Daño del cartílago de la rodilla: qué es y cómo tratarlo

El cartílago es el revestimiento que, al igual que el esmalte, recubre y protege nuestras articulaciones, incluida, por supuesto, la articulación de la rodilla.

Sin cartílago, una variedad de funciones, incluido el movimiento, no serían posibles, por lo que es vital para nuestro bienestar mantener el cartílago lo más saludable posible.

Deterioro del cartílago: las causas

El cartílago puede deteriorarse como resultado de problemas relacionados con la edad y otras razones fisiológicas, como el uso excesivo de las articulaciones, demasiada o muy poca actividad física o sobrepeso, todo lo cual afecta en gran medida la salud y el metabolismo de las articulaciones.

Además de estos factores de riesgo, también existen lesiones repentinas que pueden ocurrir a cualquier edad.

La cirugía previa, especialmente la extirpación de meniscos, también es una causa frecuente de deterioro del cartílago.

Rigidez e hinchazón: síntomas de deterioro del cartílago

El cartílago es solo un elemento de toda la articulación, por lo que los problemas que lo afectan son de una naturaleza más amplia.

Es por esto que es fundamental tratar todos los aspectos de la patología del paciente y hacer un seguimiento integral de la historia clínica del paciente.

Los síntomas más comunes que indican un posible deterioro del cartílago son una sensación de rigidez e hinchazón en la rodilla.

Este síntoma puede afectar tanto a una persona mayor que padece artrosis como a un joven que ha sufrido una lesión deportiva, aunque la patología es diferente.

Infiltración biológica: una nueva opción de tratamiento

Excepto en los casos en que sea necesaria una cirugía para reponer la articulación, las terapias más habituales para tratar el cartílago deteriorado son las infiltraciones, por ejemplo con ácido hialurónico, que ayuda a lubricar la articulación.

Pero también existen infiltraciones biológicas que, a diferencia de las farmacológicas, se realizan utilizando concentrados de tejidos y células del cuerpo mínimamente modificados, como los factores de crecimiento sanguíneo o las llamadas células madre.

Las infiltraciones biológicas no son dolorosas y son especialmente útiles para frenar la progresión del deterioro del cartílago, pero en presencia de artrosis severa, cuando la articulación está muy comprometida, es necesario recurrir a la cirugía protésica.

Es muy importante, cuando se habla de infiltraciones, referirse únicamente a centros autorizados, ya que esta terapia solo debe ser realizada por especialistas.

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Humanitas

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