Cólico biliar: cómo reconocerlo y tratarlo

El cólico biliar es el síntoma más importante de las personas que padecen cálculos biliares o colelitiasis, es decir, cálculos, generalmente compuestos de colesterol, que se atascan en los conductos biliares.

En particular, el espasmo de la vesícula biliar es más agudo en presencia de un cálculo en el coledoch, el conducto biliar principal.

Generalmente ocurre por la noche y con mayor frecuencia después de ingerir comidas abundantes, especialmente aquellas ricas en grasas.

Aproximadamente el 8% de los italianos lo padecen sin experimentar ningún síntoma o dolor.

Cómo reconocer el cólico biliar

El cólico biliar se presenta con un dolor agudo e intermitente, que puede repetirse varias veces durante varias horas, intercaladas con momentos de reposo.

Se diferencian del cólico renal, cuyo dolor es descendente, porque el dolor migra hacia arriba, hacia la espalda y hacia la región debajo del omóplato y hombro derechos.

El síntoma más característico es el dolor agudo y repentino en la parte superior del abdomen y en el medio, hacia la derecha, justo debajo de las costillas.

El dolor tiende a extenderse a menudo a la cadera derecha y posteriormente hacia el hombro y la escápula.

Los calambres dolorosos son causados ​​por cálculos que pasan a través del conducto cístico y el colédoco, que son parte del sistema de conductos que transportan la bilis al intestino.

A veces, el cólico también puede ir acompañado de fiebre, náuseas y vómitos, lo que puede ser un signo de otras complicaciones.

¿Cuáles son las otras complicaciones de los cálculos biliares?

Después de los cálculos biliares, la consecuencia más común es la colecistitis aguda, es decir, la inflamación de la pared de la vesícula biliar.

El dolor es similar al del cólico, pero más persistente, y puede ir acompañado de fiebre, que es un signo de un proceso inflamatorio que necesita ser sedado lo antes posible para evitar el riesgo de desarrollar un absceso o incluso perforar la vesícula biliar. .

La consecuencia más temida es, sin duda, la pancreatitis aguda, que es causada por la migración de un cálculo de la vesícula biliar.

En tales casos, el dolor es tan severo que la víctima busca ayuda en el sala de emergencias.

Si, además del dolor típico de los cólicos, también hay una coloración amarillenta de la piel y la esclerótica de los ojos, es probable que se presente ictericia obstructiva.

Diagnóstico de cólico biliar

Primero se realiza una ecografía abdominal para revelar los cálculos, que suelen estar formados por colesterol o, en raras ocasiones, bilirrubina cálcica.

En algunos casos también se realizan análisis de sangre, ya que pueden estar alterados algunos parámetros, como las transaminasas, lipasas o amilasas, que indican pancreatitis aguda.

Tratamiento

En las etapas más agudas del dolor, se usan medicamentos antiinflamatorios no esteroides o antiespasmódicos después de consultar al médico.

Si hay colecistitis y se sospecha inflamación de los conductos biliares, es necesario un tratamiento con antibióticos.

La solución final para quienes han sufrido repetidamente de cólicos y complicaciones es la colecistectomía, es decir, la extirpación quirúrgica de la vesícula biliar.

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Fuente:

Humanitas

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