Síndrome de piernas inquietas: que es y como tratarlo

Pequeños tirones y sacudidas, hormigueo y hormigueo, la necesidad de mover las piernas: estos son los principales síntomas del 'síndrome de las piernas inquietas', un trastorno neurológico que afecta especialmente a las mujeres y se produce principalmente al final del día o por la noche.

Síndrome de piernas inquietas: las causas de este trastorno

Una de las principales causas de este trastorno es el descenso fisiológico de la dopamina, un neurotransmisor cuyos niveles descienden sobre todo por la noche, provocando los síntomas indicados: el sistema dopaminérgico bajo la corteza cerebral está formado por neuronas que controlan el movimiento, y su disfunción envía Señales incorrectas a los músculos que provocan inquietud y malestar en las extremidades inferiores.

Por eso sientes la necesidad de moverte y dar un paseo para estirar las piernas.

La caída de la dopamina se produce sobre todo en las horas de la tarde y la noche, lo que dificulta conciliar el sueño o incluso interrumpir el sueño.

Las personas que padecen este síndrome también suelen padecer insomnio, ya que la inquietud de los miembros inferiores solo se alivia con el movimiento, lo que obliga al paciente a levantarse de la cama y afecta así la calidad del sueño.

Síndrome de piernas inquietas: dos formas del mismo trastorno

Hay dos formas de este síndrome, conocidas como forma primaria o secundaria.

En el primer caso, el síndrome es familiar o idiopático, por lo que se desconoce la causa y suele presentarse alrededor de los 40 años.

La forma secundaria, por el contrario, tiene un inicio 'tardío' y está asociada a otras enfermedades, trastornos o condiciones, como la deficiencia de hierro, insuficiencia renal, diabetes tipo 2, neuropatías periféricas como las relacionadas con la uremia y la diabetes, y Alteraciones en el sistema extrapiramidal como espinal lesiones del cordón, pero también cambios hormonales como la menopausia, el embarazo (sobre todo en el tercer trimestre) y, por último, enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson.

Diagnostico y tratamiento

Para diagnosticar este síndrome no son necesarios exámenes instrumentales o invasivos, pero la observación clínica de los síntomas por parte del neurólogo es suficiente.

En cuanto al tratamiento, depende mucho de la extensión y frecuencia de los síntomas y las molestias: en algunos casos basta con actuar sobre el estilo de vida, mejorando la calidad del sueño, como acostarse y despertarse a horas regulares, dedicando realizar actividades relajantes y reducir la ingesta de estimulantes antes de dormir.

Cuando estas medidas cotidianas no son suficientes, la terapia con medicamentos es el siguiente paso: entre los medicamentos más utilizados se encuentran los dipaninoagonistas y los anticonvulsivos.

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Fuente:

Humanitas

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