Trombosis venosa: que es, como tratarla y como prevenirla

La trombosis venosa es una ocurrencia bastante común en un vaso sanguíneo y, si se detecta a tiempo, puede tratarse con éxito.

Como sugiere el nombre, la trombosis venosa afecta las venas: se forma un coágulo de sangre (trombo) en las venas, que ocluye los vasos sanguíneos y corta la circulación.

La trombosis venosa suele aparecer en brazos o piernas; más raramente pueden verse afectadas las venas profundas del abdomen.

Si la trombosis afecta a las venas profundas tenemos trombosis venosa profunda, de lo contrario, si las venas superficiales están involucradas, hablamos de flebitis.

¿Cuáles son las causas de la trombosis venosa?

La trombosis venosa profunda puede estar relacionada con la presencia de una enfermedad crónica o traumatismo u ocurrir como resultado de una inmovilidad prolongada o durante el embarazo o un ejercicio muscular excesivo.

La flebitis, por otro lado, puede ser el resultado de una inyección intravenosa o una muestra de sangre.

¿Cuáles son los síntomas de la trombosis venosa?

La trombosis venosa en la pierna se manifiesta por hinchazón, dolor similar a un calambre y enrojecimiento de la zona afectada.

Si se trata de flebitis, puede aparecer un cordón rojo duro y doloroso en la piel de una vena.

Los síntomas no siempre son tan claros: a veces solo hay dolor y una ligera diferencia de circunferencia entre una pierna y la otra.

La trombosis venosa en el brazo es más rara, sin embargo, afecta a más personas que se esfuerzan con los brazos, como los deportistas.

Puede manifestarse como hinchazón, dolor, palidez del brazo o la mano.

¿Cómo se diagnostica la trombosis venosa?

Ante la presencia de los síntomas descritos, se aconseja acudir al sala de emergencias.

El diagnóstico se realiza mediante echocolordoppler, la única prueba que puede confirmar o excluir la presencia de un trombo en la vena.

Es importante acudir a urgencias lo antes posible si también se presentan dolor de pecho, dificultad para respirar, taquicardia, tos con rastros de sangre: es posible una embolia pulmonar.

La trombosis venosa profunda se vuelve particularmente grave cuando causa embolia pulmonar (el 40% de los casos de trombosis venosa profunda no se diagnostican y, por lo tanto, no se tratan).

Parte del coágulo formado en una vena se desprende y llega al corazón y de allí al pulmón, bloqueando total o parcialmente la circulación hasta provocar un infarto pulmonar, es decir, la muerte de una parte del pulmón, con importantes consecuencias respiratorias, en ocasiones incluso fatal.

¿Cómo se trata la trombosis venosa?

El diagnóstico precoz es fundamental para un tratamiento correcto e inmediato.

La terapia suele ser farmacológica, basada en anticoagulantes, fármacos capaces de diluir la sangre.

Si no se trata, la trombosis puede degenerar en síndrome posflebítico, una afección grave e incapacitante que se manifiesta como hinchazón, venas varicosas, manchas oscuras en la piel, úlceras y dificultad para caminar.

¿Cómo puede ser prevenido?

También es recomendable llevar medias elásticas durante el día, levantar los pies de la cama unos diez centímetros (no el colchón), hacer ejercicio diario, evitar exponer las piernas a fuentes de calor, seguir escrupulosamente la terapia que le brinde su médico e informar cualquier síntomas o quejas.

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Fuente:

Humanitas

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