Cánceres de cabeza y cuello: una visión general

Cánceres de cabeza y cuello: ¿qué se sabe? Más de la mitad de la población no sabe qué son los 'cánceres de cabeza y cuello', y solo unos pocos saben que los virus, específicamente el Virus del Papiloma Humano - VPH, también pueden causarlos

La falta de información es a menudo responsable de la frecuente demora en el diagnóstico y, en consecuencia, en el tratamiento de este importante grupo de enfermedades cancerosas.

Cabeza y cuello los cánceres son difíciles de tratar cuando se diagnostican en una etapa avanzada o cuando la enfermedad se ha propagado a otros órganos.

¿Qué son los cánceres de cabeza y cuello?

El término 'tumores de cabeza y cuello' se refiere al cáncer que afecta a la boca, la lengua, las encías, la faringe, la laringe, la nariz, los senos paranasales y las glándulas salivales.

El órgano más frecuentemente afectado es la laringe, seguido de la cavidad oral y la faringe.

Dentro de cada órgano individual, es importante conocer la ubicación precisa del tumor (p. ej., la faringe se divide en nasofaringe, orofaringe o hipofaringe) para comprender la gravedad de la enfermedad.

La definición de la terapia más correcta la decide un grupo de médicos expertos en distintas especialidades, entre los que se encuentran el otorrinolaringólogo, el radioterapeuta y el oncólogo.

Cánceres de cabeza y cuello, datos epidemiológicos

Se estima que en Europa hay aproximadamente 140,000 casos de cáncer de cabeza y cuello y más de 65,000 muertes cada año están relacionadas con esta enfermedad 1;

En las mujeres, la incidencia va en aumento, ligada a un aumento de los cánceres de cavidad oral y faringe.

¿Cuáles son los principales factores de riesgo?

  • El consumo de tabaco (cigarrillos, puros, pipas, tabaco de mascar, rapé) – representa el mayor y más importante factor de riesgo. Se estima que el 85% de todos estos tipos de cáncer están relacionados con el tabaco;
  • Alto consumo frecuente de alcohol: sigue en importancia al tabaquismo. Solo parece aumentar el riesgo de 5 a 11 veces.
  • La asociación entre el tabaquismo y el alcohol aumenta aún más el riesgo;
  • Marijuana;
  • Tabaquismo pasivo, polvo de amianto, productos químicos de diversa índole;
  • Dieta baja en vitaminas A y B;
  • Higiene oral deficiente e incorrecta, especialmente en personas que usan dentaduras postizas;
  • Exposición al virus del papiloma humano (VPH): actualmente se considera que esta infección es muy importante en la génesis de algunas de estas enfermedades (especialmente las de la orofaringe y la boca). El mismo virus es responsable del cáncer de cuello uterino y se cree que la infección se transmite a través de las relaciones sexuales;
  • El virus de Epstein Barr está asociado con cánceres de la nasofaringe.

La importancia del diagnóstico precoz

Reconocer los síntomas y diagnosticar los cánceres de cabeza y cuello en una etapa temprana ofrece a los pacientes una esperanza de curación superior al 90 %.

Siempre que es posible, estos tumores se tratan con cirugía, pero a menudo existe el peligro de operaciones demoledoras e invasivas, ya que la enfermedad se diagnostica en un estadio avanzado en 9 de cada 10 casos.

La intervención precoz, que ofrece mayores posibilidades de recurrir a una cirugía menos invasiva, permite preservar la funcionalidad de la parte afectada por el tumor.

¿Cuáles son las principales técnicas de diagnóstico de los cánceres de cabeza y cuello?

El diagnóstico precoz de estas enfermedades se basa en el reconocimiento de los síntomas iniciales y un examen médico completo, como una exploración de la cavidad bucal.

Posteriormente, un diagnóstico exacto requiere una biopsia y el uso de investigaciones instrumentales como la fibroscopia, un examen endoscópico durante el cual a menudo es posible visualizar el tumor y su extensión.

¿Cómo se pueden reconocer los síntomas?

Los tumores de cabeza y cuello son de crecimiento lento en sus primeras etapas, lo que significa que los síntomas iniciales pueden ser leves e inespecíficos.

Esto puede causar un retraso en el diagnóstico.

Síntomas comunes de la enfermedad, pero que no deben ser alarmantes ya que también se pueden encontrar en enfermedades más frecuentes y menos graves, son por ejemplo

  • úlceras en la boca;
  • debilidad, anorexia y pérdida de peso por desnutrición debido a la dificultad para tragar;
  • emisión de sangre de la boca o del tracto respiratorio;
  • dolor de oidos;
  • dolor al tragar;
  • aparición de hinchazón en la región del cuello.

La sintomatología también puede adquirir características según el sitio de origen de la enfermedad:

  • en los tumores de laringe puede haber inicialmente cambios en la voz; más tarde, la deglución se vuelve difícil y/o dolorosa;
  • en los tumores de faringe puede haber sensación de cuerpo extraño o dolor en la garganta, dificultad para tragar, halitosis, voz nasal y producción excesiva de saliva. Muchos pueden sentir bultos en el cuello (ganglios linfáticos agrandados). Si el tumor se localiza en la base de la nariz, otros síntomas pueden ser alteraciones auditivas como pérdida de audición, zumbidos, silbidos, sensación de oído tapado, episodios repetidos y recurrentes de otitis, secreción nasal profusa, hemorragias nasales. En formas avanzadas pueden presentarse dolores de cabeza, pérdida del sentido del olfato, visión reducida y visión doble;
  • en los tumores de la boca, los síntomas iniciales son leves como pequeñas ampollas dolorosas, úlceras o heridas que no cicatrizan, dificultad en los movimientos de la lengua hasta la imposibilidad de abrir la boca en las formas más avanzadas;
  • en los tumores de los senos paranasales suele aparecer obstrucción nasal, copiosa secreción nasal y hemorragias nasales. El dolor, la sensibilidad facial alterada, los trastornos visuales y la desviación de la lengua son síntomas de enfermedad avanzada.

Por lo tanto, es importante reconocer los síntomas aparentemente inespecíficos, especialmente cuando están presentes en personas con riesgo de desarrollar cáncer de cabeza y cuello.

Ante la presencia de uno o varios de estos síntomas que no se resuelven en poco tiempo, es buena idea consultar a su médico oa un especialista.

multidisciplinariedad

A menudo, los pacientes reciben una combinación de diferentes modalidades de tratamiento y, por lo tanto, es esencial un enfoque multidisciplinario.

Un enfoque multidisciplinario significa un enfoque que involucra a varios especialistas, como el cirujano, el oncólogo y el radioterapeuta, que trabajan juntos para lograr el mejor resultado terapéutico.

En el cáncer de cabeza y cuello, el nutricionista, el rehabilitador (logopeda), el terapeuta del dolor, el odontólogo, el psicólogo y el trabajador social 5 también deben formar parte de este grupo de especialistas.

Se ha demostrado que el abordaje multidisciplinar se ha convertido en una necesidad ineludible, ya que puede contribuir a aumentar la supervivencia y mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes con cáncer de cabeza y cuello.

Cánceres de cabeza y cuello, terapias

En esta neoplasia existen varias terapias que se pueden utilizar de forma individual o conjunta.

Varios factores influyen en la elección de la terapia más adecuada, entre ellos:

  • la ubicación del tumor
  • la extensión del tumor;
  • la rapidez con que se ha propagado;
  • el estado general de salud;
  • los resultados estéticos y funcionales;
  • preferencia del paciente 5.

Las opciones de tratamiento incluyen:

La cirugía

Los pacientes con patología localizada que no se ha diseminado pueden ser intervenidos quirúrgicamente del tumor. La cirugía puede ir seguida de radioterapia.

Radioterapia

Los pacientes con tumores localmente avanzados que no pueden operarse pueden recibir radioterapia sola, radioterapia en combinación con un anticuerpo monoclonal o radioterapia en combinación con quimioterapia.

La radioterapia en combinación con anticuerpos monoclonales es tan eficaz como la combinación de radioterapia y quimioterapia, pero se asocia con menos toxicidad.

Quimioterapia

La quimioterapia se puede utilizar en pacientes que se someten a cirugía antes de la cirugía (cuando el tumor es grande o para reducir el tamaño o la cantidad de metástasis) o después de la cirugía para prevenir la recurrencia.

En etapas avanzadas (metastásicas), la quimioterapia se usa en combinación con un anticuerpo monoclonal para reducir la masa tumoral, aliviar los síntomas y el dolor, y prolongar la supervivencia 6.

Terapia dirigida

En los últimos años, un anticuerpo monoclonal dirigido al receptor del factor de crecimiento epidérmico ha ayudado a mejorar el tratamiento de estas enfermedades.

Este anticuerpo monoclonal se adhiere específicamente a las células tumorales y actúa interfiriendo con aquellas moléculas particulares que son necesarias para el crecimiento y la proliferación tumoral.

De esta forma, ayuda a reducir el tamaño del tumor, aumentando la esperanza de vida y aportando importantes beneficios en la calidad de vida de los pacientes, ya que reduce el impacto de los síntomas relacionados con esta enfermedad.

Bibliografía

GLOBOCAN (www.deep.iarc.fr, consultado en mayo de 2008)

AIRTUM, Tumores en Italia, Informe 2006

AIRTUM, Tumores en Italia, Informe 2010

licitra L; Olmi P (2011) Cánceres de cabeza y cuello. Integración terapéutica en la preservación de la función orgánica Springer

Fundación AIOM, Cánceres de cabeza y cuello

Cancer.net

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Fuente:

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