Ondas de choque focales: qué son y cuándo se utilizan

Las ondas de choque focales, introducidas en medicina a principios de la década de 1990 para tratar cálculos renales (litotricia urológica), también se han utilizado durante más de una década para tratar muchos trastornos musculoesqueléticos (principalmente tendones y huesos)

Método no invasivo, las ondas de choque son en muchos casos una opción terapéutica válida para el tratamiento de muchas enfermedades, incluso en la fase aguda, gracias a sus beneficiosas propiedades antiinflamatorias, analgésicas y 'antiedema' (es decir, para combatir la 'hinchazón '), así como para estimular la reparación de tejidos.

Más recientemente, de hecho, también han demostrado su eficacia en el campo de la regeneración de la piel, acelerando el proceso de curación de llagas, úlceras y heridas 'difíciles' de diversos orígenes, incluidas las postraumáticas.

¿Qué son las ondas de choque?

Son ondas acústicas (impulsos de sonido de naturaleza mecánica), producidas por generadores especiales (litotriptores), que luego son capaces de propagarse en los tejidos, en una secuencia rápida y repetida.

Se caracterizan por una forma de onda particular (primera fase de presión positiva, seguida de una fase igualmente rápida, menos extensa, de presión negativa), que los diferencia de los ultrasonidos y que, en su conjunto, es responsable de los efectos biológicos positivos aplicables en el campo terapéutico.

A nivel microscópico, la estimulación con ondas de choque es comparable a una especie de 'micro-masaje' profundo de los tejidos y células, capaz de inducir a estas últimas a reaccionar positivamente, con la producción de sustancias con acción antiinflamatoria y factores de crecimiento, que estimulan la regeneración de los propios tejidos, a partir de las células madre.

Este tipo de estimulación mecánica también puede aplicarse con éxito en muchos casos (en asociación con otras terapias codificadas) para reducir la hipertonía muscular en estados de espasticidad de diversa etiología, tanto en miembros inferiores como superiores, aunque el mecanismo de acción es aún parcialmente desconocido. .

Gracias a estos efectos biológicos básicos, desde hace más de una década se ha extendido ampliamente el uso de ondas de choque desde el campo urológico al campo de la ortopedia, la fisiatría y la rehabilitación, pero con diferencias sustanciales ligadas a que actúan sobre tejidos vivos y no en concreciones calcificadas no viables (como piedras).

Bien toleradas, no invasivas, repetibles y de gran eficacia clínica, las ondas de choque focales, en determinados casos seleccionados adecuadamente, resultan también una alternativa a la cirugía, o una solución para el tratamiento de las secuelas del traumatismo o de la propia cirugía.

Ondas de choque también:

  • puede actuar sinérgicamente (es decir, reforzar) con otras terapias, o incluso mejorar y acelerar los resultados esperados de la cirugía;
  • el tratamiento con ondas de choque realizado en primera instancia no excluye la posibilidad de intervenir posteriormente con otras soluciones terapéuticas (p.ej. cirugía).

La terapia se realiza de diferentes formas según el paciente padezca patologías óseas, tendinosas y musculares, espasticidad o patologías cutáneas.

La duración de cada sesión puede variar de 10 a 15 minutos en el caso de aplicaciones de tejidos 'blandos' (tendones, músculos y piel), a más larga (hasta una hora) para tratamientos óseos.

El paciente generalmente se coloca en posición supina en el sofá o en una posición sentada.

Durante toda la duración de la terapia el paciente está bajo constante y directa supervisión médica, por lo que el nivel de energía también se modifica según la sensibilidad del paciente.

Las ondas de choque son seguras y efectivas.

El tratamiento con ondas de choque focales es un método ambulatorio, no invasivo, seguro y de probada eficacia.

La terapia prácticamente no tiene efectos secundarios clínicamente relevantes y es bien tolerada (si se realiza correctamente) y repetible.

Los beneficios para el paciente ahora son reconocidos internacionalmente y han sido probados por cerca de 15 años de experiencia en la práctica clínica diaria.

Seguimiento con tratamiento

El tratamiento puede, en algunos casos, tener un efecto analgésico inmediato, pero esta no es la regla.

Generalmente, los beneficios ocurren progresivamente, durante semanas.

Para evaluar correctamente la eficacia del tratamiento se aconseja un seguimiento de unos 2-3 meses.

Durante este período, se recomienda abstenerse de realizar actividades deportivas y descansar.

Además, en el caso de tratamientos realizados por problemas de consolidación ósea (p. ej. en pseudoartrosis), dado que la estabilidad mecánica es fundamental para la cicatrización, se puede prescribir un aparato ortopédico para inmovilizar la extremidad o el uso de muletas.

El tratamiento con ondas de choque focales es eficaz en el tratamiento de muchas enfermedades de los huesos y tejidos 'blandos' (tendones, ligamentos), gracias a sus beneficios antiinflamatorios, analgésicos y 'antiedema' (es decir, para combatir la 'hinchazón') propiedades, además de estimular la reparación de tejidos:

  • tratamiento de ondas de choque contra las calcificaciones
  • modulación de ondas de choque para enfermedades inflamatorias en fase aguda (es decir, de aparición más reciente y ya muy dolorosas en sí mismas)
  • tratamiento de ondas para la regeneración de tejidos (para el tratamiento de úlceras cutáneas de diversos orígenes y enfermedades relacionadas)
  • tratamiento de ondas de choque para el tratamiento de fracturas.

¿Las ondas de choque son dolorosas o peligrosas?

NO, si se realiza de acuerdo con protocolos de tratamiento codificados y con equipo, por lo general son bien tolerados.

Especialmente cuando se trata de tratamientos para patologías de tejidos “blandos” (tendones y ligamentos).

En algunos casos, si el paciente siente una ligera molestia, el médico puede ajustar la intensidad de la energía y el número de golpes aplicados para garantizar que el tratamiento se tolere mejor y siga siendo efectivo.

Además, algunos protocolos de tratamiento prevén un aumento progresivo de la energía aplicada, para que el paciente pueda adaptarse sin demasiada dificultad.

En el caso de tratamientos en el hueso, donde se aplican energías más altas por un período de tiempo más largo, el dolor puede ser más intenso y se puede requerir anestesia local.

Como esta es una terapia no invasiva, es segura y casi libre de efectos secundarios importantes.

En general, pueden ocurrir después de la aplicación de alta energía:

  • pequeños hematomas, petequias y hematomas superficiales y de corta duración;
  • despertar temporal de los síntomas del dolor. El recrudecimiento del dolor tras el tratamiento con ondas de choque no debe interpretarse como un evento adverso o negativo, sino como una posible respuesta positiva a la estimulación mecánica de los tejidos.

El tratamiento con ondas de choque focales es una terapia denominada "manu-médica", es decir, realizada por un médico con experiencia específica en el campo.

Básicamente, no hay “contras”: como todos los tratamientos “biológicos”, que implican una respuesta de los tejidos, el resultado (especialmente para la regeneración ósea y, en menor medida, de la piel) no es inmediato, sino que se manifiesta con el paso de los meses. siguiente al final del tratamiento.

Sin embargo, cabe señalar que las ondas de choque no sustituyen en todos los casos al tratamiento quirúrgico.

¿Las ondas de choque tienen contraindicaciones?

Actualmente se reconocen las siguientes contraindicaciones, divididas en absolutas y relativas.

Las contraindicaciones absolutas son

  • la presencia de estructuras delicadas y sensibles, como el encéfalo, espinal cordón y gónadas en el campo focal;
  • la presencia de patologías tumorales y tromboflebitis donde se debe aplicar ondas de choque;
  • el embarazo
  • la presencia de órganos huecos (p. ej., pulmones e intestinos) en el campo focal (se pueden producir daños en los tejidos cuando la onda sonora pasa de sólido a gas).

Se consideran contraindicaciones relativas

  • la presencia de Marcapasos o electroestimuladores de diferente origen (en particular para pacientes con Marcapasos, se debe prestar atención al tipo de generador a utilizar);
  • la proximidad del cartílago que aún está en fase de crecimiento (en realidad, ahora se considera más una precaución que una verdadera contraindicación, ya que numerosos estudios experimentales han demostrado la ausencia de efectos nocivos)
  • Enfermedades o alteraciones de la coagulación de la sangre (coagulopatías con tendencia al sangrado): en estos casos, el médico valorará la idoneidad o no del tratamiento para cada paciente en particular, y eventualmente también el tipo de instrumentación a utilizar.

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Fuente:

Humanitas

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