21 de septiembre, Día Mundial del Alzheimer: conozca más sobre esta enfermedad

Hay un espectro que se cierne sobre nuestra sociedad cada vez más curvada y aburrida: el nombre es Alzheimer, y es difícil de olvidar para cualquiera, excepto para los que lo padecen.

Los datos muestran la explosión. Según el Informe mundial de Alzheimer's Disease International, hay 35.6 millones de personas que padecen demencia en el mundo de hoy, una cifra que se duplicará para 2030 y triplicará para 2050.

En Europa, se espera que aumente en un 34% solo en esta década.

Son cifras alarmantes, que por un lado reflejan el envejecimiento cada vez más evidente de la población y, al mismo tiempo, reflejan el avance de la investigación, que todavía tiene muchas páginas por llenar.

De hecho, los fármacos disponibles en la actualidad solo son capaces de frenar la carrera hacia el olvido, que inevitablemente se lleva consigo a quienes rodean y cuidan al paciente.

La enfermedad de Alzheimer

Fase inicial

Trastornos leves de la memoria, similares a los que se experimentan bajo estrés: dificultad para recordar lo que almorzó, lo que hizo durante el día, nombres de personas, citas, códigos personales, etc.

Fase intermedia

Requiere asistencia frecuente.

La pérdida de memoria llega al punto de afectar el habla, habiendo olvidado el significado de las palabras.

Actividades como administrar el dinero, conducir o cocinar se vuelven imposibles y se necesita asistencia frecuente.

Fase avanzada

Requiere asistencia las XNUMX horas. El paciente se pierde y deambula, repite movimientos o acciones.

Pueden aparecer confusión, ansiedad, depresión, delirios, alucinaciones. Luego deja de hablar y moverse.

Comunicación en pacientes con Alzheimer

En la fase inicial, el Alzheimer no afecta predominantemente al lenguaje.

La aparición de la enfermedad está relacionada principalmente con un déficit de memoria y desorientación temporal.

Sin embargo, puede haber trastornos que afecten a la capacidad de expresarse, como el intercambio de palabras: puede suceder que el paciente utilice una en lugar de otra por confusión sobre la asonancia o el significado.

Por otro lado, existen dificultades para hacerse entender cuando se trata de un paciente con Alzheimer.

Por ello, es importante utilizar un lenguaje muy sencillo y evitar que varias personas se dirijan al paciente al mismo tiempo para evitar solapamientos que tendrían el efecto de desorientarlos.

También ayuda a expresarse con palabras de uso común que no sean demasiado complejas.

El área de la comunicación no verbal también es importante, es decir, la mímica y la expresión facial.

Todos estos aspectos no deben descuidarse, ya que el paciente los comprende más fácilmente.

Dirigirse a la persona mirándola a la cara con suavidad, con una sonrisa, ciertamente ayuda a entrar en una comunicación real.

Si te acercas a ellos de manera apresurada, quizás de espaldas sin siquiera hacer contacto visual, es más difícil que te entiendan.

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Fuente:

Hospital Niguarda

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