Enfisema pulmonar: qué es y cómo tratarlo. El papel del tabaquismo y la importancia de dejar de fumar

El enfisema pulmonar es una de las enfermedades causadas por fumar cigarrillos (pero no solo), que conduce a dificultades para respirar

Las cifras presentadas durante el Día Mundial Sin Tabaco, la ocasión anual dedicada a concienciar sobre la importancia de dejar de fumar, muestran que en 2022 casi 1 de cada 4 italianos (24.2% de la población) será fumador: un porcentaje que aumenta en 2 puntos porcentuales en comparación con la prepandemia desde 2006.

Fumar, como ahora es bien sabido, es un factor de riesgo importante (si no el principal) para el desarrollo de muchas enfermedades (como el cáncer).

Estos incluyen enfisema pulmonar

Se estima que afecta a unos 210 millones de personas en todo el mundo y puede causar la muerte de 3 millones de personas cada año.

En el pasado, el enfisema pulmonar era más común entre los hombres que fumaban mucho.

En los últimos años, sin embargo, el escenario ha cambiado: incluso las mujeres fumadoras, ahora más numerosas que en el pasado, se ven afectadas por enfisema pulmonar y, al mismo tiempo, mucho más a menudo que los hombres, también por broncopatía obstructiva crónica, una enfermedad relacionada con enfisema, como veremos a continuación.

La intervención temprana, especialmente para prevenir la disminución de la función pulmonar, no solo es posible, sino necesaria.

Qué es el enfisema pulmonar y los diferentes tipos

El enfisema es una enfermedad de los alvéolos pulmonares: el tejido que los compone se deteriora con una reducción de su capacidad para intercambiar oxígeno y dióxido de carbono con la sangre.

El tejido alveolar se destruye, reduciendo severamente la superficie útil para el intercambio gaseoso: una vez destruidos, los 7 alvéolos ya no pueden volver a su estado anterior, se dañan irremediablemente.

Desde un punto de vista morfológico, se clasifican varios tipos de enfisema pulmonar:

  • enfisema pulmonar centrolobulillar (o centroacinar), la forma más común en fumadores;
  • enfisema pulmonar panlobulillar (o panacinoso);
  • enfisema pulmonar paraseptal;
  • enfisema pulmonar irregular.

Cuales son las causas

Las causas pueden ser múltiples, pero en occidente el tabaquismo (consumo de tabaco) es la principal causa (90% de los casos).

Por lo tanto, las causas incluyen:

  • Tabaquismo, incluido el tabaquismo pasivo.
  • inhalación de sustancias tóxicas;
  • ser hijo de madres fumadoras durante el embarazo;
  • la contaminación del aire;
  • infecciones respiratorias recurrentes;
  • prematuridad y bajo peso al nacer;
  • Deficiencia de alfa 1-antitripsina.
  • El humo del cigarrillo y la inflamación respiratoria

La inhalación de vapores tóxicos, como los que se encuentran en el humo del cigarrillo, daña las células y promueve un estado inflamatorio.

Esto da como resultado la eliminación de las células dañadas y, al mismo tiempo, la inhibición de los mecanismos naturales de reparación, lo que conduce al desarrollo de enfisema.

Los pulmones pierden elasticidad, los alvéolos se rompen, creando grandes espacios de aire que reducen el área de superficie necesaria para que el cuerpo intercambie oxígeno y dióxido de carbono.

Este proceso, asociado a la inhalación crónica de sustancias nocivas, como el humo del cigarrillo, suele ir acompañado de un estado de inflamación crónica de las vías respiratorias, denominado bronquitis crónica, dando lugar a una patología compleja conocida como broncopatía obstructiva crónica.

No olvidemos que las infecciones continuas de las vías respiratorias inferiores también generan inflamación y, al aumentar la secreción de moco, pueden contribuir al curso de la enfermedad.

Enfisema pulmonar: los síntomas

Uno de los primeros síntomas del enfisema pulmonar es sin duda la falta de aire (o disnea), que empeora progresivamente: al principio aparece al realizar un esfuerzo físico intenso, luego al realizar tareas cotidianas como subir escaleras y finalmente incluso en reposo.

Además, la destrucción progresiva de los alvéolos y capilares pulmonares, así como la falta de oxígeno, pueden provocar un aumento de la presión arterial pulmonar, lo que puede conducir a una insuficiencia cardíaca derecha (esto se denomina 'enfermedad cardíaca pulmonar') .

Finalmente, los pacientes con enfisema tienen una mayor probabilidad de experimentar neumotórax, es decir, la formación de una brecha en el tejido pulmonar que conduce a un colapso del pulmón.

Además de disnea e insuficiencia cardíaca, pueden experimentar:

  • tos seca con expectoración crónica;
  • fatiga;
  • problemas del corazón;
  • fiebre;
  • cianosis de labios y uñas.

Cómo se hace el diagnóstico: pruebas a realizar

El enfisema suele afectar a fumadores en torno a los 50 años y se presenta de forma insidiosa con dificultad para respirar durante el esfuerzo físico, que el paciente suele atribuir a la edad o al sedentarismo.

Desafortunadamente, los pacientes a menudo solo visitan a su médico después de un episodio de bronquitis después del cual no pueden respirar como antes, momento en el cual la enfermedad ya está bastante avanzada.

Por esta razón, es muy importante que los médicos generales sean proactivos en la búsqueda de la enfermedad en sus pacientes fumadores mayores de 40 años investigando si tienen tos frecuente o si han notado dificultad para respirar durante la actividad física.

Tos constante y dificultad para respirar: los primeros signos a tener en cuenta

Por tanto, es muy importante que un paciente fumador consulte a su médico si tiene

  • tos casi todos los días durante al menos 3 meses al año durante 2 años consecutivos
  • dificultad para respirar por actividades físicas que no le molestaban un año antes.

El médico de familia podrá recopilar una anamnesis correcta y un examen objetivo y luego organizar los exámenes apropiados, posiblemente con la ayuda de un especialista pulmonar para establecer la mejor terapia y prevención de complicaciones.

La espirometría

La prueba más importante para el diagnóstico de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica es la espirometría, que mostrará un cuadro de obstrucción al flujo espiratorio.

Es un examen simple, no invasivo, económico y fácil de realizar e interpretar.

El sujeto simplemente tiene que soplar con fuerza en un instrumento que mide el flujo de aire a partir de una inhalación profunda.

Normalmente, una persona sana debería poder vaciar entre el 70-80% de todo el aire que puede expulsar en el primer segundo de la maniobra.

Los pacientes con obstrucción de las vías respiratorias o pérdida de elasticidad pulmonar, como ocurre en el enfisema, tardan mucho más.

Esta obstrucción suele responder poco o nada a la administración de un fármaco broncodilatador.

Otras pruebas funcionales

Una vez identificado el cuadro, se podría confirmar el enfisema mediante la realización de otras pruebas funcionales, como la espirometría global y la difusión alvéolo-capilar, que valoran tanto la hiperinsuflación pulmonar como la pérdida de eficiencia del intercambio gaseoso propias del enfisema.

La tomografía computarizada del pulmón también puede mostrar áreas de destrucción alveolar en una etapa muy temprana.

Para los casos más graves, la medición de la oximetría de pulso dará información sobre la oxigenación de la sangre y, si es necesario, el análisis de hemogasometría arterial (la toma de sangre de la muñeca), será útil para verificar el correcto intercambio de gases dentro de los alvéolos, el nivel de oxígeno en el sangre y predecir la función pulmonar adecuada.

Cómo tratar el enfisema pulmonar

No existe un tratamiento específico que pueda restaurar la función respiratoria perdida, lo único que puede cambiar la historia natural del enfisema es dejar de fumar.

Dejar de fumar modifica el declive acelerado de la función pulmonar, ralentizando el curso progresivo de la enfermedad.

Desafortunadamente, dejar el hábito de fumar no es fácil, pero hoy en día contamos con centros libres de humo que pueden tanto ayudar contra la adicción a la nicotina como brindar apoyo psicológico para contrarrestar la dependencia psicológica.

Este enfoque combinado ha mejorado significativamente el éxito en el abandono del hábito de fumar en personas motivadas.

Además de dejar de fumar, se debe alentar a los pacientes a adoptar un estilo de vida saludable, mantener una actividad física regular y protegerse contra la infección por gripe y la vacunación antineumocócica.

Farmacoterapia para el enfisema pulmonar

Otras terapias disponibles son los broncodilatadores, que se usan para reducir la limitación del flujo espiratorio al reducir la hiperinflación pulmonar y mejorar la dificultad para respirar.

También se utilizan fármacos antiinflamatorios que, en algunos pacientes, pueden reducir la obstrucción bronquial y prevenir los brotes bronquiales y así preservar la función pulmonar.

Estos medicamentos pueden aliviar los síntomas y, por lo tanto, también mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Los antibióticos, por otro lado, solo están indicados durante los brotes de bronquitis crónica o para la neumonía neumocócica.

Otras terapias

Para los pacientes con formas graves que conducen a insuficiencia respiratoria, se indica oxígeno suplementario durante al menos 18 horas al día para ayudar a prevenir la 'enfermedad cardíaca pulmonar' (insuficiencia cardíaca derecha).

Por otro lado, para todos los pacientes cuya disnea interfiere con su vida diaria, está indicada la rehabilitación respiratoria.

Este último consiste en un programa multidisciplinario destinado a mejorar la tolerancia al ejercicio con intervenciones fisioterapéuticas para fortalecer los músculos de las extremidades y respiratorios, así como brindar apoyo educativo y nutricional para ayudar a los pacientes a manejar su discapacidad crónica.

Posibles complicaciones

Las complicaciones más frecuentes son los brotes, definidos como episodios de empeoramiento de la dificultad para respirar y tos que, en ocasiones, son lo suficientemente graves como para poner en peligro la vida del paciente.

Estos episodios pueden deteriorar aún más la función pulmonar, lo que lleva a una etapa más alta de gravedad.

Las causas de los brotes suelen ser infecciones virales, a veces bacterianas o neumonía.

En ocasiones, también pueden complicarse con infartos o episodios de insuficiencia cardíaca.

Por lo tanto, es necesario un mayor esfuerzo para buscar a los pacientes con esta enfermedad en la etapa más temprana posible, iniciar la prevención secundaria del abandono del hábito tabáquico de inmediato, iniciar terapias farmacológicas adecuadas e intervenciones encaminadas a modificar los estilos de vida de los pacientes, de manera que se pueda contrarrestar la evolución de la enfermedad. desde su inicio.

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Fuente:

GSD

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