Monitorización cerebral del recién nacido: qué es y por qué se practica en las unidades de cuidados intensivos neonatales
Monitorización cerebral del recién nacido: comprobación de la actividad, oxigenación y estructura del cerebro de los lactantes ingresados en unidades de cuidados intensivos neonatales, que tienen un mayor riesgo de complicaciones neurológicas
La importancia de la monitorización del cerebro del recién nacido
Los avances en neonatología en las últimas décadas han cambiado las perspectivas de vida de los recién nacidos en riesgo, reduciendo drásticamente su mortalidad.
La consecuencia de estos éxitos es la selección de una población de recién nacidos en riesgo de sufrir complicaciones que son consecuencia directa de la enfermedad sufrida en el periodo neonatal y de las terapias realizadas.
Entre las más temidas están las complicaciones neurológicas.
Estas son las razones por las que hemos introducido la monitorización cerebral no invasiva para neonatos críticos en la unidad de cuidados intensivos neonatales, que evalúa tanto la actividad eléctrica continua con el método denominado 'Electroencefalografía de Amplitud Integrada (aEEG) o Monitorización de la Función Cerebral (CFM)', y el nivel de oxigenación en el cerebro mediante espectroscopía de infrarrojo cercano (NIRS) junto con un escáner cerebral, que en los recién nacidos se puede realizar a través de la fontanela anterior en los primeros meses de vida.
En algunos casos puede ser adecuado realizar una resonancia magnética, que ya no requiere anestesia profunda y también se puede realizar en una consulta externa especializada.
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Cómo se realiza el monitoreo cerebral del recién nacido:
Electroencefalografía de amplitud integrada (aEEG) permite el registro continuo de la actividad eléctrica cerebral con dos o cuatro electrodos en el cuero cabelludo.
Ahora hay numerosos ejemplos que demuestran su validez. Su uso en la monitorización continua de funciones vitales permite monitorizar la función cerebral en pacientes que tienen una enfermedad neurológica establecida.
Esta técnica se usa ampliamente para identificar ataques epilépticos y evaluar la respuesta a la terapia. La prueba también es útil para evaluar la maduración de la actividad cerebral, por ejemplo, en bebés prematuros.
El aEEG es una simplificación de la electroencefalografía tradicional y, a diferencia de la electroencefalografía tradicional, tiene la ventaja de permitir un seguimiento continuo, siendo más fácil de interpretar y, por lo tanto, puede ser evaluado por médicos y enfermeras neonatales.
Espectroscopia de infrarrojo cercano (NIRS) es un sistema de visualización no invasivo del cerebro que utiliza ondas de luz no ionizantes para registrar los cambios en el suministro de sangre al cerebro mediante sensores ópticos adheridos al cuero cabelludo.
Proporciona información sobre el estado de oxigenación de los tejidos y el cerebro y, por lo tanto, proporciona información indirecta sobre la circulación sanguínea.
NIRS puede considerarse como una “ventana abierta al cerebro”, que nos permite identificar en una etapa temprana situaciones de riesgo circulatorio y por lo tanto iniciar rápidamente la terapia adecuada.
Ultrasonido cerebral es un método de diagnóstico no invasivo que se puede utilizar junto a la cama del paciente para visualizar las estructuras del cerebro e identificar problemas como hemorragias, dilataciones del sistema ventricular y cambios en la sustancia blanca cerebral.
La exploración por ultrasonido se realiza en todos los bebés prematuros, en aquellos con sospecha de enfermedad cerebral o siempre que se requiera un estudio neurológico adicional.
La resonancia magnética (RM) es una investigación más precisa reservada para los bebés que requieren una mayor investigación de los síntomas neurológicos.
Permite una mejor evaluación de áreas del cerebro que son difíciles de investigar con ultrasonido transfontanelar.
Se utiliza no solo en enfermedades malformativas e infecciosas, sino especialmente en la encefalopatía hipóxico-isquémica.
La resonancia magnética también es útil en la evaluación de la maduración cerebral (mielinización) en el recién nacido prematuro.
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