Autismo, trastornos del espectro autista: causas, diagnóstico y tratamiento

El autismo se manifiesta en los primeros años de vida. Los padres pueden notar las dificultades del niño para comunicarse y su comportamiento repetitivo y mecánico.

Los trastornos del espectro autista son una combinación de varios cambios en el desarrollo neurológico vinculados a una maduración cerebral anormal que comienza en el feto, mucho antes de que nazca el niño.

El trastorno varía mucho de un caso a otro, pero generalmente se caracteriza por problemas de comunicación e interacción social, e intereses y comportamientos restringidos y repetitivos.

En el pasado, los trastornos del espectro autista recibieron diversos nombres debido a la gran variabilidad de un niño a otro:

  • Diferentes subtipos a los que se hacía referencia en el pasado, por ejemplo, como 'trastorno autista';
  • Síndrome de Asperger;
  • El trastorno generalizado/generalizado del desarrollo no especificado;
  • Trastorno autista de alto funcionamiento.

Hoy se estima que al menos uno de cada 100 niños tiene un trastorno del espectro autista.

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¿Cuáles son las causas del autismo?

Hasta la fecha no conocemos las causas exactas que conducen al autismo, aunque la investigación ha avanzado muy significativamente.

Por ejemplo, conocemos muchas alteraciones genéticas que están vinculadas a los trastornos del espectro autista.

Es probable que estos genes puedan interactuar entre sí y con el medio ambiente para causar autismo.

Ahora hay amplia evidencia de que las causas de los trastornos del espectro autista no son errores educativos ni conflictos familiares.

Los niños autistas nacen con este trastorno y los padres no son responsables de ello.

¿Cuándo y cómo se manifiesta el autismo?

El desarrollo social y comunicativo comienza a una edad muy temprana.

Desde las primeras etapas de desarrollo, los niños participan activamente en la interacción con su entorno.

Signos de un correcto desarrollo socio-relacional pueden ser:

El primero sonríe;

  • Los primeros gestos intencionales (incluido el gesto de señalar, que aparece entre el primer y segundo año de vida).
  • El desarrollo de los gestos intencionales acompaña ya menudo precede al del lenguaje.

Las primeras palabras normalmente comienzan a surgir alrededor del primer año de vida y las primeras combinaciones de palabras aparecen alrededor de los 18 meses.

Los trastornos del espectro autista suelen aparecer en los primeros años de vida de un niño.

Los padres son generalmente los primeros en darse cuenta de las dificultades de sus hijos a los 18 meses.

En casos muy leves, esto puede suceder incluso después de 24 meses.

En algunos niños, los padres informan de un desarrollo aparentemente adecuado hasta los 18 meses, seguido de una detención y regresión de las habilidades ya adquiridas.

Las primeras señales de alarma suelen ser:

  • Problemas de comunicación y socialización. Los niños con trastornos del espectro autista manifiestan ante todo dificultades en la comunicación no verbal: no miran a los ojos y evitan mirarse entre ellos, parecen ignorar las expresiones faciales de mamá y papá y no parecen capaces de usar expresiones faciales y gestos para comunicarse, tienen poco interés por los demás y sus actividades, poco interés por otros niños, etc.;
  • Presencia de conductas estereotipadas como el interés excesivo por determinados objetos o partes de los objetos, apego excesivo a conductas rutinarias, presencia de gestos manuales y corporales siempre iguales y repetidos.

¿Cómo se diagnostica el autismo?

El diagnóstico es “clínico”, es decir, basado únicamente en la observación del niño.

No existen pruebas de laboratorio o de imagen (tomografía computarizada, resonancia magnética, etc.) que puedan confirmar el diagnóstico.

Por ello, es recomendable contar con centros sanitarios especializados y un equipo multidisciplinar, formado por neuropsiquiatra infantil, psicólogo y logopeda.

El equipo estará adecuadamente preparado para una evaluación clínica global del niño.

Se realizan pruebas específicas útiles para ayudar a los médicos en la búsqueda de un diagnóstico:

  • El ADOS-2 (Autism Diagnostic Observation Schedule-2nd Edition);
  • La ADI-R (Entrevista de Diagnóstico de Autismo-Revisada).

La primera prueba se basa en la observación del juego, mientras que la segunda prueba es una entrevista recopilada de los padres para investigar la presencia de síntomas del espectro autista.

En la fase de diagnóstico, es fundamental investigar, además de los síntomas relacionados con el autismo, el funcionamiento cognitivo, la conducta adaptativa y las habilidades lingüísticas del niño.

¿Cómo se realiza la prueba?

Las reuniones con el niño tienen como objetivo evaluar la presencia de síntomas típicos de un trastorno del espectro autista, así como las habilidades cognitivas, adaptativas y del lenguaje del niño y la posible presencia de enfermedades mentales asociadas.

Las reuniones con los padres recopilan información sobre el comportamiento del niño y reconstruyen las primeras etapas de la vida y el crecimiento.

Esto define el período de adquisición de las etapas de desarrollo psicomotor, lingüístico y social.

Tratamiento del autismo:

Una vez definido el diagnóstico, es necesario diseñar una intervención rehabilitadora eficaz.

La etapa de desarrollo y la diversidad de cada niño con trastorno del espectro autista siempre deben tenerse en cuenta al elegir la terapia.

En 2011, el Istituto Superiore di Sanità (ISS) emitió una Guía para el tratamiento de los trastornos del espectro autista en niños y adolescentes.

Los tratamientos más efectivos son:

  • Programas psicológicos y conductuales estructurados (Applied Behavioral Analysis – ABA, Early Intensive Behavioral Intervention – EIBI, Early Start Denver Model – ESDM) destinados a modificar el comportamiento del niño para promover una mejor adaptación a la vida diaria;
  • Intervenciones mediadas por los padres: los padres son guiados por profesionales para aprender y aplicar en la vida cotidiana los métodos de comunicación más adecuados para fomentar el desarrollo y las habilidades comunicativas de sus hijos.

Podemos definir una intervención como adecuada cuando:

  • Es temprano (dentro de 2-3 años);
  • Es intensivo (20/25 horas semanales de oportunidades de aprendizaje en las que el niño participa activamente en actividades psicoeducativas planificadas y adaptadas a su nivel de desarrollo, distribuidas en los diferentes contextos de vida: centro terapéutico, familia y escuela) ;
  • Prevé la participación activa de la familia y la escuela;
  • Se caracteriza por la medición constante del progreso.

¿Cuál es el comportamiento más adecuado a adoptar?

Dada la especificidad de los síntomas que presentan los niños con trastorno del espectro autista, es útil adoptar estrategias de interacción que se adapten en la medida de lo posible a sus dificultades de interacción y comunicación.

Al interactuar con su hijo, es útil tener en cuenta ciertas precauciones:

  • Mantenga una postura que fomente el contacto visual y la interacción cara a cara;
  • Seguir el interés del niño para tratar de involucrarlo en actividades compartidas;
  • Hable en un lenguaje sencillo, adecuado a las habilidades lingüísticas del niño.

Para los padres, puede ser útil, especialmente en las primeras etapas después del diagnóstico, realizar un entrenamiento para padres o una terapia mediada por los padres para fomentar la interacción correcta con el niño.

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Fuente:

el niño Jesús

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