A raíz del anuncio de la Organización Mundial de la Salud el lunes de que el virus Zika constituye una emergencia de salud pública, los grupos de investigación y las agencias públicas se están movilizando para abordar la infección emergente y sus presuntos vínculos con una forma devastadora de un defecto congénito conocido como microcefalia.

Funcionarios de la OMS enfatizado la falta de una vacuna que funcione, la ausencia de un análisis de sangre confiable para el virus y la escasez de inmunidad natural en el hemisferio occidental. Sus primeros pasos recomendados son controlar el vector de la enfermedad, el mosquito conocido como Aedes aegypti, y que las mujeres en riesgo tomen precauciones para evitar las picaduras de mosquitos.

La aparición repentina del virus en las Américas, y el vínculo aparentemente nuevo con el defecto congénito donde los cerebros de los bebés no se desarrollan completamente durante el embarazo, subrayan las enormes lagunas en nuestro conocimiento sobre la enfermedad, dijo el virólogo del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson Dr. Trevor Bedford.

Cualquier infección conlleva su propio conjunto de misterios. Pero el brote de Zika es frustrantemente desconcertante, incluso para una enfermedad relativamente nueva, dijo Bedford.

"En este momento parece que hay una gran cantidad de preguntas, más de lo que estoy acostumbrado en estas situaciones, [es decir], enfermedades virales emergentes", dijo.

Con ese fin, le pedimos a Bedford y a otros expertos en enfermedades infecciosas en el Hutch que señalaran lo que aún no sabemos sobre el Zika, y cómo los grupos de investigación pueden comenzar a tapar esos agujeros en el esfuerzo por detener la propagación del virus.