Cánceres de cabeza y cuello: síntomas, diagnóstico y tratamiento

Los cánceres de cabeza y cuello, también llamados tumores de cabeza y cuello, incluyen tumores muy diferentes que se originan en los órganos y estructuras del área de la cabeza y el cuello, incluido el tracto aerodigestivo superior

En general, los cánceres de cabeza y cuello representan alrededor del 10 al 12 % de todos los tumores malignos en los hombres y del 4 al 5 % en las mujeres.

En general, en Italia, según las estimaciones de AIRTUM 2020, hay 9,900 diagnósticos, de los cuales 7,300 hombres y 2,600 mujeres, con una supervivencia a los 5 años después del diagnóstico del 57 % en hombres y del 58 % en mujeres.

El pronóstico varía mucho según el estadio de la enfermedad y en particular la afectación de los ganglios linfáticos, la aparición o ausencia de recidivas locorregionales oa distancia tras el tratamiento inicial.

Estos tumores representan un importante problema clínico y social debido a las delicadas funciones orgánicas que pueden afectar.

Los factores de riesgo conocidos que subyacen a la mayoría de los casos de cabeza y cuello los cánceres son el tabaquismo, el alcohol y ciertos virus.

¿Qué son los cánceres de cabeza y cuello?

Los cánceres de cabeza y cuello incluyen:

  • Tumores de la cavidad oral (labios, lengua, piso oral, mucosa de las encías, paladar)
  • tumores de la faringe (nasofaringe, orofaringe e hipofaringe)
  • tumores de la laringe
  • tumores de las fosas nasales y senos paranasales
  • tumores de las glándulas salivales (glándulas salivales parótidas, submandibulares, sublinguales y menores)
  • tumores de tiroides y paratiroides
  • tumores de los ganglios linfáticos del cuello
  • tumores de la piel de la cabeza y el cuello
  • Tumores del oído y del hueso temporal.
  • tumores de la orbita del ojo
  • Tumores de la base del cráneo.

¿Cuáles son los factores de riesgo de los cánceres de cabeza y cuello?

De los factores de riesgo conocidos para los cánceres de cabeza y cuello, el tabaquismo y el consumo de alcohol son, en general, los principales culpables.

También se reconocen otros factores de riesgo para algunos de estos tumores, como:

  • mala higiene bucal
  • mal consumo de verduras y frutas
  • exposición a determinadas sustancias (como en el caso de los tumores de los senos paranasales, que tienen mayor incidencia en quienes trabajan con la madera, como carpinteros y parquetistas)
  • infecciones virales con el virus de Epstein Barr (EBV) o el virus del papiloma humano (VPH) (considerado entre las causas de algunas formas de cáncer de cabeza y cuello).

¿Cuáles son los síntomas de los cánceres de cabeza y cuello?

Los cánceres de cabeza y cuello se manifiestan con diferentes síntomas según la zona afectada.

En general, síntomas como:

  • ardor o dolor en la boca, en asociación con ulceraciones o neoformaciones, a veces sangrantes, que tienen dificultad para cicatrizar
  • disminución de la voz (disfonía) que persiste durante más de dos o tres semanas
  • dificultad para respirar o una sensación de "bulto" en la garganta
  • dolor o dificultad para tragar con radiación en un oído
  • hinchazón del cuello en las regiones lateral (enfermedad de los ganglios linfáticos) o anterior (glándula tiroides)
  • hemorragias nasales con obstrucción respiratoria o dolores de cabeza intensos.

¿Cómo se diagnostican los tumores de cabeza y cuello?

El diagnóstico de los tumores de cabeza y cuello se basa en la valoración clínica de los síntomas referidos por el paciente y la recogida de su historia clínica (anamnesis), junto con exámenes radiológicos instrumentales (para valorar cualquier extensión local, regional o a distancia del tumor, para poder realizar una correcta planificación terapéutica) y exploraciones endoscópicas.

Estas son las exploraciones fundamentales para el diagnóstico de los tumores de cabeza y cuello:

  • Endoscopia: se realiza con un endoscopio rígido o flexible con una cámara conectada a un monitor o sistemas de grabación que nos permite ver cualquier lesión.
  • Biopsia: permite conocer el tipo de tumor y su agresividad biológica, gracias al análisis histológico de una muestra de tejido tomada bajo anestesia local o general. En el caso de agrandamiento de las porciones laterales o de la región anterior del cuello, se realiza una biopsia con aguja, es decir, una biopsia guiada por ecografía utilizando una aguja un poco más grande que una jeringa que succiona las células a examinar a través de la piel.
  • Ultrasonido: este es un método de diagnóstico por imagen que utiliza ultrasonido y no utiliza radiación ionizante. Se utiliza para el diagnóstico correcto de ganglios linfáticos patológicos y para la evaluación de tumores de glándulas salivales y tiroides.
  • Resonancia magnética (RM): proporciona imágenes detalladas de la región a estudiar mediante campos magnéticos, sin exponer al paciente a radiaciones ionizantes. Es el examen más adecuado para definir la extensión del tumor y su relación con las estructuras vecinas, así como para reevaluar a los pacientes después del tratamiento. Puede ser necesaria la administración intravenosa de medio de contraste: el más común es el gadolinio.
  • Tomografía axial computarizada (TC): es un examen de rayos X que utiliza radiación ionizante. Para obtener más información sobre la vascularización de órganos y tejidos, se utiliza un medio de contraste a base de yodo, que se inyecta por vía intravenosa. Es una alternativa válida a la Resonancia Magnética Nuclear en la estadificación de la enfermedad y puede ser complementaria a ésta para estudiar la afectación de estructuras óseas y excluir la presencia de localizaciones pulmonares o encefálicas a distancia.
  • Tomografía por emisión de positrones (PET) con 18-fluorodesoxiglucosa (FDG): es un examen que consiste en la administración intravenosa de glucosa marcada con una molécula radiactiva (Flúor 18) que se acumula en los tumores hambrientos de glucosa. La exploración PET detecta la acumulación de 18-FDG, lo que permite una identificación muy precisa del sitio de la enfermedad, la afectación de los ganglios linfáticos locorregionales y las localizaciones distantes en la estadificación. Es útil en el seguimiento postratamiento para detectar cualquier recurrencia.
  • Exámenes de sangre: son indispensables diagnósticamente solo en casos de patología de glándula tiroides y glándula paratiroides, para calcitonina (hormona clave para el diagnóstico de carcinoma medular de tiroides) y parathormona, realizados durante y después de la cirugía para extirpar adenomas paratiroideos, ya que es un valor de evaluación. para el éxito terapéutico.

¿Cuáles son los tratamientos para los tumores de cabeza y cuello?

La elección de los tratamientos para los tumores de cabeza y cuello depende del tipo de tumor, la localización, el estadio de la enfermedad y el estado general o voluntad del paciente.

El tratamiento de estos tumores implica, además de la cirugía y el tratamiento médico, un protocolo de controles médicos, instrumentales y de laboratorio, a intervalos variables pero regulares, para interceptar precozmente y anticipar cualquier recaída (recurrencia) local, regional oa distancia de la enfermedad.

A veces, la terapia también puede incluir apoyo de rehabilitación de terapia del habla para la reanudación de la fonación y la deglución.

La cirugía es muy a menudo el tratamiento de primera elección para los tumores de cabeza y cuello.

Hoy, gracias a las nuevas tecnologías y al mejor conocimiento de la biología tumoral, el paciente obtiene resultados oncológicos válidos con cirugía mínimamente invasiva, incluyendo cirugía láser y robótica, lo que ha permitido realizar operaciones mucho más conservadoras que en el pasado.

Además, el abordaje mínimamente invasivo permite una cirugía sin incisiones en la piel, con una estancia hospitalaria y un tiempo de convalecencia más cortos, y una reanudación más rápida de los hábitos y actividades normales de la vida diaria.

En particular, la cirugía láser transoral permite tratar enfermedades de la boca, la faringe y especialmente la laringe, mientras que los tumores de pequeño y mediano tamaño pueden extirparse sin incisiones en el cuello y, gracias al uso de un microscopio quirúrgico o un exoscopio, pueden eliminarse minimizando el daño funcional.

En los casos en que las técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas o robóticas no son viables, se mantienen vigentes los procedimientos tradicionales realizados de forma que se eviten demoliciones masivas y daños funcionales.

Los tumores malignos de la laringe, por ejemplo, son hoy en día más a menudo tratables con métodos quirúrgicos y técnicas conservadoras que con la tradicional extirpación en bloque del órgano de la voz.

En los casos en que aún hoy es ineludible la extirpación del órgano fonatorio, la tecnología brinda la posibilidad de aplicar prótesis para reemplazar las cuerdas vocales.

Cirugía reconstructiva

El tratamiento quirúrgico de los tumores de cabeza y cuello debe tener en cuenta no sólo la extirpación radical de la enfermedad, sino también el aspecto conservador estético y funcional.

La cirugía reconstructiva, además de reconstruir tejido cutáneo, mucoso, muscular o óseo, garantiza una mejora en las posibilidades de recuperación de las funciones deglutorias y respiratorias.

La reconstrucción puede realizarse mediante el uso de colgajos locales, regionales o remotos.

En este último caso, el uso de colgajos definidos como 'libres' implica el uso del microscopio o exoscopio para el taponamiento de anastomosis microvasculares.

La Unidad Operativa de Otorrinolaringología utiliza tecnología de impresión 3D para la planificación preoperatoria ablativa y reconstructiva en colaboración con la Unidad de Ingeniería Clínica.

Las técnicas utilizadas también permiten la preservación de importantes aspectos funcionales inherentes al componente nervioso, como en los tumores de glándulas salivales y de hueso temporal (nervio facial), tumores de tiroides (nervio laríngeo inferior o recurrente).

En tales casos, el uso de sistemas de monitorización intraoperatoria de la actividad de estos pares craneales puede preservar su función.

Radioterapia

La radioterapia es uno de los principales tratamientos terapéuticos de los tumores en la región de cabeza y cuello.

Gracias a nuevas técnicas como la radioterapia de intensidad modulada y guiada por imagen digital (IMRT/IGRT), la radioterapia moderna permite que altas dosis de radiación se dirijan solo a la masa tumoral, minimizando así los efectos secundarios esperados de los órganos sanos cercanos al tumor. .

Por sí sola, como tratamiento de primera elección, la radioterapia con intención curativa está frecuentemente indicada en tumores nasofaríngeos o en el tratamiento de cáncer de laringe en etapa temprana, como una alternativa no invasiva a la cirugía.

Como tratamiento exclusivo, la radioterapia también puede estar indicada para reducir los síntomas o las consecuencias de la progresión local de la enfermedad con el fin de mejorar la calidad de vida del paciente.

La radioterapia, en combinación con la quimioterapia, puede ser una opción de tratamiento alternativa en los casos en los que solo sea técnicamente posible la cirugía demoliente debido a la extensión locorregional de la enfermedad: en estos casos, la radioterapia tiene como objetivo la preservación del órgano.

La radioterapia postoperatoria prescrita a los pocos meses de la cirugía, está indicada cuando no ha sido posible la erradicación quirúrgica completa del tumor, por la presencia de enfermedad residual o factores de riesgo de recidiva local.

Por el contrario, la radioterapia, incluso mucho tiempo después de la cirugía, está indicada en los casos en los que hay recurrencia local de la enfermedad: en estos casos, se habla de radioterapia de rescate.

En casos seleccionados de pacientes que a menudo ya reciben radioterapia estándar, se puede dar un tratamiento dirigido con precisión milimétrica a pequeños tumores de cabeza y cuello, gracias a la radiocirugía, una técnica de radioterapia que se realiza en pocas sesiones (3-5).

Quimioterapia

La quimioterapia en tumores de cabeza y cuello puede estar indicada en la enfermedad avanzada para reducir el volumen de la masa tumoral antes de la cirugía de extirpación; en combinación con radioterapia, la quimioterapia puede estar indicada como alternativa a la cirugía muy incapacitante y demoledora, en el caso de tumores muy grandes, o como tratamiento de primera elección en tumores pequeños de nasofaringe y amígdalas palatinas.

La quimioterapia también se utiliza para el control de tumores metastásicos.

Otra opción terapéutica la proporcionan los fármacos biológicos activos frente a determinados factores de crecimiento tumoral, que permiten reducir la toxicidad de la quimioterapia y extender el tratamiento a grupos de edad más avanzados que antes no eran prácticos.

Seguimiento

Después del tratamiento del cáncer de cabeza y cuello, es necesario realizar controles periódicos para garantizar que el tumor no vuelva a aparecer o que no se desarrolle un segundo (nuevo) tumor primario.

Según el tipo de cáncer, los controles médicos pueden incluir exámenes especializados de otorrinolaringología, oncología y radioterapia y exámenes radiológicos (TC, RM, PET). Puede ser necesario evaluar la función tiroidea y pituitaria después del tratamiento con radioterapia.

Además, en el caso de fumadores, el médico aconsejará a los pacientes que dejen de fumar.

Las investigaciones han demostrado que un paciente con cáncer de cabeza y cuello que sigue fumando puede reducir la eficacia del tratamiento y aumentar la posibilidad de un segundo tumor primario (pulmón, esófago cervical).

En los tumores VPH+, la detección de tumores relacionados con el VPH de la región anogenital puede ser útil.

Desde el diagnóstico hasta el final del tratamiento, los pacientes reciben la mayor parte de la atención médica de parte de especialistas en cirugía y oncología radioterápica).

Una vez finalizado el tratamiento, se derivan al médico de cabecera.

Una vez finalizado el tratamiento, se informará al paciente sobre la frecuencia de las revisiones y los síntomas a vigilar que sugieran recidiva o toxicidad del tratamiento.

Es necesario informar al médico sobre el tratamiento recibido y reservar exámenes y exámenes radiológicos de acuerdo con los procedimientos y plazos establecidos en el plan de tratamiento.

Supervivencia

La supervivencia de los cánceres de cabeza y cuello se centra en los problemas de salud y psicofísicos y socioeconómicos después de completar el tratamiento primario del cáncer.

Los sobrevivientes de cáncer después del tratamiento primario incluyen pacientes libres de enfermedad después de completar el tratamiento, personas que reciben tratamiento para reducir el riesgo de recurrencia del cáncer y personas con enfermedad bien controlada que reciben tratamiento.

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Fuente:

Humanitas

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