Dolor de pecho en niños: cómo evaluarlo, qué lo causa.

El dolor de pecho generalmente indica quejas comunes como ansiedad y reflujo. Si persiste durante varios días, su pediatra puede ayudarlo a comprender si debe preocuparse

El dolor de pecho es un síntoma frecuente en los niños.

Es capaz de provocar un fuerte estado de ansiedad y agitación en pacientes jóvenes y especialmente en sus padres, ya que en el imaginario colectivo el dolor torácico es un fenómeno asociado a menudo a eventos especialmente peligrosos, en primer lugar a la cardiopatía isquémica (angina de pecho, infarto de miocardio). ).

De hecho, la estrecha asociación entre dolor torácico, cardiopatía isquémica y muerte súbita, que es muy rara en la edad pediátrica, suele ser motivo de considerable alarma.

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El dolor torácico en niños y adolescentes es un motivo relativamente frecuente para consultar al pediatra de familia o acudir al servicio de urgencias

En la edad pediátrica este síntoma rara vez se relaciona con patologías potencialmente mortales (p. Ej. Cardíacas), siendo mucho más frecuentes las de origen no cardíaco, tienden a ser de naturaleza benigna y tienden a curar de forma espontánea o con la terapia adecuada.

Más del 95% de los niños evaluados por un cardiólogo pediatra por dolor en el pecho no tienen una causa cardíaca identificable.

El dolor de pecho se origina en una amplia variedad de estructuras: músculos del pecho, costillas, articulaciones costoesternal, nervios intercostales, diafragma, pulmón y finalmente el corazón.

Por lo tanto, la lesión, la irritación o la infección de cualquiera de estos tejidos pueden ser responsables del síntoma.

En ocasiones, el dolor puede originarse en otra zona, como el abdomen, o ser causado por el estrés o la ansiedad.

La siguiente es una lista de causas de dolor de pecho en niños:

  • Causas musculoesqueléticas: inflamación de los cartílagos conectados a las costillas más altas de la caja torácica (costocondritis), traumatismo, lesión muscular;
  • Causas respiratorias: tos, bronquitis, neumonía, pleuresía, asma;
  • Causas psicógenas: estrés, ansiedad;
  • Causas gastroentéricas: reflujo gastroesofágico, gastritis;
  • Intoxicaciones: monóxido de carbono;
  • Consumo de drogas: cannabinoides, cocaína;
  • Causas cardíacas: estructurales (origen anormal de las arterias coronarias, miocardiopatía hipertrófica, estenosis aórtica, prolapso mitral), inflamatorias (pericarditis, miocarditis), arritmias, dislipidemia, enfermedad de Kawasaki, vasoespasmo, alteraciones del tejido conectivo.

Ocurre por igual en ambos sexos, con una edad media de presentación de 13 años.

A veces puede volver a aparecer.

En la mayoría de los casos, el examen médico será normal y los datos de laboratorio o instrumentales (ECG, radiografía de tórax) pueden ser de poca ayuda.

Para recopilar un historial médico preciso, el niño debe sentirse cómodo facilitándole la descripción del dolor con sus propias palabras ('mi corazón estaba acelerado', 'era como si un pájaro estuviera batiendo sus alas en mi corazón'). pecho '), evaluar la personalidad del paciente y los padres, las interacciones familiares (para excluir las causas psicológicas del dolor) e investigar si hay algún miembro de la familia con enfermedades cardíacas o muerte súbita.

El conocimiento de las posibles causas, una historia clínica exhaustiva y una exploración cuidadosa permitirán realizar un diagnóstico y adoptar la estrategia de intervención más adecuada.

En caso de dolor en el pecho, que no cunda el pánico.

Recuerda que suele deberse a una enfermedad benigna o autolimitada.

Es importante que los padres conozcan cuáles pueden ser las características, los signos de alarma, del dolor torácico relacionado con una enfermedad mayor, que siempre debe ser valorado con urgencia en el sala de emergencias:

  • Si el dolor de pecho es muy intenso;
  • Si aparece bajo estrés;
  • Si es difuso, poco afectado por la posición;
  • Si se asocia con sudoración, náuseas, pérdida del conocimiento, trastornos respiratorios, fiebre, sudoración intensa;
  • Si el niño informa una sensación perturbadora en la región cardíaca o un aumento en la frecuencia del ritmo;
  • Si el niño padece una enfermedad cardíaca ya diagnosticada.

Todos los puntos anteriores deben considerarse con mayor atención si hay antecedentes familiares de síncope cardíaco, enfermedad cardíaca o muerte súbita antes de los 50 años.

En ausencia de las características anteriores, la mayoría de los niños y jóvenes con dolor torácico pueden ser evaluados por el pediatra de la familia, quien puede sugerir un analgésico y evaluar si es necesario un diagnóstico adicional con exámenes hematoquímicos o radiológicos o si un cardiológico. el examen con ECG es apropiado.

En casos seleccionados, el cardiólogo decidirá si realizar exámenes más profundos, como un ecocardiograma, una ecografía o una prueba de cardiología:

Un ecocardiograma, una ecografía dirigida del corazón, para buscar anomalías estructurales;

Otras pruebas como ECG Holter de 24 horas, pruebas de esfuerzo, etc.

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Fuente:

el niño Jesús

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