Alzheimer: síntomas, causas y tratamiento

La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia, es decir, disminución de las facultades mentales: según estimaciones oficiales, representa el 50-80% de los casos de demencia y afecta a 600 mil personas solo en Italia.

No es una enfermedad repentina, sino progresiva: provoca un lento deterioro de la memoria, el razonamiento y las capacidades de pensamiento.

Los afectados pierden paulatinamente su autosuficiencia hasta volverse totalmente dependientes de los demás.

No es casualidad que esta enfermedad sea considerada la principal causa de discapacidad en el envejecimiento.

Enfermedad de Alzheimer, qué es

El Alzheimer consiste en una pérdida progresiva de las capacidades y funciones cerebrales: las mnésicas, cognitivas y funcionales.

Aunque existen formas de la enfermedad con un inicio temprano (incluso a los 45 años), la gran mayoría de las personas muestran los primeros síntomas después de los 65 años.

La incidencia de la enfermedad aumenta con la edad.

Las mujeres se enferman un poco menos que los hombres en las formas tempranas, mientras que se ven un poco más afectadas en las formas de aparición tardía.

El hecho de que la enfermedad sea más común a partir de cierta edad no significa que las personas mayores estén todas destinadas a enfermar.

Con el envejecimiento, es normal sufrir algunos problemas de memoria y ralentización del pensamiento, pero el Alzheimer es otra cosa: una enfermedad real que afecta solo a un segmento de la población.

causas de la enfermedad de alzheimer

Hasta la fecha, las causas de la enfermedad de Alzheimer no se conocen por completo.

Sin embargo, los expertos han identificado algunos de los mecanismos y procesos que conducen a la aparición de la enfermedad.

En primer lugar, se ha observado que el cerebro afectado por la demencia sufre una 'atrofia', es decir, se encoge de volumen (alrededor de un 20%) debido a la muerte prematura de un número muy elevado de neuronas (células nerviosas) en ' áreas críticas del cerebro, por ejemplo, el hipocampo y el lóbulo temporal, que controlan los circuitos de la memoria; el lóbulo frontal, especialmente el izquierdo, que controla el lenguaje; y el lóbulo parietal, que se encarga del uso de los objetos.

En segundo lugar, los estudios han demostrado que en presencia de la enfermedad de Alzheimer, se acumulan depósitos excesivos de material 'tóxico' en el cerebro.

En detalle, los fragmentos de una proteína, llamada beta amiloide, se acumulan en los espacios entre las células nerviosas y forman placas.

En el interior de las células, por otro lado, se acumulan fibras retorcidas de otra proteína llamada tau. Además, las neurofibrillas, los constituyentes de las neuronas, forman marañas que impiden el "diálogo" adecuado entre una célula nerviosa y otra.

Además, en el caso del Alzheimer, los contactos entre las células nerviosas (sinapsis), que regulan el comportamiento de una persona y permiten crear y depositar en el cerebro recuerdos, emociones, sensaciones, conocimientos, se reducen progresivamente.

Esto sucede debido tanto a las razones que acabamos de enumerar como a la reducción de los neuromediadores, en particular la acetilcolina, que son sustancias químicas que subyacen a la transmisión nerviosa.

Finalmente, sustancias, como el glutamato, que hacen que las células nerviosas se vuelvan hiperactivas, lo que las lleva a la degeneración en una etapa temprana.

Factores predisponentes

Las razones detrás de los mecanismos que conducen al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer aún no se conocen.

Parece existir una predisposición genética básica, presente desde el nacimiento, pero se desconocen las causas que la convierten en la manifestación clínica real.

También se ha visto que ciertos factores tienen cierta correlación con la enfermedad.

Aquí están los principales:

  • traumatismo craneoencefálico violento (con estado de coma o al menos amnesia prolongada) durante la vida;
  • antecedentes familiares de demencia (entre padres, abuelos, tíos, etc.), asociados a la presencia de determinadas alteraciones genéticas;
  • trastornos circulatorios y enfermedades cardíacas: parece que la salud del cerebro está estrechamente relacionada con la salud del corazón y los vasos sanguíneos;
  • baja escolaridad (en el sentido de "uso" deficiente de las funciones cerebrales propias).

Síntomas de la enfermedad de Alzheimer

El Alzheimer es una enfermedad astuta e insidiosa que inicialmente no muestra signos particulares de su presencia.

Los pacientes y familiares apenas notan en las primeras etapas que algo anda mal. Los primeros síntomas son casi siempre una ligera pérdida de memoria y una incapacidad progresiva para aprender nuevos conceptos o técnicas.

La dificultad para expresarse y comprender a los demás también suele estar presente.

Con el tiempo, la persona afectada puede

  • experimentando una disminución en las habilidades perceptivas visoespaciales, confundiendo tiempo y lugar;
  • cambiar el estado de ánimo, el carácter y la personalidad;
  • tienen problemas para emitir juicios;
  • ser incapaz de hacer cálculos matemáticos y razonamientos que requieran cierta lógica;
  • psiquiátrico También suelen estar presentes manifestaciones como ansiedad, depresión, irritabilidad, retraimiento social, apatía.

También puede haber una inversión del ciclo de sueño/vigilia y una tendencia a 'vagar' (es decir, a salir de casa sin un propósito específico y deambular todo el día sin ningún motivo) y a moverse constantemente por el entorno como un tigre enjaulado.

Las etapas avanzadas

Cuanto más avanza la enfermedad, más aumentan las dificultades: realizar actividades normales se vuelve cada vez más problemático, incluso realizar gestos mundanos como vestirse o lavarse las manos puede ser muy difícil.

La pérdida de memoria se vuelve cada vez más pronunciada: la persona no recuerda nombres, no reconoce a sus seres queridos y los lugares donde viven. Además, le resulta difícil hablar, escribir y moverse en el espacio.

A medida que avanza la enfermedad, el paciente acaba volviéndose completamente dependiente de los demás: tiene dificultad para caminar, rigidez de las extremidades, incontinencia urinaria y fecal; sólo puede pronunciar palabras dichas por otros o repetir sonidos o gemidos, a veces incluso es mudo; puede tener un comportamiento 'infantil', como llevarse todo a la boca.

Se necesitan varias pruebas para diagnosticar el alzhéimer

Los más importantes son los que permiten una evaluación neurológica e incluyen 'tests neuropsicológicos' para las funciones cerebrales más afectadas en una etapa temprana (pe memoria, lenguaje, escritura, cálculo, etc.).

También es indispensable una prueba de imagen del cerebro como una tomografía computarizada o, mejor aún, una resonancia magnética cerebral.

La PET también se puede utilizar para investigar si las áreas del cerebro en riesgo 'funcionan' (es decir, reciben sangre y consumen oxígeno y glucosa) con normalidad o no.

El especialista también puede hacer uso de investigaciones más detalladas y específicas.

enfermedad de alzheimer, tratamientos

Desafortunadamente, la enfermedad de Alzheimer es actualmente incurable. De hecho, todavía no existen tratamientos que puedan contrarrestarlo y detener su progresión.

Sin embargo, existen fármacos que consiguen frenar el empeoramiento de los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familias.

Por ejemplo, se utilizan medicamentos que funcionan aumentando los neurotransmisores en el cerebro.

En las formas temprana y media también es muy útil la rehabilitación cognitiva y física, que puede frenar la progresión de la enfermedad y también mejorar la vida de los pacientes y sus familias.

El programa de rehabilitación lo establece un equipo de diferentes especialistas y puede incluir ejercicios visuales y acústicos de complejidad creciente.

Intervenciones conductuales y educativas; participación en actividades para mejorar el estado de ánimo; la terapia de orientación a la realidad (ROT) dirigida a orientar al paciente con respecto a su vida personal, entorno y espacio; asesoramiento; y la terapia con mascotas también puede ser muy beneficiosa.

Para disminuir el riesgo de la enfermedad de Alzheimer, es bueno seguir algunos pasos:

  • tener una vida social activa
  • moverse tanto como sea posible;
  • no fumes
  • trate de evitar estresarse demasiado;
  • comer una dieta saludable;
  • 'ejercite' su mente con actividades como leer, crucigramas, estudiar;
  • someterse a los controles recomendados por su médico;
  • tratar cualquier enfermedad, como depresión, problemas cardíacos, diabetes.

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