Dracunculosis: transmisión, diagnóstico y tratamiento de la 'enfermedad del gusano de Guinea'

También conocida como "enfermedad del gusano de Guinea", la dracunculosis es una enfermedad infecciosa causada por un gusano nematodo, Dracunculus medinensis ('Medina filaria' o 'gusano de Guinea')

La dracunculosis se propaga principalmente en las regiones tropicales de Asia y África (Ghana, Zimbabue, Valle del Nilo, Oriente Medio, India, Pakistán) y en aquellas zonas caracterizadas por la falta de agua potable: el número de personas infectadas se estima en unos 10 millones , mientras que la población en riesgo rondaría los 100 millones.

Cómo se transmite la dracunculosis

Los humanos contraen la enfermedad al beber agua contaminada por crustáceos microscópicos del género Cyclops que han ingerido las larvas del gusano.

En el intestino humano, las larvas se activan y se propagan a los espacios retroperitoneales; aquí los gusanos se hacen adultos, alcanzan la madurez sexual y fecundan.

Tras el apareamiento, el macho muere, mientras que la hembra (que puede alcanzar los 120 centímetros de longitud) se desplaza hacia el tejido subcutáneo, especialmente el de las extremidades inferiores, y deposita allí cientos de larvas.

En el lugar donde se ha asentado el Dracunculus medinensis se forma una vesícula que puede romperse al contacto con el agua, liberando al exterior las larvas, que a su vez infectarán a otros crustáceos.

Dracunculosis, cómo se manifiesta

La infección tiene un período de incubación de 8 a 14 meses, a menudo asintomático, seguido de un estado de debilitamiento que coincide con la activación de las larvas en el organismo.

La aparición de las vesículas se acompaña de una serie de síntomas debidos a reacciones alérgicas y a la acción del líquido tóxico emitido por el parásito: aumento de granulocitos eosinofílicos en sangre, urticaria, asma, dolor de cabeza, vómitos y diarrea.

La ruptura de la vesícula provoca una ulceración dolorosa de la piel, que puede infectarse y causar abscesos.

Tratamiento de Dracunculosis

No existe vacuna para la dracunculosis, por lo que para prevenir la infección es necesario adoptar una profilaxis escrupulosa, utilizar pozos protegidos y potabilizar el agua utilizada para la alimentación.

También es importante comer solo crustáceos bien cocidos, sobre todo si proceden de zonas endémicas.

El tratamiento consiste en extraer el gusano adulto (la técnica más utilizada consiste en hacerlo rodar sobre un palo de madera), curar la herida y tratar con antibióticos las infecciones, abscesos o calcificaciones que provoca el parásito en la piel.

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