Espasmos esofágicos, dolor detrás del esternón como síntoma principal.

Espasmos esofágicos: un dolor en el pecho, que puede sentir al realizar actividad física, podría interpretarse como una señal de advertencia de una enfermedad cardíaca.

En cambio, puede ser un síntoma de un problema en el esófago donde se altera su motilidad.

Esta condición se conoce como espasmo esofágico difuso.

Contracciones anormales, el signo típico de espasmos esofágicos.

El esófago es un órgano de unos 25 centímetros de largo, situado delante del columna vertebral, que conecta la faringe con el estómago y es fundamental para que los alimentos continúen el proceso digestivo iniciado en la boca.

Después de tragar, lo que se traga pasa a través del esófago al estómago.

La musculatura esofágica, estriada proximalmente y lisa distalmente, está formada por una capa interna de haces circulares y una capa externa de capas longitudinales que, mediante una contracción propulsora (peristaltismo), permiten que el alimento ingerido descienda por el esófago.

Cuando estas contracciones se alteran y ocurren involuntariamente, tenemos espasmo esofágico difuso.

Las contracciones suelen ser simultáneas y prolongadas, muy dinámicas.

A menudo, también se altera la función del cardias, el esfínter esofágico inferior, que se encuentra entre la última parte del esófago y el estómago.

Síntomas de espasmos esofágicos.

El espasmo esofágico difuso no es una afección muy común, pero es más común que la acalasia esofágica, una afección más grave que afecta al esófago.

Se caracteriza por la presencia de aumento del tono en el esfínter esofágico inferior y la ausencia de peristaltismo fisiológico en el cuerpo esofágico.

Con los años, el espasmo esofágico puede evolucionar hacia esta patología.

Los pacientes con espasmo esofágico difuso se quejan de dolor retroesternal, incluso de noche, asociado a disfagia, es decir, sensación de dificultad para tragar tras la ingestión de alimentos o líquidos (especialmente si hace mucho calor o mucho frío).

Este dolor en el pecho también puede ocurrir sin disfagia, por ejemplo, cuando el paciente realiza actividad física, y puede sugerir angina de pecho.

También conocido como esófago en sacacorchos debido a la imagen radiológica que se ve después de una comida prohibida, el espasmo esofágico tiene causas que se desconocen.

Se hace una distinción entre una forma primaria y secundaria de la enfermedad.

En el último caso, la enfermedad a menudo se asocia con la enfermedad por reflujo gastroesofágico.

Diagnóstico y tratamiento de los espasmos esofágicos.

Para el diagnóstico de esta enfermedad, además de un reconocimiento médico con una adecuada historia clínica y evaluación de síntomas, se requieren ciertas pruebas instrumentales.

La radiografía con medio de contraste es útil, pero a menudo puede ser negativa, por lo que es necesaria una manometría para observar la presión y los movimientos del esófago y el cardias a través de un pequeño tubo insertado en el esófago.

Los exámenes instrumentales también son importantes para excluir la presencia de enfermedad por reflujo gastroesofágico.

El tratamiento de la forma primaria no es sencillo: implica el uso de nitratos y bloqueadores de los canales de calcio, que pueden reducir los síntomas ayudando a relajar los músculos, pero generalmente tienen un efecto transitorio.

En algunos casos, puede estar indicada la inyección de toxina botulínica en el esfínter esofágico inferior.

En casos más difíciles, el paciente se somete a una cirugía para disecar la capa de músculo circular y reducir las contracciones (miotomía quirúrgica).

El tratamiento de la forma secundaria también implica el uso de terapia antirreflujo.

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Fuente:

Humanitas

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