Hablemos de piojos: ¿qué es la pediculosis?

Cuando hablamos de 'pediculosis' nos referimos a una infestación bastante común de piojos, pequeños parásitos reconocibles por su color blanco grisáceo que viven en el cabello y cabellos humanos, alimentándose de sangre.

Pediculosis: cómo reconocer la infestación

Los piojos de la cabeza son bastante pequeños, con un tamaño que oscila entre uno y tres mm.

Gracias a sus patitas provistas de ganchos, son capaces de moverse ágilmente en su terreno favorito: el cuero cabelludo.

En este ambiente proliferan los piojos.

Las hembras eclosionan, crecen, se alimentan y ponen huevos conocidos como 'liendres', reconocibles por su pequeño tamaño (1 mm), ligeramente alargados y de color blanco, lo que hace que se adhieran firmemente al cabello o cabello.

Los huevos tienen un período de maduración de unos 7 días y, en el transcurso de un mes, los piojos pueden producir entre 80 y 300 huevos.

Reconocer que hay una infestación en progreso es simple.

Esto se manifiesta a través de irritación, picazón y enrojecimiento, lo que puede provocar dermatitis, impétigo y otras enfermedades similares de la piel.

tipos de piojos

Hay tres especies diferentes de piojos.

Piojo de la cabeza (pediculus capitis)

Este es, con mucho, el piojo más común.

Suele encontrarse en la cabeza de los niños y particularmente en la nuca. cuello y detrás de la oreja.

El insecto tiene patas en forma de gancho, que se anclan en el cabello.

Piojo del cuerpo (pediculus humanus)

Ahora poco común, es prácticamente indistinguible del piojo de la cabeza.

A diferencia del piojo de la cabeza, el piojo del cuerpo no pone sus huevos en el huésped, sino en la ropa y tejidos que están en contacto con el cuerpo.

Piojo púbico (phthirus pubis)

Conocido comúnmente como el 'piojo del cangrejo', tiene un aspecto más aplanado que los anteriores.

Está dotado de extremidades y ganchos muy robustos, capaces de anclarse a pelos más fuertes que los pelos.

Se transmite por contacto íntimo, especialmente en adultos.

Pediculosis: sujetos de riesgo

Los más afectados por la infestación de piojos, especialmente los de la cabeza, son los niños de entre 3 y 11 años.

Estos transmiten fácilmente la pediculosis a sus familias, ya que la transmisión se produce por contacto directo con personas ya infestadas o por el intercambio de ropa o efectos personales, como almohadas, gorros, bufandas o peines.

Las niñas son más susceptibles a contraer pediculosis debido, generalmente, a su cabello largo y espeso.

Los piojos del cuerpo, por otro lado, generalmente infestan a las personas que viven en condiciones de hacinamiento con mala higiene.

Los piojos del cuerpo viven en la ropa y la ropa de cama que están en contacto con la piel, no directamente en las personas, y se propagan al compartir dicha ropa contaminada.

A diferencia de los piojos de la cabeza, los piojos del cuerpo a veces transmiten enfermedades epidémicas graves, como el tifus exantemático, la fiebre recurrente y la fiebre de las trincheras.

Pediculosis: tratamiento

Cuando se detecta una infestación de piojos en el cuero cabelludo, se hace necesario el uso de productos insecticidas para erradicar los parásitos.

Estos productos están disponibles en farmacias normales y se encuentran fácilmente en forma de lociones, aerosoles o polvos para untar en el cuero cabelludo.

Durante el tratamiento, se recomienda el uso de un peine de dientes finos para que los parásitos ahora muertos y sus huevos puedan eliminarse fácilmente.

Generalmente, será necesario repetir el tratamiento insecticida por lo menos dos veces, la segunda vez de 7 a 10 días después de la primera, para matar los piojos eclosionados de los huevos después del primer tratamiento.

Si la infestación afecta al pubis, se debe afeitar completamente la zona y utilizar los mismos productos insecticidas utilizados para tratar la infestación del cuero cabelludo, con la debida precaución, dada la sensibilidad de la zona.

La pediculosis del cuerpo es ahora muy rara pero, en caso de ocurrir, el sujeto debe lavarse cuidadosamente con agua e insecticida específico y lavar la ropa (vieja y nueva) con agua hirviendo y el mismo insecticida.

Pediculosis: cómo prevenirla

La prevención de la pediculosis, especialmente en los niños, se hace enseñándoles los hábitos higiénicos más normales y saludables: cambiarse de ropa habitualmente, evitando compartir peines, cepillos, accesorios para el pelo, bufandas y gorros.

En adultos, es recomendable mantener una conducta sexual responsable, ya que es el principal vehículo de transmisión de la pediculosis.

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