Gastroscopia: qué es y para qué sirve

La gastroscopia (o EGDS - Oesophagus-Gastro-Duodenum-Scopy) es un procedimiento de diagnóstico que permite la observación directa del esófago, el estómago y el duodeno (el tracto inicial del intestino delgado) mediante la introducción de un instrumento endoscópico especial (el gastroscopio) a través de la boca.

El gastroscopio está equipado con una sonda de aproximadamente 8-12 mm de diámetro, con una cámara en el extremo y un haz de luz (propagado por fibra óptica) que permite la observación directa de las cavidades del esófago, estómago y duodeno.

Para qué sirve la gastroscopia y cuándo hacerla

La gastroscopia juega un papel clave en el diagnóstico temprano y la evaluación de los trastornos gastroenterológicos, como la ingestión difícil y dolorosa de alimentos, el sangrado y el dolor abdominal.

Actualmente es la mejor prueba disponible para el diagnóstico de casi todas las enfermedades del tracto gastrointestinal superior, incluyendo úlceras y tumores.

La gastroscopia está generalmente indicada en casos de:

  • síntomas persistentes en la parte superior del abdomen (especialmente si se asocian con anorexia, anemia, pérdida de peso, vómitos o sangrado)
  • disfagia
  • odinofagia (dificultad o dolor al pasar los alimentos por el esófago)
  • reflujo gastroesofágico
  • poliposis adenomatosa familiar
  • hipertensión portal (várices esofágicas)
  • control periódico del esófago de Barrett
  • úlceras y displasia gástrica.

A través de un canal en el interior del instrumento, es posible introducir una pequeña sonda equipada con una pinza terminal que permite la toma, sin dolor, de muestras de tejido, que pueden utilizarse para investigaciones más profundas bajo el microscopio.

En algunos casos (gastroscopia quirúrgica), la sonda (gracias a aplicaciones especiales) puede utilizarse para extraer cuerpos extraños, coagular lesiones, dilatar estenosis y realizar otras intervenciones menores.

En qué consiste la gastroscopia y cómo se realiza

Se coloca al paciente sobre el lado izquierdo, en una posición cómoda, con una boquilla en la boca para proteger los dientes (recuerde retirar previamente las prótesis móviles). El gastroscopio se inserta a través de la boca y se baja por la garganta.

El gastroscopio permite al médico examinar la superficie de las paredes internas del tracto superior del sistema digestivo y resaltar cualquier anomalía presente: las imágenes tomadas por la pequeña cámara son muy detalladas y claras y pueden reproducirse en una pantalla de televisión y grabarse.

La prueba se realiza con pacientes que hayan estado en ayunas durante al menos diez a doce horas y cuya última comida haya sido principalmente líquida, ya que la presencia de alimentos en el estómago corre el riesgo de limitar el campo de visión del gastroscopio y hacer que la prueba sea menos precisa y, en algunos casos, provocando vómitos.

La toma de medicamentos prescritos durante mucho tiempo y, por lo tanto, necesarios, no entorpece la investigación, pero debe realizarse al menos dos o tres horas antes de la prueba. En todos los casos se permite beber té, agua o agua azucarada en pequeñas cantidades hasta una hora antes de la prueba.

Es necesario que el paciente informe al médico o enfermera si ya ha realizado otras exploraciones endoscópicas (y en caso afirmativo llevar consigo los resultados), si padece alguna alergia en general o en concreto a determinados drogas

En particular, si se toman medicamentos anticoagulantes, el paciente debe informar al endoscopista con anticipación en el momento de la cita, para que este pueda recibir los consejos adecuados para reducir el riesgo de sangrado durante la exploración endoscópica.

Si los antiagregantes plaquetarios se toman como monoterapia, el paciente puede continuar la terapia, solo suspendiéndola en la mañana del procedimiento; si por el contrario se toman varios antiagregantes plaquetarios (ej. ácido acetilsalicílico + clopidrogel….), hay que valorar con el cardiólogo la posibilidad de suspender al menos uno de ellos temporalmente.

La gastroscopia es poco invasiva, pero segura (el gastroscopio no obstruye la respiración ya que la tráquea queda completamente libre)

La prueba es de corta duración (3-5 minutos) y no es dolorosa; puede, en todo caso, causar molestias leves, con náuseas y molestias, que pueden reducirse significativamente con una ligera sedación y el uso de anestésicos locales orales (en este caso, es necesario estar acompañado, ya que es peligroso conducir después de la prueba durante al menos 12 horas).

Después de la prueba, la garganta puede estar levemente adolorida y se puede sentir una leve hinchazón abdominal debido al aire que se introdujo a través del instrumento.

Las complicaciones son muy raras, excepto cuando se han realizado maniobras terapéuticas.

La respuesta (informe) de la prueba generalmente se le da al paciente de inmediato.

Si se han realizado biopsias o polipectomías, el informe histológico debe recogerse más tarde (aprox. 10 días), ya que se necesita tiempo para la preparación y lectura de las muestras tomadas.

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