DBS - Estimulación Cerebral Profunda: qué es y cuándo se necesita

La estimulación cerebral profunda (DBS) es un tratamiento quirúrgico destinado a reducir los síntomas motores debilitantes característicos de los trastornos del movimiento como el Parkinson, la distonía y el temblor esencial.

Este procedimiento también se utiliza para tratar la epilepsia, el dolor crónico y los trastornos obsesivo-compulsivos.

¿Qué es la estimulación cerebral profunda?

El tratamiento consiste en implantar quirúrgicamente cables en las áreas del cerebro encargadas de controlar el movimiento y, además, un dispositivo médico, similar a un marcapasos cardíaco, cerca de la clavícula o en la región abdominal.

Este último envía impulsos eléctricos a electrodos ubicados en áreas del cerebro, bloqueando las señales que provocan los síntomas motores incapacitantes.

Los pacientes pueden así experimentar una mejoría en su cuadro clínico.

Además, el dispositivo se puede controlar de forma inalámbrica a través de un programador externo que permite ajustar los parámetros de estimulación o apagar el dispositivo si es necesario.

La estimulación cerebral profunda es un procedimiento quirúrgico invasivo

Consiste en perforar el cráneo con anestesia local.

A continuación, se introducen electrodos profundamente en el cerebro para identificar mediante pruebas clínicas y neurofisiológicas (se pide al paciente, por ejemplo, que abra y cierre la mano) la zona en la que se va a insertar el electrodo definitivo.

Este método se ha utilizado para tratar la enfermedad de Parkinson durante más de 20 años y los datos recopilados muestran que esta técnica ofrece buenos, en algunos casos, excelentes resultados, siempre que los pacientes sean cuidadosamente seleccionados.

¿Qué pacientes pueden someterse al tratamiento?

El procedimiento está indicado en pacientes con enfermedad de Parkinson que presentan fluctuaciones motoras y discinesias que ya no pueden ser controladas con tratamiento farmacológico.

Los sujetos que pueden someterse a esta terapia constituyen aproximadamente el 10% de la población con enfermedad de Parkinson.

Son sujetos relativamente jóvenes y saludables (límite de edad 70 años), con efectos secundarios severos de la terapia con medicamentos utilizados para controlar la enfermedad.

Todavía deben tener una respuesta positiva a la administración de levodopa, incluso si es de corta duración.

Se requieren funciones cognitivas y mentales intactas e imágenes neurorradiológicas normales.

Seguimiento

Transcurridas 2-3 semanas de la cirugía, cuando el cuadro clínico parezca suficientemente estable y se haya realizado un ajuste inicial del estimulador, se podrá dar de alta al paciente.

Deberá realizar controles ambulatorios en los siguientes meses para modificar los parámetros de estimulación y ajustar la farmacoterapia.

La mejoría de los síntomas de Parkinson ya es evidente en los primeros días después de iniciar la estimulación.

Esto permite que la dosis de medicación dopaminérgica se reduzca entre un 50 y un 80 por ciento, y alrededor del 15 al 20 por ciento de los pacientes no necesitan la terapia.

Estimulación cerebral profunda, ¿existen reglas de preparación para el tratamiento?

Antes del procedimiento, el paciente se somete a un examen clínico completo utilizando la escala de evaluación de la enfermedad de Parkinson: se evalúa al paciente según su estado mental, actividades de la vida diaria, funciones motoras, complicaciones debido a la terapia, y la progresión y etapa de la enfermedad. .

Además, se hace especial hincapié en la valoración del temblor, la rigidez, la acinesia y los trastornos del equilibrio.

El análisis se lleva a cabo tanto durante la terapia con medicamentos como después de su interrupción.

En base a la valoración y la prevalencia de uno de los síntomas sobre los demás, se elige la región cerebral en la que se implantará el cable.

La preparación adicional previa a la implantación consiste en realizar investigaciones antes de la cirugía: análisis de sangre, radiografía de tórax, ECG, radiografía de cráneo, tomografía computarizada o resonancia magnética del cerebro.

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Fuente:

Humanitas

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