Las dificultades de diagnosticar el Alzheimer

El Alzheimer es una enfermedad que no se diagnostica en un alto número de pacientes. Según las cifras publicadas por la Sociedad Española de Neurología (SEN), de las personas 600,000 afectadas por este enfermedad neurodegenerativa, entre 30% y 40% desconocen que incluso lo tienen.

 

Los primeros síntomas generalmente aparecen alrededor de 5 años antes de que se desarrolle la enfermedad. Comienza como Pérdida de memoria, especialmente en relación con los acontecimientos recientes. A medida que se preparan los preparativos para Día mundial contra el Alzheimer el sábado 21st En septiembre, se nos recuerda que un diagnóstico temprano durante la etapa inicial es una herramienta fundamental para mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familias.

 

Sin embargo, esta enfermedad no es fácil de diagnosticar. La enfermedad de Alzheimer puede confundirse fácilmente con otros tipos de demencia, especialmente en las primeras etapas. La enfermedad de Alzheimer es causada por la muerte neuronal y por la presencia de dos estructuras cerebrales anormales: la proliferación de placas seniles (depósitos de péptido beta-amiloide) y la formación de estructuras llamadas fibrillas amiloides. La confirmación absoluta de que una persona se ve afectada por esta enfermedad solo se puede dar después de un biopsia, que no es una solución clínica. Por lo tanto, los especialistas usan otras técnicas combinadas: entrevistas clínicas, imágenes biomédicas (TAC, resonancias magnéticas del cerebro), electroencefalogramas y análisis de la proteína beta-amiloide en el líquido cefalorraquídeo.

 

El problema de llegar a un diagnóstico significa que, en las primeras etapas, la enfermedad solo se reconoce en el 5% de los casos, mientras que en las etapas posteriores y más evolucionadas se diagnostica en el 64% de los casos.

 

El Alzheimer es una de las principales causas de discapacidad y la dependencia en el mundo occidental y su incidencia está aumentando. Debido al envejecimiento progresivo de la población y al aumento de la esperanza de vida del paciente, se calcula que en 2050 podría haber más de un millón de personas con esta enfermedad solo en España. La situación se ve exacerbada por el hecho de que conlleva una enorme carga para estructuras sociales y sanitarias. Un paciente afectado con Alzheimer requiere, en promedio, 70 horas a la semana de atención. En 80% de los casos, la responsabilidad del cuidado de los pacientes recae en los miembros de la familia.

 

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