Síndrome del hombro congelado: qué es y cómo tratarlo

Hombro congelado, hombro congelado, capsulitis adhesiva: todos estos son términos que indican una condición dolorosa del hombro que se manifiesta con dolor, rigidez y dificultad en el movimiento.

Un síndrome que, con el tiempo, puede cronificarse y provocar una pérdida progresiva de movilidad y elasticidad de la articulación.

Es una condición que ocurre en aproximadamente el 2% de la población. Afecta más comúnmente a personas entre las edades de 40 y 60 años, y generalmente afecta más a las mujeres.

Síndrome del hombro congelado: los síntomas

Cuando ocurre este síndrome, la cápsula del hombro se engrosa, se vuelve estrecha y se desarrollan bandas gruesas de tejido (médicamente denominadas "adherencias"), que causan:

dolor localizado sobre el hombro que a veces se extiende al brazo;

  • rigidez especialmente en la mañana después de despertar;
  • dificultad para realizar movimientos normales del hombro;
  • pérdida progresiva de elasticidad incluso en ausencia de trauma conocido.

Causas y factores de riesgo del síndrome del hombro congelado

El síndrome del hombro congelado puede ser

  • de naturaleza idiopática, es decir, sin causa aparente;
  • secundario a traumatismo en la articulación o cirugía.

La causa tiene un origen inflamatorio; en la mayoría de los casos es causado por:

  • bursitis;
  • tendinitis calcificada;
  • síndrome del hombro de Milwaukee;
  • Artritis Reumatoide;
  • post mastectomía.

Los factores de riesgo son principalmente la diabetes, el hipotiroidismo y la enfermedad de Parkinson.

Diagnóstico

El diagnóstico para quienes padecen capsulitis adhesiva suele ser difícil.

Para detectar depósitos calcificados o excluir otras enfermedades, se deben tomar radiografías en proyecciones estándar.

Síndrome del hombro congelado: terapia y rehabilitación.

El proceso de curación suele ser lento y puede llevar algún tiempo: la terapia antiinflamatoria, un poco de rehabilitación y estiramiento generalmente resolverán el problema.

Más raramente, cuando los síntomas no ceden y el dolor persiste, se puede discutir con el ortopedista la posibilidad de una artrólisis artroscópica.

La rehabilitación tiene como objetivo, a través de la ejecución de movimientos específicos, la recuperación de la articulación: el tratamiento incluye masajes y ejercicios que permiten al paciente recuperar lentamente la elasticidad comprometida.

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Fuente:

GSD

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