La dieta para diabéticos: 3 falsos mitos a desmentir

En los diabéticos, la dieta es la principal forma de terapia, junto con el ejercicio físico (150′ minutos de caminata por semana o 10,000 pasos por día – OMS), terapia hipoglucemiante (medicación o insulina), monitoreo glucémico y educación terapéutica

Recomendaciones generales para una dieta equilibrada

Una dieta equilibrada en pacientes diabéticos incluye:

  • cuota de hidratos de carbono entre el 45-60% de las calorías diarias, especialmente hidratos de carbono ricos en fibra y con bajo índice glucémico;
  • una limitación de azúcares simples al 5-10%;
  • 20-35% de lípidos;
  • 10-25% de proteína.

Por último, la ingesta de fibra es fundamental.

La fibra de frutas, verduras, legumbres y cereales no aporta calorías, aumenta la saciedad (llenando el estómago, reforzando la masticación, facilitando el tránsito intestinal y mejorando la flora bacteriana), y ralentizando y estabilizando la absorción de hidratos de carbono.

Es necesario tomar unos 30 gramos/día en adultos.

También es importante recalcar que además de la cantidad de alimentos, se debe prestar atención a la calidad y distribución intradía de las comidas.

Pizza, dulces y dieta estricta: mitos a desmentir

Aquí hay 3 falsos mitos para disipar sobre las dietas para personas que padecen diabetes:

1. Los diabéticos no pueden comer pasta, pan, pizza y arroz

A menudo, las personas tienden a eliminar la pasta, el pan, el arroz y la pizza de su dieta cuando tienen niveles altos de azúcar en la sangre o diabetes.

Nada mas lejos de la verdad.

Los azúcares son la fuente de energía directa del cuerpo y son utilizados principalmente por los órganos principales como el cerebro, el corazón y los músculos para llevar a cabo sus actividades principales.

Por lo tanto, son importantes y deben ser una parte integral de nuestra dieta.

El cerebro consume alrededor de 120 g de glucosa por día de los 200 g que requiere diariamente todo el cuerpo.

Aunque la glucosa es el único azúcar simple (monosacárido) capaz de atravesar la barrera hematoencefálica y por lo tanto capaz de hacer 'trabajar' a nuestras neuronas, ¡esto no significa que debamos excedernos con los dulces!

Nuestro organismo es capaz de obtener este azúcar a partir de los hidratos de carbono complejos (almidones) de la pasta, el pan, el arroz y las patatas.

Si tiene niveles altos de azúcar en la sangre o diabetes, debe preferir los carbohidratos complejos o los almidones que se absorben lentamente y no provocan un aumento repentino de los niveles de azúcar en la sangre.

Los carbohidratos se pueden encontrar en productos de cereales (pasta, arroz, pan, productos horneados), patatas y legumbres (frijoles, garbanzos, lentejas, guisantes).

Es una buena idea reducir la ingesta de hidratos de carbono simples, que se asimilan rápidamente y elevan significativamente los niveles de azúcar en sangre.

Estos azúcares incluyen los que se encuentran en la miel, la mermelada, la fruta (fructosa y sacarosa), pero también en la leche y el yogur (lactosa) o los que se añaden a las bebidas azucaradas.

La OMS recomienda que los azúcares libres representen el 10% de nuestra ingesta energética diaria.

Varios países de la UE recomiendan un consumo máximo de 25 g de azúcares libres al día (o el 5 % de la ingesta energética total); esto corresponde a 6 cucharaditas de azúcar de mesa.

2. Los diabéticos no pueden comer dulces

No hay un solo alimento que una persona con diabetes no pueda comer, incluidos los dulces.

Los dulces son alimentos que deben consumirse con moderación y en pequeñas cantidades: una vez a la semana, una ración, en el desayuno o al final de la comida en lugar de fruta. Esto le da el tiempo que necesita para ser 'consumido/quemado' a lo largo del día.

Además, al final de una comida, el aumento de la glucemia está modulado por la absorción de otros nutrientes introducidos con la dieta. Cabe señalar que los dulces no deben consumirse lejos de una comida o tarde después de la cena.

Qué evitar

Las bebidas azucaradas son más problemáticas y deben evitarse.

Su consumo está relacionado con el sobrepeso y la obesidad, especialmente en niños y adolescentes.

Basta decir que

  • quienes consumen 2 jugos de frutas al día aumentan el riesgo de desarrollar diabetes;
  • 1 cóctel azucarado al día aumenta el riesgo de la enfermedad en un 20% (InterActConsortium 2013).

Finalmente, la ingesta de alcohol debe limitarse ya que los carbohidratos que contiene pueden aumentar los niveles de azúcar en la sangre y, a menudo, los diabéticos los pasan por alto.

Tomado junto con ciertas terapias (insulina), con el estómago vacío o en presencia de insuficiencia orgánica (enfermedad hepática), el alcohol puede promover la hipoglucemia al interferir con la liberación de glucógeno.

Lo mismo ocurre con las bebidas azucaradas, que no tienen calorías, pero perpetúan el hábito del dulzor y generan una respuesta bioquímica y biológica que favorece el aumento de peso.

3. La persona con diabetes debe estar siempre a dieta

El control del peso corporal es fundamental para obtener y mantener un buen equilibrio glucémico y evitar el desarrollo de complicaciones.

Para ello, no se deben adoptar dietas drásticas o inadecuadas, imposibles de seguir.

Durante un tiempo limitado y con el único objetivo de adelgazar, se pueden seguir dietas especiales bajo estricto control médico y dietético.

No se recomiendan en absoluto las dietas hechas por uno mismo o ideadas por personas no cualificadas (familiares, amigos, vecinos).

La diabetes es una enfermedad multiorgánica grave que puede provocar daños graves en varios sistemas o disfunciones, también debido a medidas dietéticas inadecuadas o incorrectas.

Es recomendable seguir una dieta razonable que se pueda aplicar regularmente a lo largo de la vida: un poco menos de pasta, un poco menos de pan, pescado y legumbres como alternativa a la carne, poco queso y embutidos, mucha verdura, siempre fruta, muy pocos dulces.

Dieta mediterránea y diabetes

La mejor dieta sigue siendo la dieta mediterránea, equilibrada desde el punto de vista nutricional, completa, rica en fibra vegetal, fruta y cereales integrales y baja en grasas animales.

Es una dieta que es capaz de

  • reducir los principales eventos cardiovasculares
  • reducir la incidencia de diabetes en un 52%.

Se debe fomentar el consumo de pescado, especialmente pescado azul, 2-3 veces por semana por su aporte de Omega3 y cantidades moderadas de semillas y frutos secos por Omega6.

Luz verde a todas las verduras: verduras de hoja verde como ensaladas, acelgas, espinacas, achicoria, tubérculos, zanahorias, remolacha, nabos, brócoli, hinojo, col de Saboya y col.

Las legumbres y verduras, además de aportar vitaminas, minerales y fibra, ayudan a aumentar la saciedad ante una ingesta baja en calorías.

La importancia de no subestimar la diabetes

No ser consciente de la gravedad y posible gravedad de la enfermedad diabética es el principal problema.

La diabetes no debe descuidarse ni subestimarse, ya que no puede considerarse una enfermedad trivial.

La falta o escasez de síntomas, tanto al inicio como durante el curso de la enfermedad, sólo puede dar lugar a la presunción.

De hecho, la diabetes se diagnostica muy a menudo 7-8 años tarde o al mismo tiempo que algunas de sus complicaciones.

La ausencia de un síntoma real o la presencia de síntomas leves, insignificantes, o síntomas que no se comprenden o correlacionan adecuadamente con la diabetes, incluso en presencia de una mala compensación, son el verdadero talón de Aquiles de la persona con diabetes.

La diabetes es una enfermedad potencialmente grave que requiere una gran concienciación y máxima aplicación por parte de la persona afectada, que además debe contar con el apoyo de un equipo asistencial.

A diferencia de la mayoría de las enfermedades, la diabetes no puede ser tratada por un solo médico, sino que requiere un trabajo en equipo multidisciplinario (diabetólogo, cardiólogo, especialista vascular, oftalmólogo, nefrólogo, dietista, etc.).

El paciente diabético debe ser un 'paciente activo', consciente de su enfermedad; animado y apoyado por los profesionales que lo siguen, él o ella permanece en el centro de su propio camino de atención.

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Fuente:

GSD

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