Fuerza laboral de salud global en crisis: ¿Cómo revertir su papel en la crisis humanitaria?

Michel Sidibé y James campbell del Boletín de la OMS

El brote actual del virus del Ébola en África occidental ha expuesto los sistemas de salud vulnerables, la grave escasez de trabajadores de la salud y una profunda desconfianza entre las autoridades, los trabajadores de la salud y las comunidades en riesgo. Los responsables de las políticas responsables de los sistemas de salud deben investigar qué no funciona y qué se puede hacer para que los sistemas sean resistentes, sostenibles y, en última instancia, estén listos para enfrentar los desafíos de la próxima pandemia mundial.

Las deficiencias en el personal sanitario se extienden mucho más allá de África y los brotes de enfermedades actuales. El Grupo de Trabajo Abierto sobre Objetivos de Desarrollo Sostenible propuso una amplia agenda de salud, cuyas ambiciones aún no han sido igualadas por la inversión en la fuerza laboral de salud.1 Simplemente necesitamos más trabajadores de la salud. En 2013, para alcanzar un umbral de solo 34.5 profesionales de la salud calificados por 10 Se necesitaba una población de 000, aproximadamente 7.2 millones más de parteras, enfermeras y médicos, y se prevé que este déficit aumente a al menos 12.9 millones en las próximas décadas.2

Nuestro modelo actual y obsoleto de recursos humanos para la salud necesita una actualización urgente. En un país tras otro, estamos viendo que los modelos de atención médica de arriba hacia abajo, basados ​​en instalaciones, dependientes de médicos y centrados en enfermedades no son ideales ni sostenibles. Necesitamos una fuerza laboral más equilibrada que se adapte a las necesidades de cada país. La educación, la capacitación y los incentivos deben centrarse en crear una fuerza laboral eficiente que se centre en las personas y no en las enfermedades.

En los sistemas de salud, la calidad puede garantizarse con el cambio de tareas, pero el éxito en el cambio de tareas depende de tener la combinación correcta de habilidades, supervisión y estructuras de apoyo.35 En el tratamiento de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la captación y los resultados se han mejorado al redistribuir a los trabajadores de la salud y permitir a los profesionales de la comunidad servir a las comunidades vulnerables.6

Los servicios fragmentados o paralelos se mejoran cuando se brindan de una manera más centrada en el paciente e integrada.7Por ejemplo, los resultados de salud están mejorando rápidamente en Ruanda, un país que ha adoptado un enfoque de fortalecimiento de sistemas en el que los trabajadores de salud comunitarios son el núcleo del sistema de salud.8

La agenda de desarrollo posterior a 2015 debe abordar muchos problemas importantes, pero pocos son más apremiantes que la crisis mundial de la fuerza laboral de salud. Global Health Workforce Alliance lidera el desarrollo de una estrategia global sobre recursos humanos para la salud que promoverá un enfoque integrado para el desarrollo de la fuerza laboral.9Esta estrategia deberá lograr cuatro elementos principales. El primer elemento es un modelo de recursos humanos que se ajusta a su propósito. Dicho modelo recalibra la composición de la fuerza laboral en función de los perfiles locales de riesgo y carga de enfermedad en las comunidades objetivo. El segundo elemento es fortalecer los marcos nacionales de gobernanza y coordinación. La gobernanza de la fuerza laboral de salud debe ser multisectorial, con actores de los ministerios de salud, finanzas, educación, trabajo y asistencia social, sindicatos y el sector privado. El tercer elemento es aumentar el gasto "inteligente". Los nuevos enfoques para invertir en la fuerza laboral de salud deberían reflejarse en los planes empresariales nacionales. El gasto debe responder a las necesidades nacionales y apoyarse en una mayor alineación entre la comunidad de donantes. Para abordar la dinámica transfronteriza, la fragmentación, las brechas y las ineficiencias que obstaculizan las soluciones nacionales, el Código de prácticas mundial sobre contratación internacional de personal de salud.10 debe hacerse cumplir rigurosamente. Finalmente, dado que no se lograrán objetivos para la salud sin una fuerza laboral de salud sólida, la estrategia necesitará el compromiso político de los organismos multisectoriales, como el G20, G7 y los bloques regionales.

El brote del virus del Ébola ha demostrado los peligros de no invertir en recursos humanos y otros componentes de los sistemas de salud. Muchos líderes mundiales tendrán la oportunidad de informar la agenda posterior a 2015 cuando se reúnan la próxima vez como Ejecutivo Junta Directiva de la Asamblea Mundial de la Salud. Ahora se necesita una inversión compartida en una fuerza laboral de salud fuerte, para que podamos enfrentar la próxima pandemia con resiliencia en lugar de fragilidad, con acción coordinada en lugar de fragmentación y con confianza en lugar de miedo.

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