Trastorno obsesivo compulsivo (TOC): una visión general

El trastorno obsesivo compulsivo se caracteriza por pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes. Estos desencadenan ansiedad/asco y 'obligan' a la persona a realizar acciones materiales o mentales repetitivas para calmarse.

A veces, las obsesiones también se denominan incorrectamente manías o fijaciones.

Como su nombre lo indica, el trastorno obsesivo compulsivo implica la existencia de síntomas como obsesiones y compulsiones.

Al menos el 80% de los pacientes obsesivos tienen obsesiones y compulsiones, menos del 20% solo obsesiones o solo compulsiones.

Propagación del TOC

El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) afecta del 2 al 3 % de las personas a lo largo de la vida, independientemente del género.

Puede comenzar en la niñez, la adolescencia o la adultez temprana. En muchos casos, los primeros síntomas aparecen muy pronto, en la mayoría de los casos antes de los 25 años (el 15% de los sujetos recuerda un inicio alrededor de los 10 años).

Si el TOC no se trata adecuadamente, en primer lugar con psicoterapia cognitiva conductual específica, tiende a cronificarse y empeorar con el tiempo.

Obsesiones y compulsiones en el TOC

Las obsesiones son pensamientos, imágenes o impulsos intrusivos y repetitivos que la persona que los experimenta los percibe como incontrolables.

Tales ideas se sienten como perturbadoras y generalmente se juzgan como infundadas o excesivas.

Las obsesiones en el TOC activan emociones desagradables y muy intensas, especialmente ansiedad, asco y culpa.

En consecuencia, sienten la necesidad de hacer todo lo posible para tranquilizarse y gestionar su estado emocional. angustia.

Las compulsiones típicas del trastorno obsesivo compulsivo también se denominan ceremoniales o rituales.

Son conductas repetitivas (como revisar, lavar/lavar, ordenar, etc.) o acciones mentales (orar, repetir fórmulas, contar) encaminadas a contener el malestar emocional provocado por los pensamientos e impulsos que caracterizan las obsesiones descritas anteriormente.

Las compulsiones se convierten fácilmente en reglas rígidas de comportamiento y son definitivamente excesivas, a veces extrañas a los ojos de los observadores.

Tipos de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)

Aquellos que sufren de trastornos obsesivos pueden:

  • tener mucho miedo a la suciedad, los gérmenes y/o las sustancias repugnantes;
  • tener miedo de causar sin darse cuenta daño a sí mismo oa otros (de cualquier naturaleza: salud, económico, emocional, etc.) a través de errores, descuidos, descuidos, descuidos;
  • tener miedo de perder el control de los propios impulsos volviéndose agresivo, perverso, autodestructivo, blasfemo, etc.; y
  • tener dudas persistentes sobre sus sentimientos hacia su pareja o sobre su orientación sexual, aunque suelen reconocer que esto no está justificado;
  • sintiendo la necesidad de realizar acciones y disponer los objetos siempre de la 'manera correcta', completos, 'bien hechos'.

Los síntomas del TOC

Los síntomas del TOC son muy heterogéneos, pero en la práctica se suelen distinguir unos pocos tipos.

Algunos pacientes pueden tener más de un tipo de trastorno al mismo tiempo o en diferentes momentos de sus vidas.

Contaminación

Los síntomas son obsesiones y compulsiones relacionadas con infecciones o contaminaciones improbables (o poco realistas).

Las sustancias “contaminantes” a menudo se convierten no solo en suciedad objetiva, sino también en orina, heces, sangre y jeringas, carne cruda, personas enfermas, genitales, sudor e incluso jabones, solventes y detergentes que contienen químicos potencialmente “nocivos”.

A veces, los sentimientos sucios son provocados incluso por pensamientos inmorales o recuerdos de eventos traumáticos, sin ningún contacto con contaminantes. En este caso hablamos de contaminación mental.

Si la persona entra en contacto con alguno de los agentes “contaminantes”, o en todo caso se siente sucia, realiza una serie de compulsiones (rituales) de lavado, limpieza, esterilización o desinfección.

Esto con el fin de neutralizar la acción de los gérmenes y calmar respecto a la posibilidad de contagio o quitar la sensación de suciedad y asco.

Control del TOC

Los síntomas son obsesiones y compulsiones que implican controles prolongados y repetidos sin necesidad, destinados a reparar o prevenir graves desgracias o accidentes.

Las personas que la padecen tienden a comprobar y volver a comprobar.

Esto es para asegurarse de que se ha hecho todo lo posible para prevenir cualquier posible catástrofe.

A veces para calmarse de la duda obsesiva de haber hecho algo mal y no recordarlo.

Dentro de esta categoría hay síntomas como comprobar que tienes cerradas las puertas y ventanas de la casa, las puertas del coche, el grifo del gas y del agua, la persiana del garaje o el botiquín.

Pero también haber apagado cocinas eléctricas u otros electrodomésticos, las luces de todas las habitaciones de la casa o los faros del coche.

O que no perdiste cosas personales al dejarlas caer o que accidentalmente no golpeaste a alguien con tu auto.

puras obsesiones

Los síntomas son pensamientos o, más a menudo, imágenes relacionadas con escenas en las que la persona se involucra en comportamientos no deseados e inaceptables.

Estos son sin sentido, peligrosos o socialmente inapropiados (agredir a alguien, tener relaciones homosexuales o pedófilas, engañar a la pareja, jurar, cometer actos blasfemos, ofender a los seres queridos, etc.).

Estas personas no tienen rituales mentales ni compulsiones, solo pensamientos obsesivos.

No obstante, implementan estrategias para calmarse.

Por ejemplo, revisan mentalmente el pasado para asegurarse de que no han hecho ciertas cosas.

O monitorean constantemente las sensaciones que experimentan y se esfuerzan por contrarrestar los pensamientos e impulsos no deseados.

obsesiones supersticiosas

Este es un pensamiento supersticioso llevado al exceso.

El sujeto está dominado por reglas según las cuales debe hacer o no hacer ciertas cosas, pronunciar o no pronunciar ciertas palabras, ver o no ver ciertas cosas (por ejemplo, coches fúnebres, cementerios, carteles mortuorios), ciertos números o ciertos colores, etc. o no contar objetos un número preciso de veces, repetir o no repetir acciones particulares el número “correcto” de veces.

Todo esto porque infringir las reglas puede ser determinante para el desenlace de los eventos y provocar que sucedan cosas negativas para uno mismo o para los demás.

Este efecto solo se puede evitar repitiendo el acto (p. ej., borrando y reescribiendo la misma palabra, pensando en cosas positivas) o realizando algún otro ritual "anti-hechizo".

Orden y simetría

Quienes la padecen no toleran en absoluto que los objetos se coloquen de la forma más mínima desordenada o asimétrica.

Esto le da una desagradable sensación de falta de armonía y lógica.

Libros, sábanas, bolígrafos, toallas, cintas de vídeo, CD, ropa del armario, platos, ollas, tazas, deben estar perfectamente alineados, simétricos y ordenados según una secuencia lógica (por ejemplo, tamaño, color, etc.).

Cuando esto no sucede, estas personas pasan horas de su tiempo reorganizando y alineando estos objetos, hasta que se sienten completamente tranquilas y satisfechas.

Acaparamiento / acaparamiento

Es un tipo de obsesión bastante raro que caracteriza a quienes tienden a guardar y acumular (y en ocasiones incluso recolectar en la calle) objetos insignificantes e inútiles (revistas y periódicos viejos, cajetillas de cigarrillos vacías, botellas vacías, toallas de papel usadas, de alimentos) , debido a la enorme dificultad que tienen para tirarlos.

Hoy en día este problema se considera distinto del TOC real y toma el nombre de trastorno de acumulación.

Una forma particular de obsesión es la que se refiere a la preocupación excesiva e irracional por tener una parte del cuerpo defectuosa o deformada (ver dismorfofobia).

Tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo

Psicoterapia para el TOC

La psicoterapia cognitivo-conductual es el tratamiento psicoterapéutico de elección para el tratamiento de los trastornos obsesivo-compulsivos.

Como su nombre lo indica, consta de dos tipos de psicoterapia que se complementan entre sí: la psicoterapia conductual y la psicoterapia cognitiva.

Intervenciones conductuales

La técnica más utilizada dentro del enfoque conductual para tratar el TOC es la exposición y la prevención de la respuesta. Ha mostrado los más altos niveles de efectividad.

La exposición a un estímulo que provoca ansiedad se basa en el hecho de que la ansiedad y el asco tienden a disminuir espontáneamente después de un contacto prolongado con el propio estímulo.

Por lo tanto, se puede alentar a las personas obsesionadas con los gérmenes a permanecer en contacto con objetos que “contengan gérmenes” (p. ej., recoger dinero) hasta que la ansiedad desaparezca.

La repetición de la exposición, que debe realizarse de forma extremadamente gradual y tolerable para el paciente, permite la disminución de la ansiedad hasta su completa extinción.

Para que la técnica de exposición sea más eficaz para el tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo, es necesario que vaya acompañada de la técnica de prevención de respuesta.

Los comportamientos rituales habituales que siguen al inicio de la obsesión se suspenden, o al menos se posponen inicialmente.

Retomando el ejemplo anterior, se expone a la persona con síntomas obsesivos relacionados con los gérmenes al estímulo que le provoca la ansiedad y se le pide que se obligue a no realizar su ritual de lavado, esperando que la ansiedad desaparezca espontáneamente.

En definitiva, se sigue el principio “mira al miedo a la cara y dejará de preocuparte”.

Intervenciones cognitivas

La psicoterapia cognitiva tiene como objetivo curar el TOC a través de la modificación de algunos procesos de pensamiento automáticos y disfuncionales.

En particular, actúa sobre el excesivo sentido de la responsabilidad, sobre la excesiva importancia atribuida a los pensamientos, sobre la sobrestimación de la posibilidad de controlar los propios pensamientos y sobre la sobrestimación de la peligrosidad de la ansiedad, que constituyen las principales distorsiones cognitivas de los pacientes con TOC. .

Terapia farmacológica para el TOC

El tratamiento farmacológico del trastorno obsesivo compulsivo se ha caracterizado históricamente por el uso del antidepresivo tricíclico clomipramina (Anafranil).

Recientemente se ha generalizado el uso de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) que, a una equivalencia terapéutica sustancial demostrada por diversos estudios, asocian menos efectos secundarios.

Para tener un tratamiento antiobsesivo efectivo de moléculas antidepresivas, las guías sugieren el uso de dosis cercanas al máximo permitido para cada molécula.

Pueden pasar de diez a doce semanas antes de que se obtenga una respuesta clínica positiva.

Un porcentaje de pacientes que puede variar del 30 al 40% no responde al tratamiento farmacológico del TOC.

Incluso para los pacientes que responden significativamente al tratamiento farmacológico, el alcance de la respuesta suele ser incompleto, y pocos pacientes quedan totalmente libres de síntomas.

Para conseguir eficacia terapéutica puede estar indicada la combinación de clomipramina y un fármaco ISRS, clomipramina administrada por vía intravenosa (que ha demostrado ser una terapia eficaz para el tratamiento del tratamiento oral obsesivo) o neurolépticos de última generación, como Risperidona (Risperdal , Belivon), Olanzapina (Zyprexa) y Quietapina (Seroquel).

En cualquier caso, la terapia farmacológica, que sólo puede ser de ayuda, debe ir siempre acompañada de la terapia cognitivo conductual, intervención de primera elección para el tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo.

BIBLIOGRAFÍA

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Melli, G. (2018). Vincere le ossessioni. Capire e affrontare il Disturbo Ossessivo-Compulsivo. Trento: Centro Studi Erickson.

Instituto Nacional de Salud Mental

Wikipedia

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Fuente

IPSICO

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