Divertículos: cuáles son los síntomas de la diverticulitis y cómo tratarla

Los divertículos son extroversiones de la mucosa y submucosa comparables a pequeñas bolsas, que se pueden formar en el tubo digestivo, pero su localización más frecuente es en la pared intestinal a nivel del colon.

Diverticulosis, enfermedad diverticular y diverticulitis: ¿cuáles son las diferencias?

Como ya se mencionó, los divertículos son extroversiones de la mucosa y la submucosa (por lo tanto, en realidad son pseudodivertículos) comparables a pequeñas bolsas protuberantes que se pueden formar en varios lugares del tracto digestivo, pero que se desarrollan con mayor frecuencia al nivel de la pared intestinal de el colon.

En particular, la pared del colon consta de cuatro capas, que partiendo del interior son mucosa, submucosa, tonaca muscular y tonaca serosa.

El proceso de formación de divertículos se produce cuando las dos capas más internas de la pared, es decir, la mucosa y la submucosa, se abren paso, junto a los puntos de entrada de los pequeños vasos sanguíneos que irrigan la propia pared, para sobresalir en la cavidad abdominal.

Generalmente se hace una distinción entre:

  • diverticulosis: presente en menos del 10% de los menores de 40 años y en más del 50% de los mayores de 60 años, se caracteriza por la presencia asintomática de divertículos; en el 80% de los casos, estos se descubren por casualidad durante una colonoscopia, ultrasonido u otro examen de rayos X abdominal realizado por otras razones. En las poblaciones occidentales se localizan principalmente en el colon izquierdo (>95% en el sigma), mientras que en las poblaciones asiáticas son más frecuentes en el colon derecho;
  • enfermedad diverticular no complicada sintomática: hasta el 15% de los pacientes con diverticulosis pueden presentar síntomas como distensión abdominal, dolor abdominal (especialmente en la parte inferior izquierda del abdomen) y alteración de la regularidad intestinal, que se superponen a los del síndrome del intestino irritable;
  • enfermedad diverticular con diverticulitis aguda: hasta un 5-10 % de los pacientes con diverticulosis pueden desarrollar infección/inflamación de los divertículos, lo que provoca síntomas como dolor abdominal intenso y prolongado, asociado con estreñimiento/diarrea, meteorismo, náuseas, disminución del apetito y acompañado de fiebre. Se puede subdividir en diverticulitis no complicada (infección/inflamación circunscrita) y diverticulitis complicada (asociada con absceso, peritonitis o hemorragia);
  • colitis segmentaria asociada a diverticulosis: un pequeño porcentaje de individuos con diverticulosis pueden desarrollar un proceso inflamatorio localizado en la mucosa del colon entre los divertículos, con características endoscópicas e histológicas similares a las de la enfermedad inflamatoria intestinal crónica.

¿Cuáles son las causas de los divertículos?

Los divertículos colónicos representan una alteración anatómica bastante extendida, cuya formación puede ser favorecida por

  • predisposición genética, como ha surgido recientemente en estudios de concordancia de gemelos y estudios de asociación que han identificado ciertas variantes genéticas asociadas con la enfermedad diverticular;
  • la edad, especialmente después de los 40 años, porque a medida que envejecemos, el tejido conectivo que sostiene el intestino se vuelve más laxo;
  • género masculino;
  • malos hábitos alimenticios (por ejemplo, dieta baja en fibra);
  • obesidad;
  • estilo de vida sedentario;
  • ingesta de medicamentos antiinflamatorios (como medicamentos antiinflamatorios esteroides y no esteroides);
  • estreñimiento crónico, que conduce a un aumento de la presión interna en las paredes del colon.

¿Qué pruebas se deben hacer para el diagnóstico?

La presencia de divertículos se puede diagnosticar a través de los siguientes exámenes

  • colonoscopia tradicional;
  • tomografía computarizada abdominal;
  • la colonoscopia virtual, que no es más que una tomografía computarizada abdominal con reconstrucción tridimensional del colon; esto permite una observación precisa de la pared intestinal interna de manera no invasiva, sin insertar una sonda endoscópica en el intestino;
  • cisma opaco de doble contraste.

¿Qué hacer en caso de diverticulosis o enfermedad diverticular no complicada?

Ante la presencia de divertículos, incluso en ausencia de síntomas, generalmente se recomienda realizar una revisión gastroenterológica anual.

Tras el diagnóstico de diverticulosis o enfermedad diverticular no complicada sintomática, no se suele exigir al paciente una dieta particular, aunque generalmente se recomienda aumentar la ingesta de agua, cereales, frutas y verduras, y posiblemente también utilizar heces blandas formadoras de masas. sustancias (por ejemplo, psyllium o macrogol), para aumentar la ingesta de fibra (al menos 30 gramos por día) y así reducir la presión interna en el colon (para esto también son útiles los medicamentos antiespásticos), promover la motilidad intestinal y combatir estreñimiento.

Los tratamientos periódicos basados ​​en terapia intestinal antibiótica o antiinflamatoria, o probióticos pueden ser de algún beneficio en la reducción de los síntomas intestinales, pero no en la frecuencia de la diverticulitis.

¿Cómo se trata la diverticulitis?

En el caso de la diverticulitis aguda, sin embargo, puede ser necesaria la hospitalización: en la mayoría de los casos, sin embargo, el problema se resuelve sin cirugía (reservado para los casos que desarrollan complicaciones o ataques repetidos de diverticulitis aguda).

El gastroenterólogo generalmente propone en primer lugar una dieta que descanse el intestino, evitando las fibras vegetales durante unos días, prefiriendo una dieta más líquida o en todo caso que combine sobre todo carbohidratos y proteínas con la hidratación adecuada.

La dieta se combina entonces generalmente con terapia antibiótica.

¿Se pueden prevenir los divertículos?

Un estilo de vida correcto puede ayudar a reducir el riesgo de formación de divertículos.

En particular, es recomendable favorecer una dieta rica en fibra y baja en grasas saturadas, para contrarrestar un posible estreñimiento, y asegurar que el organismo tenga la cantidad adecuada de agua (durante las comidas o inmediatamente después), para favorecer el peristaltismo intestinal, es decir, la movimientos que inducen la expulsión de las heces.

Finalmente, es útil hacer ejercicio regularmente, acorde con el estado de salud, porque la tonaca muscular del colon también se beneficia.

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Fuente:

Humanitas

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