Elizabeth Blackwell: pionera en medicina

El increíble viaje de la primera doctora

El comienzo de una revolución

Elizabeth blackwell, nacida el 3 de febrero de 1821 en Bristol, Inglaterra, se mudó a Estados Unidos con su familia en 1832, estableciéndose en Cincinnati, Ohio. Después de la muerte de su padre en 1838, Isabel y su familia se enfrentaron dificultades financieras, pero esto no disuadió a Isabel de perseguir sus sueños. Su decisión de convertirse en médica se inspiró en las palabras de una amiga moribunda que expresó su deseo de ser tratada por una médica. En ese momento, la idea de una doctora era casi impensable y Blackwell enfrentó numerosos desafíos y discriminaciones a lo largo de su trayectoria. A pesar de esto, logró ganar aceptación en Facultad de Medicina de Ginebra en Nueva York en 1847, aunque su confesión inicialmente fue vista como una broma.

Superando retos

Durante sus estudios, Blackwell fue a menudo marginado por sus compañeros de clase y residentes locales. Enfrentó importantes obstáculos, entre ellos discriminación de profesores y exclusión de clases y laboratorios. Sin embargo, su determinación se mantuvo inquebrantable y finalmente se ganó el respeto de sus profesores y compañeros de estudios. graduándose primero en su clase en 1849. Después de graduarse, continuó su formación en hospitales de Londres y París, donde a menudo fue relegada a funciones de enfermería u obstetricia.

Un legado de impacto

A pesar de las dificultades para encontrar pacientes y ejercer en hospitales y clínicas debido a la discriminación de género, Blackwell no se rindió. En 1857 fundó la Enfermería de Nueva York para mujeres y niños con su hermana Emily y colega marie zakrzewska. El hospital tenía una doble misión: brindar atención médica a mujeres y niños pobres y ofrecer oportunidades profesionales a las doctoras. Durante el American Civil War, las hermanas Blackwell capacitaron a enfermeras para los hospitales de la Unión. En 1868, Isabel abrió una facultad de medicina para mujeres en la ciudad de Nueva York y en 1875, se convirtió en una profesor de ginecología en el nuevo Escuela de Medicina de Londres para Mujeres.

Un pionero y una inspiración

Elizabeth Blackwell no sólo superó increíbles barreras personales sino que también allanó el camino para las futuras generaciones de mujeres en la medicina. Su legado se extiende más allá de su carrera médica e incluye su papel en la promoción de la educación y la participación de las mujeres en la profesión médica. Sus publicaciones, incluida una autobiografía titulada “Trabajo pionero en la apertura de la profesión médica a las mujeres”(1895), son testimonios de su contribución duradera al avance de la mujer en la medicina.

Fuentes

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