Circulación extracorpórea: qué es y cómo se realiza
La circulación extracorpórea permite la oxigenación y el bombeo de la sangre circulante durante la fase intermedia de una cirugía cardiaca (realizada con el corazón parado), cuando se para el corazón para, por ejemplo, reparar o sustituir una válvula o aorta ascendente o realizar bypasses
En algunas operaciones puede ser necesario detener la circulación extracorpórea por cortos períodos de tiempo
Durante esta fase no circulatoria, es necesario proteger el cerebro de posibles daños isquémicos.
Para ello, se realiza una perfusión cerebral selectiva bajo hipotermia, perfundiendo directamente el cerebro a través de las arterias carótidas con sangre a una temperatura inferior a la normal.
Esta técnica, indispensable en algunos casos, reduce mucho el riesgo de complicaciones neurológicas, pero no lo elimina por completo.
Además, la circulación extracorpórea puede complicarse por mala perfusión de varios órganos.
Entre los órganos que pueden estar comprometidos, los de mayor riesgo son el encéfalo y los riñones, con riesgo de aparición de insuficiencia renal transitoria posoperatoria.
En los casos en que ya existe daño renal con insuficiencia crónica antes de la cirugía, este puede empeorar después de la cirugía, siendo necesario el uso de tratamientos de filtración o diálisis temporales o en casos muy raros permanentes.
En algunas operaciones (como en el caso de la cirugía de derivación de la arteria coronaria), es posible realizar la operación con el corazón latiendo sin el uso de circulación extracorpórea en pacientes seleccionados.
Este tipo de cirugía no presenta el riesgo asociado a la circulación extracorpórea, pero no es aplicable en todos los casos.
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¿Cómo se realiza la circulación extracorpórea?
La sangre se toma de la aurícula derecha o de las venas huecas del corazón y se desvía a la máquina de circulación extracorpórea, donde se filtra, oxigena y devuelve al paciente a nivel de la parte más distal de la aorta ascendente.
Mediante el uso de unas soluciones especiales (cardioplegia), se detiene el corazón y se protegen sus células y metabolismo cuando no se le abastece de sangre en la fase media.
Al final de la operación, el corazón se perfunde nuevamente y comienza a latir nuevamente.
Luego, la circulación extracorpórea se detiene gradualmente, lo que permite que el corazón y los pulmones reanuden su trabajo normal.
¿La circulación extracorpórea es peligrosa o dolorosa?
Ahora es un método de perfusión confiable y seguro con un riesgo de complicaciones generalmente extremadamente bajo.
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