Prostatitis: síntomas, causas y diagnóstico

La prostatitis es una enfermedad de la próstata, caracterizada por síntomas urinarios severos, típicos de inflamación o infección de la glándula prostática

La parte anatómica del cuerpo humano que se ve afectada por el proceso flogístico, la mayoría de las veces de origen bacteriano, es la próstata, una glándula que participa activamente en la formación del líquido seminal, y su importante estado flogístico también podría conducir a un problema de fertilidad.

De hecho, alrededor del 18 al 20% de toda la infertilidad masculina es atribuible a estados inflamatorios crónicos de la glándula prostática y las vesículas seminales.

La próstata, de hecho, produce el 30% del líquido seminal total, enriqueciéndolo con sustancias esenciales que son vitales para la supervivencia y la calidad de los espermatozoides.

La inflamación de la próstata, apodada por muchos el 'Reservorio de Infecciones', afecta a alrededor del 38% de los hombres sexualmente activos y, a menudo, es incapacitante, a pesar de que hay poca explicación en la literatura científica.

Muchos pacientes que padecen esta molesta e incapacitante enfermedad, que no es más que una inflamación, seguida muchas veces de una infección de la glándula prostática, son tratados como 'pacientes imaginarios' o incluso tienen que vivir con ella.

Este no es el caso: existen, de hecho, varias terapias para el tratamiento de la prostatitis y reglas para su prevención.

Inflamación de la próstata: causas y factores de riesgo

Además de la presencia de microorganismos, en la génesis de la inflamación intervienen otros factores de riesgo:

  • La edad, ya que los trastornos de la próstata se dan más en hombres mayores de 60 años, aunque también pueden presentarse a partir de los 40 años;
  • La disfunción intestinal, que implica una evacuación irregular, puede promover la congestión pélvica y la subsiguiente inflamación de la próstata;
  • Una dieta irregular y desequilibrada, acompañada de una fuerte ingesta de licores fuertes, puede conducir a la intoxicación, fenómeno que favorece la aparición de la inflamación;
  • Fumar, que es tóxico tanto directa como indirectamente al alterar la capacidad del tejido para repararse y defenderse;
  • La falta de tensión muscular en la región de la próstata, con sedentarismo o abstinencia eyaculatoria, lo que reduce el trabajo secretor de la glándula;
  • Esfuerzos musculares excesivos, como correr, andar en bicicleta o ciertos tipos de trabajo, que someten al cuerpo a vibraciones continuas;
  • El debilitamiento de las capacidades defensivas del organismo, provocado por disfunciones del sistema inmunitario o por estrés y tensión emocional, que favorecen la propagación de infecciones.

¿Qué tan extendida está la prostatitis?

La prostatitis aguda o crónica, también conocida como síndrome de dolor pélvico crónico, muy frecuentemente de origen bacteriano, afecta principalmente a pacientes varones menores de 60 años, que presentan trastornos urinarios irritativo-obstructivos, molestias suprapúbicas y perineales, una prematura y desagradable si no dolorosa eyaculación y una disminución del deseo sexual que, en la mayoría de los casos, también se asocia con una disminución de la erección.

Se ha observado que esta patología también está muy influenciada por el estilo de vida y los hábitos alimentarios del paciente: de hecho, favorece a los fumadores y a las personas que comen principalmente hidratos de carbono y queso, y que durante la actividad sexual practican el coitus interruptus y mantienen relaciones sexuales con múltiples parejas sexuales.

Las diferentes formas de prostatitis

La prostatitis puede presentarse en formas bacterianas o no bacterianas, agudas y crónicas.

Prostatitis bacteriana aguda es generalmente una enfermedad febril de inicio rápido, caracterizada por síntomas urinarios severos, en los cuales la glándula en cuestión en el examen rectal está hinchada, agrandada y dolorosa.

Prostatitis bacteriana crónica, por otro lado, se caracteriza por Infecciones Bacterianas persistentes y recurrentes, causadas por Bacterias, Hongos y Virus, que, a pesar de varios ciclos repetidos de terapia antibiótica, finalmente no se erradican.

Dichos pacientes generalmente presentan una larga historia de síntomas irritativos, asociados con trastornos de la micción que han surgido casi repentinamente.

Se puede decir, sin embargo, que la prostatitis es una enfermedad causada, casi siempre, por agentes microbianos que pueden o no ser detectables mediante pruebas de laboratorio.

Prostatitis crónica no bacteriana. Esta es la forma más común. Los síntomas son similares a los de la prostatitis bacteriana crónica con la excepción de la fiebre, que generalmente no está presente, y la presencia de bacterias en la orina o en el esperma.

Según la presencia o ausencia de Las células blancas de la sangre en la orina o en el líquido espermático se habla de prostatitis crónica no bacteriana inflamatoria y de prostatitis crónica no bacteriana no inflamatoria o disfuncional.

Prostatitis inflamatoria asintomática. Este tipo de prostatitis se caracteriza por la ausencia de síntomas específicos y duraderos y, por lo tanto, no se diagnostica.

Las molestias, como un déficit eréctil ocasional, disfertilidad leve o moderada o hipersensibilidad leve o moderada del glande, son de intensidad reducida y la inflamación generalmente se pasa por alto.

Este tipo de prostatitis parece estar asociado a otros agentes infecciosos y anomalías estructurales del aparato urinario, pero también a estilos de vida específicos (trabajo que somete a la próstata a vibraciones continuas o esfuerzos realizados con la vejiga llena).

Síntomas de prostatitis

La sintomatología de la prostatitis consiste principalmente en

  • trastornos de la micción que incluyen: micción imperativa, nocturia, disminución de la potencia del chorro urinario, sensación de vaciado incompleto de la vejiga, goteo urinario terminal;
  • estado doloroso: ardor al orinar – malestar inguinal con sensación de sueño profundo – malestar escrotal – dolor perineal – malestar suprapúbico o vesical – dolor coccígeo – malestar anorrectal – malestar rectal (sin embargo, también puede ser causado por la presencia de glándulas hemorroidales)
  • problemas en la esfera sexual: disminución del deseo sexual – déficit de erección – eyaculación precoz y dolorosa antes, durante y después del coito – hemospermia, sangre en el líquido seminal
  • posible disminución de la fertilidad debido a cambios físico-químicos en la secreción prostática, con alteraciones en la coagulación y posterior licuefacción de los espermatozoides y cambios tanto en el número como en la motilidad de los espermatozoides.
  • Los síntomas dolorosos son los que el paciente siente con mayor facilidad y son fundamentales para el diagnóstico de prostatitis.

Estos se vuelven más evidentes a medida que cambian las estaciones y son:

  • Dolor testicular bilateral o unilateral;
  • Sensación de incomodidad y pesadez en la zona del Perineo (zona desde los testículos hasta el ano);
  • Dolor inguinal bilateral, como sensación de ropa interior apretada;
  • Sensación de pesadez en el ano, deseo de defecar, pero sin evacuación.
  • Dolor agudo y ardor en la punta del pene, durante y después de la eyaculación.
  • Dolor suprapúbico, a nivel de la vejiga, con sensación constante de vaciamiento urinario incompleto.

Síntomas de la esfera sexual.

Los síntomas que se enumerarán a continuación suelen presentarse en pacientes con prostatitis crónica, que padecen esta enfermedad desde hace muchos años y que presentan recurrencias repetidas.

También presentan, dada la persistencia de la enfermedad, importantes problemas psicológicos como,

  • ansiedad de rendimiento
  • Disminución del deseo sexual;
  • Ligera disminución de la erección;
  • Presencia de hemospermia, rastros de sangre en el semen (presencia de cálculos en los conductos eyaculadores, visibles a través de Ultrasonido Vejiga-Prostática TransRrectal);
  • Eyaculación precoz (generalmente provocada por la presencia de microcalcificaciones a nivel del Veru Montanu, y en la zona Para-Uretral, visibles y diagnosticables, mediante la realización de la Ecografía Trans-Rectal Vejiga-Prostática).

Síntomas urinarios

Los síntomas urinarios que se mencionarán a continuación pueden presentarse tanto en pacientes con Hipertrofia Prostática Benigna como en Prostatitis por hiperactividad del músculo detrusor.

Lo que los diferencia y nos orienta a hacer un diagnóstico diferencial es el tiempo de aparición, tardío para la Hipertrofia Prostática, rápido para la Prostatitis.

Además, mientras la Hipertrofia Prostática representa una patología de origen obstructivo, la Prostatitis, por el contrario, es de origen flogístico/infeccioso.

Una situación de origen obstructivo, sin embargo, también se puede encontrar en pacientes jóvenes, ya que pueden presentar, de forma flogística o congénita, rigidez vesical. cuello, llamada esclerosis del cuello de la vejiga.

  • Vacilación al orinar;
  • Micción imperativa y frecuente, con emisión de poca orina, polaquiuria;
  • Regate terminal;
  • Micción nocturna, nicturia;
  • Disminución de la producción de orina;
  • Sensación de vaciamiento urinario incompleto.

 El diagnóstico de prostatitis se hace por:

  • examen urológico con exploración digito-rectal;
  • ecografía vejiga-próstata tr o sp con estudio dinámico relativo de la micción;
  • evaluación del residuo posmiccional;
  • uroflujometría con valoración del residual posmiccional.

Los exámenes microbiológicos específicos para la patología en cuestión son

  • prueba de orina 1' yeso con cultivo y ABG para gérmenes comunes, micetos, protozoos, micoplasmas, clamidia traqueal.
  • espermiocultivo con ABG para gérmenes comunes, micetos, protozoos, micoplasmas, chlamydia trach.;
  • Hisopado uretral con cultivo y ABG para gérmenes comunes, micetos, protozoos, micoplasmas, clamidia traqueal. y gonococo.

En presencia de síntomas de disminución del deseo sexual y erección, se toman muestras de sangre para la dosificación de hormonas sexuales.

En cuanto al examen urológico para pacientes con prostatitis, se realizará de acuerdo con el siguiente calendario:

  • Anamnesis precisa del paciente, con máxima atención a los síntomas que refiere;
  • Examen general;
  • Exploración urológica, con exploración rectal digital (palpación de la glándula prostática);
  • Ecografía Trans-Rrectal Vesical-Prostática, con estudio dinámico relativo de la micción, asociado a Uroflujometría, todo realizado con ultrasonido equipo y sondas biplanares de última generación, estudiando en particular: Volumen glandular, Perfil capsular, presencia o ausencia de áreas de fibrocalcificación, visión de las vías eyaculatorias, su recorrido, regularidad del suelo vesical, posible presencia de esclerosis del cuello vesical y visión de la uretra prostática;
  • Evaluación del Residuo Urinario Post-Menor;
  • Solicitar Exámenes de Laboratorio Especializado, determinación en líquido seminal de interleucina IL-8, con Técnica Normal o PCR;
  • Solicitar Exámenes de Especialista, Test de Meares-Stamey, Dosificación de PSA, Total, Libre/Ratio, y también solicitar Hisopados Uretrales, con cultivos relativos y Antibiograma (ABG), luego de Masaje Prostático, Espermiocultivo con ABG, Cultivo de Secreción Prostática, con ABG, y otros , examen de orina echo, con Urinoc. y Antibiograma;

En presencia de síntomas de la Esfera Sexual, dosificación requerida de Hormonas Sexuales, Total, Testosterona Libre, Deha, Dehas, Lh, Fsh, Prolactina.

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