Clamidia: cuáles son los síntomas y cómo tratarla

Una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes es la clamidia, una infección del aparato genitourinario sobre la que es importante vigilar, que afecta en mayor medida al género femenino y, en particular, a mujeres jóvenes de entre 20 y 24 que son sexualmente activas

La clamidia es causada por la bacteria Chlamydia Trachomatis y se transmite principalmente a través de relaciones sexuales sin protección.

Por ello, una adecuada información sobre la enfermedad y la importancia de protegerse siempre es el primer paso para prevenir y combatir esta enfermedad.

Además, la clamidia también puede transmitirse entre la madre y el recién nacido en el momento del nacimiento, con riesgo de que el niño desarrolle neumonía y conjuntivitis.

Síntomas de clamidia

La mayoría de los pacientes desarrollan clamidia de forma asintomática.

Sin embargo, cuando la enfermedad es sintomática, las principales manifestaciones ocurren entre una y tres semanas después de la infección.

Para las pacientes, los síntomas pueden incluir irritación, ardor al orinar y flujo vaginal mucoso-purulento, pero también dolor suprapúbico y abdominal espontáneo o dolor durante las relaciones sexuales.

Además, puede ocurrir sangrado intermenstrual.

Los síntomas en los hombres son muy similares e incluyen ardor intenso al orinar y secreción blanquecina continua del pene.

Clamidia: ¿Qué pruebas para el diagnóstico?

Si se sospecha una infección por clamidia, el especialista solicitará una prueba para confirmar el diagnóstico.

La prueba también se puede realizar en ausencia de síntomas en el caso de relaciones sexuales con nuevas parejas durante las cuales no se haya utilizado un método anticonceptivo de barrera o después de que el método anticonceptivo haya fallado.

Además, la prueba está indicada si se tiene conocimiento de una infección contraída por la pareja (actual o anterior), o si se está realizando un programa de investigación del embarazo.

La prueba para diagnosticarla es sencilla e indolora y se puede realizar de dos formas: a través de la recogida de orina o, mejor aún, a través de la recogida de secreciones de la zona faríngea, cérvico-vaginal, uretral o rectal, realizada con un hisopo especial.

Mientras se espera el resultado, que puede tardar de 1 a 2 semanas, el especialista puede decidir iniciar antes el tratamiento ante la presencia de determinados síntomas.

También es recomendable no tener relaciones sexuales de riesgo desde el momento de la toma del hisopado hasta al menos siete días después de finalizar el tratamiento para evitar la transmisión de la infección.

En el caso de un resultado positivo de la prueba, se recomienda que se aconseje a las parejas en los últimos dos o tres meses que consulten a un especialista y se hagan la prueba de clamidia.

¿Cómo se trata la clamidia?

El tratamiento de la clamidia es bastante simple e implica un curso de antibióticos, generalmente doxiciclina o azitromicina o, en el caso de alergias o embarazo, amoxicilina o eritromicina.

Dependiendo de la gravedad del trastorno, puede ser necesario tomar una dosis única diaria o continuar el tratamiento durante aproximadamente una semana/diez días en el caso de infecciones crónicas o complicadas.

Complicaciones de la clamidia

Al ser una enfermedad a menudo asintomática, la infección por clamidia puede no ser diagnosticada y tratada a tiempo, lo que puede conducir al desarrollo de complicaciones graves.

El riesgo para las mujeres es desarrollar enfermedad pélvica inflamatoria con síndromes de adherencia acompañados de daño tubárico, condición que puede conducir a la infertilidad o la implantación de un embarazo ectópico.

En los hombres, en cambio, puede producirse una inflamación de la vía seminal, en particular epididimitis, cuya consecuencia, de nuevo, puede ser la infertilidad.

Otra complicación de la clamidia es la artritis reactiva, una inflamación de las articulaciones y sus conexiones tendinosas.

¿Cómo se puede prevenir la clamidia?

Como hemos dicho, se transmite principalmente a través de relaciones sexuales sin protección: aquellos que no tienen una pareja estable, por lo tanto, deben hacerse la prueba de clamidia periódicamente, por ejemplo, anualmente.

En cuanto a la prevención, el uso de métodos anticonceptivos de barrera, como el preservativo, reduce considerablemente el riesgo de infección en todo tipo de relaciones sexuales.

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Humanitas

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