Toxocariasis: la zoonosis transmitida por los nematodos Toxocara canis o Toxocara cati

La toxocariasis es una infestación larvaria transmitida por animales. Aunque está extendida por todo el mundo, es más frecuente en los países en vías de desarrollo

La toxocariasis es una zoonosis, es decir, una enfermedad transmitida por animales (perros, gatos y otros animales), y también se conoce como larva migrans visceral

Aunque está muy extendida en todo el mundo, la prevalencia es mayor en los países en vías de desarrollo tanto en animales como en personas.

Se trata de una infección provocada por ciertos gusanos, en concreto las larvas de los nematodos Toxocara canis o Toxocara cati, que crecen en perros y gatos respectivamente, y que pueden infectar accidentalmente a los humanos.

Los perros y gatos, a través de sus heces, dispersan los huevos del parásito al ambiente, los cuales pueden ser ingeridos por los humanos, especialmente los niños, quienes se exponen más fácilmente al suelo y tienden a llevarse las manos y objetos contaminados a la boca.

Una vez en el cuerpo humano, los huevos eclosionan en el intestino, liberando las larvas, que pueden penetrar la pared intestinal y migrar a varios tejidos, incluidos el hígado, los pulmones, el sistema nervioso central y los ojos.

Los huevos de los nematodos del género Toxocara también pueden ser ingeridos por otros mamíferos, como conejos u ovejas, y los humanos pueden infectarse al consumir la carne de estos animales, cruda o poco cocinada.

Las principales manifestaciones clínicas de la Toxocariasis son la larva migratoria visceral y la larva migratoria ocular

En la larva migratoria visceral, que afecta principalmente a niños en edad preescolar, las larvas invaden varios tejidos: hígado, pulmones, músculos esqueléticos, corazón.

Provocan los siguientes síntomas: fiebre, dolor muscular (mialgia), pérdida de peso, tos, erupción cutánea, hepatoesplenomegalia (agrandamiento del bazo). La migración al sistema nervioso central es rara y puede causar meningoencefalitis eosinofílica.

En las larvas oculares migratorias, las larvas producen diversas lesiones oftalmológicas.

La afectación es unilateral (afecta a un solo ojo) y el daño visual suele presentarse como uveítis, retinitis o endoftalmitis.

Pueden producirse daños visuales permanentes o ceguera.

Las formas más graves son raras y dependen de la migración de las larvas a través de los tejidos, donde pueden causar sangrado, formación de nódulos inflamatorios de tejido fibroso (granulomas) y muerte del tejido (necrosis).

Si se descuida y en niños frágiles, la enfermedad puede dar lugar a complicaciones como insuficiencia respiratoria, arritmias cardíacas y daño cerebral.

El diagnóstico requiere:

  • Un examen completo con antecedentes de los lugares que el niño ha frecuentado y si ha estado o no expuesto a objetos contaminados;
  • Evaluación de los síntomas;
  • Exámenes de sangre que muestren hiperglobulinemia, leucocitosis y eosinofilia, pero sobre todo se debe confirmar la presencia de anticuerpos contra el parásito;
  • Un método de diagnóstico directo, pero invasivo, consiste en tomar una muestra de tejido (biopsia) que se examina en busca de larvas o la inflamación resultante (generalmente hígado). Sin embargo, las larvas son difíciles de encontrar en las secciones de tejido y las biopsias tienen un bajo rendimiento.

El examen de las heces es, por otro lado, inútil en humanos, ya que no se pueden encontrar gusanos adultos que pongan huevos.

El examen de las heces de las mascotas infestadas puede, por el contrario, apoyar el diagnóstico.

No existe una cura efectiva y comprobada.

El tratamiento generalmente no es necesario, pero los síntomas se pueden tratar y se pueden usar medicamentos antiparasitarios y corticosteroides.

Los medicamentos antiparasitarios disponibles y efectivos son el albendazol y el mebendazol.

Se recomiendan para pacientes con síntomas moderados a severos.

Además, cuando los síntomas son graves o la infección ha afectado a los ojos, la administración de corticoides puede ser imprescindible.

Los antihistamínicos pueden ser suficientes en el caso de síntomas leves.

Ocasionalmente, se usa fotocoagulación con láser (aplicación de un haz de luz intenso) para matar las larvas en los ojos.

El pronóstico de la Toxocariasis es bueno y la enfermedad tiene una duración limitada, entre 6 y 18 meses

Desde un punto de vista práctico, por supuesto, es necesario seguir las reglas de higiene más básicas:

  • Lavarse las manos antes de comer y evitar que los niños se lleven las manos a la boca o la cara;
  • Disuadir a los niños de ingerir sustancias no alimenticias como tierra y arcilla;
  • Frecuentes jardines públicos y bloques de viviendas con especial cuidado: son zonas muy contaminadas y contaminantes.

En el caso de que el niño tenga una mascota como un perro o un gato en casa, es recomendable

  • Desparasitar al animal trimestralmente, siguiendo las indicaciones de su veterinario;
  • Cubre la caja de arena del gato;
  • Lave bien los tazones de comida con agua tibia.

La incidencia de esta enfermedad podría reducirse drásticamente si los dueños de mascotas erradicaran conscientemente los gusanos de sus animales (desparasitándolos) y eliminaran el material fecal que dejan sus mascotas, especialmente en patios, parques infantiles o áreas recreativas.

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Fuente

el niño Jesús

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