Oncología masculina: los tumores urológicos más frecuentes

Oncología masculina: ¿cuáles son los cánceres urológicos más frecuentes? Ciertamente, los conocidos cánceres de próstata, vejiga, riñón y testículo

Oncología: entre los cánceres masculinos diagnosticados con mayor frecuencia, existen varios relacionados con la urología

Estos incluyen cáncer de próstata (para el cual se estima que hay 36,000 nuevos diagnósticos en 2020), cáncer de vejiga (para el cual hay un estimado de 25,500 nuevos diagnósticos en 2020), cáncer de riñón y del tracto urinario (para el cual se estima que hay 13,500 nuevos diagnósticos en 2020) y cáncer testicular (para el que se estima que hay 2,300 nuevos diagnósticos en 2020) *.

Oncología masculina: cáncer de próstata

El cáncer de próstata, el cáncer más común en los hombres, suele ser asintomático. Aunque es poco común en pacientes menores de 40 años, su incidencia aumenta con la edad.

Para identificar a aquellos pacientes que necesitan una biopsia, procedimiento que permite el diagnóstico, es necesario someterse a

  • un examen ambulatorio;
  • Examen rectal;
  • Examen de PSA;
  • ecografía de próstata o resonancia magnética nuclear.

Las terapias son múltiples y dependen del grado de agresividad del tumor: cuando el tumor está confinado a la próstata - continúa el experto - se puede elegir entre vigilancia activa, terapia quirúrgica (tradicional o laparoscópica) y radioterapia.

En formas avanzadas, por otro lado, la enfermedad se puede detener con terapia supresora de hormonas y quimioterapia.

Oncología con pacientes masculinos: cáncer de vejiga

El cáncer de vejiga es el segundo cáncer urológico más común.

En la mayoría de los casos, esta neoplasia no afecta todo el espesor de la pared de la vejiga, sino solo la parte más superficial.

Los síntomas a tener en cuenta son

  • sangre en la orina;
  • trastornos irritativos como la cistitis (aunque de forma menos frecuente).

Las herramientas que se utilizan para diagnosticar esta patología son:

  • ultrasonido;
  • uro-CT (para visualizar el tracto urinario);
  • cistoscopia;
  • examen citológico de la orina.

Como terapia, en caso de enfermedad no invasiva, el cáncer de vejiga se puede controlar mediante resección endoscópica combinada con inmunoterapia endovesical o quimio.

En el caso de la enfermedad invasiva de la pared, sin embargo, se debe optar por la cirugía demolición combinada con la derivación urinaria o, en los casos en que esto sea posible, la reconstrucción de la vejiga.

Cancer de RIÑON

En comparación con las neoplasias descritas anteriormente, los tumores del riñón tienen una frecuencia más limitada, pero los síntomas suelen ser silenciosos.

Éstos incluyen:

  • sangre en la orina;
  • dolor de costado;
  • masa palpable.

La mayoría de los tumores renales se diagnostican de manera incidental, a menudo después de investigaciones por otras causas. La ecografía y una tomografía computarizada del abdomen y la pelvis permiten la estadificación de la enfermedad.

La técnica quirúrgica puede ser

  • conservador, si se elimina el nódulo;
  • demolición.

La operación se puede realizar por vía laparoscópica o abierta.

Tumor del testículo o del pene

Por último, en términos de incidencia, pero no subestimado, se encuentran las neoplasias de testículo y pene.

Los tumores de testículo, que son poco frecuentes, afectan principalmente a jóvenes de entre 18 y 35 años, mientras que los tumores de pene, que son aún más raros, pueden afectar al glande o al prepucio.

Si se detecta un tumor testicular mediante un examen, una ecografía escrotal o una biopsia de testículo, se extirpan el testículo y el funículo.

En el cáncer de pene, que se detecta cuando aparecen ulceraciones o nódulos, el tratamiento depende de la extensión de la enfermedad y generalmente es cirugía.

Oncología: prevención primaria y secundaria

Hay prevención primaria y prevención secundaria.

La prevención primaria tiene como objetivo reducir la aparición de neoplasias al reducir la exposición a factores de riesgo como el tabaquismo, el estilo de vida y los cambios en la dieta.

La prevención secundaria tiene como objetivo hacer un diagnóstico en una etapa temprana, es decir, cuando las posibilidades de recuperación son mayores.

Puede llevarse a cabo detectando los síntomas iniciales de la enfermedad, como la hematuria (diagnóstico precoz) o realizando pruebas diagnósticas en la población asintomática (cribado).

* Fecha 2021 AIOM (Asociación Italiana de Oncología Médica), AIRTUM (Asociación Italiana de Registros de Tumores), Fundación AIOM y PASSI (Progreso en la atención sanitaria para la salud en Italia)

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Fuente:

GSD

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