
¿Qué es la hernia inguinal?
Hablemos de hernia inguinal: el término hernia indica la protrusión de una víscera, o parte de ella, de la cavidad natural que normalmente la contiene
La hernia inguinal es una de las enfermedades más frecuentes en el mundo y afecta predominantemente a los hombres, que la padecen de 7 a 10 veces más que las mujeres
Esta diferencia está ligada a diferencias anatómicas relacionadas con el canal inguinal, una estructura anatómica similar a un conducto que conecta el abdomen con el exterior atravesando todo el espesor de la pared abdominal.
La causa de la hernia inguinal puede ser congénita o adquirida
Los factores congénitos son responsables de la mayoría de las hernias inguinales.
La imposibilidad de obliterar el proceso vaginal es el factor principal que conduce al desarrollo de una hernia inguinal indirecta.
Las hernias directas, por otro lado, se atribuyen al desgaste por estrés en la pared posterior del canal inguinal.
El esfuerzo para defecar, la tos o el levantamiento de pesas son factores que pueden conducir al debilitamiento del suelo inguinal.
La hernia puede ser inguinal, cuando compromete solo el canal inguinal, o inguino-escrotal, cuando se extiende al escroto.
Se manifiesta con una tumefacción de la región inguinal, generalmente tras el esfuerzo, que se reduce espontáneamente o con las maniobras adecuadas, en cuyo caso se denomina hernia reducible.
Cuando la hinchazón no es reducible en el abdomen y es muy dolorosa, hablamos de una hernia irreductible u obstruida.
Este último puede atragantarse, una complicación bastante rara (aparece en alrededor del 4 % de los casos), causando dolor intenso, vómitos hasta necrosis y perforación intestinal.
Por esta razón, requiere una intervención quirúrgica inmediata.
La hernia inguinal se puede diagnosticar mediante un examen especializado, a veces complementado con una ecografía específica de la región inguinal.
No existe tratamiento médico para la hernia inguinal
La mayoría de las restricciones que se prescriben solo retrasan la operación sin evitar el riesgo de complicaciones.
Una hernia inguinal debe tratarse quirúrgicamente.
La cirugía es un procedimiento ya estandarizado que implica el uso de prótesis que se integran con los tejidos para reforzar la pared abdominal, reduciendo así el riesgo de recurrencia.
La operación se puede realizar con la técnica tradicional, que implica una incisión de unos 5-8 cm a nivel del canal inguinal, y se puede realizar en Day-Surgery generalmente bajo anestesia local.
La cirugía laparoscópica está indicada en casos de hernia inguinal multirrecurrente o en deportistas de competición.
La recuperación de la operación es de pocas horas, el paciente puede caminar esa misma tarde y puede hacer vida normal a partir del día siguiente.
Requiere una restricción al esfuerzo físico durante 30 días.
La cirugía de hernia se ha convertido en la actualidad en una operación de rutina, ya que es la cirugía más realizada en el mundo.
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