Abuso y maltrato infantil: cómo diagnosticar, cómo intervenir

El abuso y el maltrato infantil pueden requerir la intervención concertada de las autoridades judiciales, la seguridad pública, los servicios sociales y los centros de atención de la salud.

El abuso y el maltrato son todas las formas de abuso físico y emocional, abuso sexual, abandono, negligencia o explotación comercial o de otro tipo que resultan en un daño real o potencial para la salud, la supervivencia, el desarrollo o la dignidad de un niño dentro de una relación caracterizada por la responsabilidad, la confianza o el poder. (QUIÉN).

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¿Qué es el abuso y maltrato infantil?

El maltrato es una alteración grave en la relación entre un adulto y un niño con características a veces sutiles cuyas consecuencias no siempre son fáciles de diagnosticar.

Cuando el maltrato tiene lugar dentro del hogar, forma parte de una relación temprana perturbada con las propias figuras de apego (lo que en sí mismo representa un trauma en la relación de confianza y seguridad), produciendo en el niño dificultades en el control del estrés y en los mecanismos psíquicos que regular la conducta y las emociones.

El maltrato puede ocurrir a través de un evento extremo, grave y aislado que supera la capacidad de resistencia del niño, o a través de eventos repetidos o condiciones prolongadas (como la negligencia), que conducen a una verdadera alteración del desarrollo causada por el trauma al que está sometido el niño.

¿Cuáles son las consecuencias del abuso y maltrato infantil?

La investigación ha demostrado que el trauma produce cambios neurobiológicos, es decir, en el funcionamiento del cerebro.

El sistema de alarma del cerebro, que funciona como una especie de 'señal de humo', continúa activándose y señalando al cerebro: 'peligro, escape'.

Al mismo tiempo, se desactivan otros sistemas cerebrales que normalmente funcionan como una 'torre de control' (es decir, procesamiento de información), con la pérdida de la capacidad de regular las emociones, la autoconciencia, la empatía y la sintonía con los demás.

Las consecuencias están íntimamente ligadas a la edad a la que comienza a presentarse el problema, la calidad y frecuencia del abuso o maltrato, y la presencia o ausencia de factores protectores.

En general, se produce un deterioro de las relaciones sociales, que en ocasiones conduce a la inhibición y retraimiento social, muy baja autoestima, baja confianza en uno mismo y una continua desvalorización de las propias acciones y pensamientos, del tipo 'no soy capaz'.

Las consecuencias a corto plazo pueden ser:

  • Miedos específicos, es decir, provocados por estímulos específicos como un lugar determinado, un objeto determinado, un animal determinado, una situación determinada;
  • Hiper-alerta;
  • Pérdida de interés;
  • Trastornos del sueño;
  • Regresiones en el comportamiento o control de esfínteres;
  • Reducción o exceso de apetito;
  • Comportamientos compulsivos como mecerse, caminar de un lado a otro, frotar o golpear objetos;
  • Cambios de humor rápidos con accesos de llanto incontrolables, irritabilidad e hiperactividad marcada, deterioro del funcionamiento escolar, aislamiento social, trastornos de conducta, trastornos psicosomáticos (dolor abdominal, dolores de cabeza, crisis asmáticas), así como trastorno de estrés postraumático.

Las consecuencias a largo plazo pueden ser

  • Desarrollo de la autoimagen y sentido de autoestima, esfera interpersonal;
  • Desórdenes de ansiedad;
  • trastorno del comportamiento sexual;
  • Trastornos de la alimentación;
  • Abuso de sustancias;
  • Trastornos de personalidad, psicosis, ideación suicida.

¿Cómo se diagnostica el abuso y el maltrato infantil?

El diagnóstico implica un examen neuropsiquiátrico y un examen psicológico para comprender el desarrollo y el perfil psicopatológico del niño. Para el diagnóstico se utilizan pruebas psicológicas estandarizadas.

Están previstas entrevistas clínicas y una entrevista a padres y niños y adolescentes, así como una sesión familiar para evaluar las relaciones familiares.

En el caso de los niños más pequeños, se planifican sesiones de observación del juego para evaluar la capacidad del niño para entablar relaciones espontáneamente y sentir emociones.

También está previsto el asesoramiento multiespecialista en pediatría, radiología y ginecología en caso de encontrar lesiones o indicaciones clínicas.

Como es tratado?

El plan de tratamiento debe ser establecido por un equipo especializado en base al perfil psicológico del niño y los recursos de la familia.

Intervenciones indicadas por las guías internacionales:

  • Intervenciones de psicoterapia individual e integrada con padres/personas adultas de referencia y para reconstruir lazos de confianza;
  • Intervención farmacológica basada en las características clínicas y la gravedad.

¿Cuál es el pronóstico en caso de abuso o maltrato infantil?

“No hay herida que no se pueda curar”.

La condición de maltrato no es una condena para el individuo, sino un factor de riesgo dentro de su camino de desarrollo, el cual también está compuesto por factores protectores individuales (genéticos, neurobiológicos, cognitivos, emocionales) y los recursos del entorno que lo rodea.

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Fuente:

el niño Jesús

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