió.

Un dolor de estómago que no se le quitaba y un dolor de cabeza cada vez más frecuente la habían obligado a pedir ayuda a su ginecólogo, esperando que fueran los efectos normales del embarazo.

Pero sus instintos le dijeron que ese no era el caso.

De hecho, el médico encontró que su presión arterial era muy alta.

Durante los días siguientes, la situación empeoró y tuvo que ser ingresada en el hospital de su ciudad natal en la provincia de Milán.

Sin embargo, a pesar del tratamiento inicial, su condición no mejoró y su presión arterial alta estaba comenzando a poner en riesgo a su bebé.

Embarazo en riesgo: una ecografía de su abdomen mostró una masa sobre el riñón izquierdo, probablemente un tumor

Entonces se hizo imprescindible trasladar a Laura a la Clínica Mangiagalli en el Policlinico di Milano, un punto de referencia para embarazos complejos.

Aquí, la colaboración entre los especialistas de Endocrinología y Patología del Embarazo nos permitió dar un nombre inmediato a esa masa: era un feocromocitoma de 8 centímetros, un tumor muy peligroso para la vida de madre e hijo.

Este tumor afecta a la glándula suprarrenal, que se encuentra por encima del riñón. La función normal de la glándula suprarrenal es liberar hormonas que regulan muchos aspectos del cuerpo, incluida la presión arterial, los latidos del corazón y las reacciones al estrés.

Con el tumor, sin embargo, estas hormonas se volvieron 'locas', por eso el estado de Laura, embarazada ya de seis meses, era tan complicado.

El feocromocitoma es un tumor raro que afecta solo a 7 de cada 100,000 XNUMX embarazos.

Para este caso complejo, el Policlínico reunió a un equipo dedicado de expertos que podrían evaluar el mejor curso de acción de manera multidisciplinaria.

Como el embarazo ya estaba en el segundo trimestre, intervinieron ginecólogos, endocrinólogos, cirujanos, cardiólogos, anestesistas y reanimadores, y juntos decidieron extirpar el tumor con la mayor delicadeza posible para no correr el riesgo de un parto prematuro.

En la cirugía de extirpación del tumor también participarían ginecólogos y especialistas en Patología del Embarazo, para estar preparados ante cualquier necesidad.

Sin embargo, para poder intervenir, era esencial estabilizar primero la presión arterial de la futura madre, por lo que los médicos establecieron una terapia con medicamentos para mantenerla dentro de los límites durante al menos 10 días antes de la operación.

Nuestra experiencia en la extirpación de estos tumores”, explica Luigi Boni, Director de Cirugía General, que realizó la operación junto con Elisa Cassinotti, cirujana de su equipo, “nos permitió operar a través de pequeñas incisiones con una técnica laparoscópica mínimamente invasiva: este nos permitió no solo proteger al máximo el embarazo, sino también una recuperación más rápida después de la operación”.

El equipo multidisciplinario también estuvo integrado por Manuela Wally Ossola, jefa de Patología del Embarazo, y Maura Arosio, directora de Endocrinología.

La operación fue un éxito: el tumor fue extirpado por completo, mientras que el bebé seguía descansando en el vientre de su madre.

Al finalizar la operación, la mujer pudo escuchar en vivo los latidos del corazón de su bebé, sabiendo así con certeza que todo había ido bien.

A los pocos días de la operación Laura volvió a casa y su embarazo continuaba sin complicaciones.

Entonces finalmente llegó el día: a principios del noveno mes Nicola nació por cesárea.

El tumor es solo un mal recuerdo: el pequeño ya está en casa en brazos de su madre, quien después de tantas preocupaciones por fin puede cuidarlo, confiada en un futuro que hace solo unos meses parecía imposible.

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Fuente:

Policlínico de Milán

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