Manchado o sangrado femenino atípico: que es y la vía de diagnóstico

"Manchado" o "sangrado atípico" son las palabras que definen el sangrado que puede ocurrir entre los ciclos menstruales, después del coito o durante la menopausia.

Ocurren ocasionalmente y en diferentes momentos de la vida de una mujer. En la mayoría de los casos no son motivo de preocupación, pero son un signo que nunca debe subestimarse.

El “sangrado atípico” ocurre fuera del período menstrual y puede ocurrir en varias etapas de la vida de una mujer: prepuberal y adolescente, maternidad, embarazo y posmenopáusica.

La secreción es un goteo o sangrado de color rojo oscuro asociado con coágulos de sangre que dura varios días.

Pueden ocurrir coincidiendo con el período ovulatorio, después de las relaciones sexuales, pero también como un flujo menstrual particularmente abundante todos los meses o durante el embarazo.

Es importante no subestimar este signo porque podría ser un síntoma temprano de una patología que afecte a la vagina, el cuello del útero, el cuerpo del útero (mucosa endometrial o la parte muscular).

Cuando el sangrado se repite con el tiempo es importante consultar a un ginecólogo

En particular: en la edad fértil cuando el síntoma se presenta después de las relaciones sexuales o cuando los flujos menstruales son particularmente abundantes (metrorragia); en la posmenopausia deberían alarmar aún más a la mujer porque el problema no debería ocurrir.

Las causas más frecuentes de sangrado uterino atípico en edad fértil son los desequilibrios hormonales, las dosis inadecuadas de la píldora anticonceptiva, la presencia de un DIU que puede provocar inflamación de la mucosa endometrial, los miomas o pólipos cervicales o endometriales.

La pérdida de sangre es más raramente un signo de lesiones tumorales o pretumorales cervicales o vaginales.

En la menopausia, por otro lado, el sangrado puede deberse a micro-laceraciones de la mucosa postcoital en la deficiencia de estrógenos, la presencia de pólipos endometriales o tumores uterinos o vaginales.

El sangrado es, de hecho, el síntoma cardinal de las neoplasias del útero, el endometrio y la vagina.

Es por ello que, si el manchado se repite durante la menopausia, es fundamental acudir a un médico especialista, ya que podría ser el signo de una patología benigna o neoplásica que necesita ser investigada.

Durante el examen, se realiza una prueba de Papanicolaou, una ecografía transvaginal y una biopsia si se encuentra una lesión sospechosa, preferiblemente bajo guía colposcópica.

La colposcopia es un examen que consiste en observar el cuello uterino y la vagina bajo un microscopio óptico, con la ayuda de reactivos que “colorean” las mucosas, haciendo más evidentes las lesiones pre-tumorales o neoplásicas.

La ecografía, gracias a una sonda ecográfica que se introduce en la cavidad vaginal, proporciona información detallada sobre el estado de la vagina, el útero y los ovarios y trompas y permite evaluar y diagnosticar con precisión los miomas o pólipos, malformaciones o sospechas de lesiones neoplásicas.

Toda mujer, desde una edad temprana, debe cuidarse y hacerse un examen ginecológico al iniciar su vida sexual y hacerse una prueba de Papanicolaou (+/- prueba de VPH) cada 3 años hasta los 65 años.

El sangrado atípico nunca debe subestimarse, siempre debe informarse al ginecólogo.

El tiempo es un factor crucial: es importante no posponer las visitas y las investigaciones porque un diagnóstico temprano puede cambiar favorablemente el resultado de la enfermedad.

Lea también:

VIH, un estudio de la OMS: "El cabotegravir es muy eficaz para prevenir la adquisición del VIH en las mujeres"

La vacuna contra el VPH reduce el riesgo de recaída en mujeres positivas

Fuente:

Instituto Tumori de Milán

Quizás te interese