Artritis: qué es, cuáles son los síntomas y cuáles son las diferencias con la artrosis

La artritis es una condición inflamatoria que afecta una o más articulaciones y puede presentarse en forma aguda o crónica.

Hay varios tipos y formas de artritis, la más conocida es sin duda la artritis reumatoide.

Todas las formas de artritis tienen causas y características específicas y caen en la categoría más amplia de enfermedades reumáticas, que pueden ocurrir a cualquier edad.

Las más afectadas son las pequeñas articulaciones de las muñecas, manos, tobillos y pies. Descubra a continuación todo lo que necesita saber sobre esta afección inflamatoria, cuáles son los síntomas y las causas, cómo se diagnostica y cuál es la terapia recomendada.

¿Qué es la artritis?

El término “artritis” se refiere a una condición inflamatoria que involucra una o más articulaciones.

Estas estructuras anatómicas tienen la función de poner en contacto dos o más huesos y, por lo tanto, son esenciales para la movilidad de las extremidades y el esqueleto.

Existen muchos tipos de artritis y sus diversas formas constituyen en la actualidad un grave problema de salud pública dado el alto impacto en la población y los costos de tratamiento y seguridad social asociados.

La artritis es a menudo una condición crónica que, una vez que aparece, acompaña a la persona afectada por el resto de su vida, incapacitándola a veces incluso para realizar las tareas más simples.

De hecho, tanto en Estados Unidos como en Europa, la artritis, junto con otras enfermedades reumáticas, son consideradas como la principal causa de discapacidad en la población, especialmente en la tercera edad.

Artritis y artrosis: las diferencias

Todavía solemos confundir o asociar la artritis con la artrosis que, a pesar de tener algunas características en común y estar dentro de las patologías reumáticas, es sin embargo totalmente diferente de la patología en cuestión.

Pero, ¿en qué se diferencia de la artrosis?

La confusión entre ambos términos, además de la similitud terminológica, probablemente se deba a que ambas enfermedades atacan las articulaciones, provocando dolores que dificultan el movimiento de las extremidades.

Sin embargo, la diferencia sustancial radica en que la artrosis es una enfermedad articular degenerativa que conduce a la pérdida progresiva del cartílago articular.

El dolor provocado por la artrosis, por lo tanto, es un dolor mecánico causado por la cercanía antinatural y el contacto directo de las cabezas articulares.

Los síntomas dolorosos generalmente ocurren con el uso de la articulación y tienden a disminuir con el reposo.

La artrosis también se desarrolla principalmente en personas mayores de 50 años, a menudo con sobrepeso, y las articulaciones más afectadas son las más sujetas a pequeños traumatismos como las manos, los pies, las caderas, las rodillas y la columna vertebral.

A diferencia de la osteoartritis, la artritis puede afectar a personas de cualquier edad, y la persona afectada puede sentir dolor en cualquier momento del día.

Varios tipos de artritis

Como se mencionó anteriormente, las formas de artritis pueden ser diferentes y tener características específicas.

Veamos a continuación cuáles son los más comunes.

Artritis reumatoide

La artritis reumatoide se considera una enfermedad autoinmune, es decir, una condición mórbida que se desarrolla como resultado de un mal funcionamiento del sistema inmunológico.

Según el Manual MSD, la enfermedad afecta aproximadamente al 1% de la población y afecta predominantemente a mujeres de 2 a 3 veces más que a hombres.

Las personas pueden desarrollar artritis reumatoide a cualquier edad, aunque la enfermedad afecta con mayor frecuencia a personas más activas (entre 35 y 50 años).

Sin embargo, no es raro que la enfermedad afecte a personas de edad avanzada o incluso se desarrolle en la infancia.

Lamentablemente, aún se desconoce la causa desencadenante de la artritis reumatoide, aunque se han destacado varios factores de riesgo.

Estos incluyen la predisposición genética, pero también factores no genéticos y ambientales como el sexo, la edad, el tabaquismo, la alimentación, factores hormonales, socioeconómicos y el contacto con agentes infecciosos.

La artritis reumatoide es una de las enfermedades osteoarticulares más graves, ya que provoca un daño estructural severo en las articulaciones, provocando también un daño óseo secundario, complicaciones extraarticulares y aumentando el riesgo de mortalidad.

El blanco de los anticuerpos anormales que se forman en quienes padecen artritis reumatoide es la membrana sinovial que, aumentando de volumen debido a la inflamación, se expande hasta provocar la destrucción paulatina del cartílago.

Además, en los casos más graves, el proceso proliferativo alcanza tanto a los huesos como al resto de tejidos circundantes.

La enfermedad puede ser sistémica, y el proceso inflamatorio también puede afectar a nivel no articular, involucrando la piel, el sistema respiratorio, los ojos y el sistema linfoglandular.

Artritis de Gota

La artritis gotosa es un tipo de artritis causada por la formación y precipitación de pequeños cristales de ácido úrico alrededor y en las articulaciones.

Como resultado de esta disfunción, la articulación se inflama y causa al paciente un dolor intenso.

El proceso inflamatorio puede afectar a cualquier articulación aunque suele desarrollarse mayoritariamente en los miembros inferiores.

La patología es mucho más frecuente en los hombres, generalmente entre los 40-50 años, mientras que en las mujeres suele aparecer solo durante la menopausia.

Los factores de riesgo para la inflamación incluyen: consumo de drogas, mala alimentación, abuso de alcohol u otras enfermedades preexistentes.

La artritis psoriásica

Esta enfermedad inflamatoria crónica afecta las articulaciones de las personas con la enfermedad de la piel llamada psoriasis o que tienen familiares con la enfermedad.

Generalmente, los afectados desarrollan primero psoriasis y luego artritis, pero hay casos en los que ocurre lo contrario.

El estado inflamatorio se desarrolla con mayor frecuencia en personas de entre 30 y 50 años y afecta por igual a hombres y mujeres.

Las causas de la artritis psoriásica son hasta ahora desconocidas.

Sin embargo, se ha establecido que la enfermedad se desarrolla cuando el sistema inmunitario ataca las células sanas del cuerpo, provocando una producción excesiva de células de la piel e inflamación de las articulaciones.

Las razones de esta reacción del sistema inmunológico aún no se conocen, pero se supone que los factores genéticos y ambientales juegan un papel importante en los sujetos predispuestos.

Artritis septica

Este tipo de inflamación articular es causada por un agente infeccioso (bacteria, hongo o virus) en otra parte del cuerpo que puede llegar a la articulación posteriormente a través del contacto o la sangre.

Por lo general, solo se ve afectada una articulación, generalmente una grande como la rodilla o la cadera, pero también puede afectar las articulaciones de la muñeca, el hombro, el tobillo o el codo. Los sujetos más afectados son los ancianos y los niños.

La presencia de patologías articulares preexistentes, el consumo de drogas, la presencia de enfermedades que favorecen las infecciones y el abuso de alcohol y drogas se encuentran entre los principales factores de riesgo para esta patología.

La artritis reactiva

La artritis reactiva tiene un doble origen: infeccioso y autoinmune.

De hecho, se denomina reactiva porque es una respuesta articular anormal a un factor infeccioso que suele afectar al tracto genitourinario o gastrointestinal.

Síntomas

Al ser una inflamación de las articulaciones, los síntomas y signos de la artritis afectan principalmente a las articulaciones.

Las personas que padecen esta enfermedad generalmente se quejan de:

  • Dolor;
  • inflamación de articulaciones;
  • rigidez articular;
  • Enrojecimiento de la zona afectada y fuerte sensación de calor;
  • Movilidad reducida.

Algunas formas de artritis también pueden afectar otras regiones anatómicas como la piel, los ojos, el sistema linfoglandular y el sistema respiratorio.

Estos síntomas pueden ser tanto constantes como intermitentes y con distintos grados de intensidad.

Diagnóstico y terapia.

Como hemos visto anteriormente, existen numerosos tipos de artritis, por lo que es necesario consultar a un médico para realizar una historia detallada y entender qué tipo de artritis es y posiblemente poder entender las causas.

El especialista no solo tendrá que analizar el estado de las articulaciones, sino también realizar una visita completa para evidenciar cualquier alteración que haya podido derivar en una enfermedad reumática.

Por tanto, se podría recomendar al paciente tanto pruebas de laboratorio (análisis de sangre, orina, líquido sinovial, etc.) como/o instrumentales (ecografía, radiografía y, en algunos casos, resonancia magnética).

El objetivo será no solo llegar a un diagnóstico, sino también comprender la gravedad de la enfermedad para comprender cuál será el mejor enfoque terapéutico para el paciente.

Dependiendo del tipo de artritis diagnosticada, el médico puede prescribir una terapia específica para el paciente, que generalmente tiene dos propósitos principales:

  • Reducir el dolor causado por la inflamación y evitar que se vuelva crónico;
  • Mejorando la motricidad del paciente, mejorando su calidad de vida.

El médico podría prescribir al paciente no sólo fármacos que modifiquen la progresión de la enfermedad y AINE para aliviar el dolor, sino también dar indicaciones de cambios en el estilo de vida (tomar unos días de descanso, dejar de fumar y de beber alcohol, etc.).

También se pueden prescribir sesiones de fisioterapia a la persona que padece artritis con el objetivo de mejorar la movilidad.

En los casos más graves, la cirugía puede ser útil.

La cirugía será necesaria si la artritis en etapa avanzada ha dañado irreparablemente la articulación, tanto que requiere el reemplazo o la fijación de los extremos de los huesos afectados por el daño articular.

Para no correr el riesgo de sufrir daños articulares graves, es aconsejable que se ponga en contacto con su médico o reumatólogo inmediatamente si experimenta los síntomas clásicos de la artritis.

De esta forma se podrá iniciar de inmediato el tratamiento más adecuado para el caso y contener la inflamación.

Lee también

Emergency Live Aún más… Live: Descargue la nueva aplicación gratuita de su periódico para IOS y Android

Artrosis: qué es y cómo tratarla

Artritis séptica: síntomas, causas y tratamiento

Artritis Psoriásica: ¿Cómo Reconocerla?

Artrosis: qué es y cómo tratarla

Artritis idiopática juvenil: estudio de la terapia oral con tofacitinib por Gaslini de Génova

Enfermedades reumáticas: artritis y artrosis, ¿cuáles son las diferencias?

Artritis reumatoide: síntomas, diagnóstico y tratamiento

Dolor articular: ¿artritis reumatoide o artrosis?

Artrosis Cervical: Síntomas, Causas Y Tratamiento

Cervicalgia: ¿Por qué tenemos dolor de cuello?

Artritis Psoriásica: Síntomas, Causas Y Tratamiento

Las causas del dolor lumbar agudo

Estenosis Cervical: Síntomas, Causas, Diagnóstico Y Tratamiento

Collarín Cervical En Pacientes Traumatizados En Urgencias: Cuándo Utilizarlo, Por Qué Es Importante

Dolores de cabeza y mareos: podría ser migraña vestibular

Migraña y cefalea tensional: ¿cómo distinguirlos?

Primeros Auxilios: Distinguiendo Las Causas Del Mareo, Conociendo Las Patologías Asociadas

Vértigo posicional paroxístico (VPPB), ¿qué es?

Mareos cervicales: cómo calmarlos con 7 ejercicios

¿Qué es la cervicalgia? La importancia de una postura correcta en el trabajo o al dormir

Lumbago: qué es y cómo tratarlo

Dolor de espalda: la importancia de la rehabilitación postural

Cervicalgia, a qué se debe y cómo tratar el dolor de cuello

Artritis reumatoide: síntomas, causas y tratamiento

Artrosis De Las Manos: Síntomas, Causas Y Tratamiento

Artralgia, cómo lidiar con el dolor articular

Fuente

páginas blancas

Quizás te interese