Jimmy Kimmel durante un nuevo episodio de su programa anuncia el nacimiento de su segundo hijo. Sin embargo, no es un monólogo de comedia como siempre. Resulta ser una confesión emocional de un padre que tiene miedo de perder a su hijo para siempre y la preocupación de una pareja, esposa y esposo que no esperan una enfermedad cardíaca trágica en su hijo recién nacido.

En particular, una frase conmovedora que plantea una consideración es: "[...] su hijo va a morir y no tiene que hacerlo, no debería importar cuánto dinero gane".

Esta es una oración que apunta al sistema médico y de salud estadounidense, que en algunos casos no "cuida" a sus ciudadanos.