¿Colon irritable u otros (intolerancias, SIBO, LGS, etc.)? Estas son algunas indicaciones médicas.

El síndrome del intestino irritable es un trastorno funcional que afecta a una de cada tres personas, en su mayoría mujeres, y se caracteriza por alteraciones referidas al colon (calambres, espasmos, dolor difuso o localizado en un punto específico del abdomen), estreñimiento, diarrea, meteorismo

Estos síntomas pueden asociarse de diversas formas entre sí.

Los afectados suelen vivir un verdadero drama ya que se ven afectados en sus relaciones sociales y acuden incesantemente de un especialista a otro en busca de una solución.

El diagnóstico del síndrome del intestino irritable

Con frecuencia los distintos especialistas, tras valorar si se trata de enfermedad celíaca o síndrome del intestino irritable y descartando otras patologías reales (es decir, orgánicas) del aparato digestivo (como cálculos biliares, gastritis, úlceras, divertículos, colitis inflamatoria, pólipos, tumores), concluyen en favorecer el diagnóstico de colon irritable y proponer remedios terapéuticos al paciente encaminados a controlar los síntomas, pero que muchas veces no se controlan.

Pero lo que más deprime al paciente es que le digan frases como: 'tranquilo que es un simple colon irritable relacionado con la ansiedad, estrés laboral; buenas vacaciones y todo se resolverá'.

Pero no lo hará. Por eso los pacientes caen en la más absoluta desesperación y retoman su recorrido de esperanza en busca de nuevos especialistas.

Una revisión de la literatura, que es muy sensible a este tema de importancia mundial, muestra que el término síndrome del intestino irritable a menudo es abusado y utilizado por los médicos como una vía de escape para etiquetar ciertos trastornos intestinales cuya causa no se puede encontrar.

Es cierto que el verdadero colon irritable existe y que a veces se necesita apoyo psicoterapéutico, pero a veces la solución está a la vuelta de la esquina si se piensa en las múltiples condiciones patológicas (además de las orgánicas enumeradas) que pueden dar síntomas bastante similares a los del colon irritable.

¿Y si no es el síndrome del intestino irritable?

Un creciente cuerpo de literatura señala las intolerancias alimentarias y el estado de la flora intestinal como causas mal entendidas que pueden desarrollar síntomas similares a los del intestino irritable.

Estas son las condiciones que se recomiendan para una mayor investigación.

  • Sensibilidad al gluten no celíaca (NCGS)

Se trata de una nueva entidad patológica que agrupa a aquellos pacientes que no están afectados por la enfermedad celíaca (negatividad de anticuerpos específicos y normalidad histológica de las vellosidades duodenales), pero que al tomar gluten presentan los mismos trastornos que los celíacos (dolor abdominal, meteorismo, diarrea , etc.).

Para la sensibilidad al gluten no existen pruebas diagnósticas, pero la mejoría o desaparición de los síntomas con la suspensión del gluten es válida como prueba.

La sensibilidad al gluten es reversible.

  • Intolerancia a la lactosa

El agotamiento de lactasa está presente en el 30 % de los caucásicos y en más del 70 % de los asiáticos.

La lactasa es una enzima presente en el borde de las células intestinales cuya actividad disminuye desde la edad preescolar hasta la edad adulta, dificultando o imposibilitando la digestión de la leche y los productos lácteos.

La deficiencia de esta enzima provoca la incapacidad del intestino para descomponer el azúcar complejo, la lactosa, el disacárido que se encuentra en la leche de vaca, cabra y burra, en dos azúcares simples: glucosa y galactosa que pueden ser asimilados por el intestino.

Los síntomas de la intolerancia a la lactosa son muy similares a los del síndrome del intestino irritable.

  • Intolerancia a los alimentos FODMAP

FODMAP (término acuñado en 2001 por un grupo de investigadores de la Universidad de Melbourne) significa oligosacáridos, di y monosacáridos y polioles fermentables, una serie de carbohidratos de cadena corta como la lactosa, la fructosa, los galactanos y los polioles. Los sacáridos incluyen fructosa, lactosa, fructano y galactano.

Los polioles son sorbitol, manitol, xilitol y maltitol.

Estos carbohidratos, contenidos en muchos alimentos, pueden ser mal absorbidos por el intestino delgado y fermentados rápidamente por las bacterias intestinales en el íleon y el colon proximal.

Los síntomas se deben a la distensión del intestino ya sea por un alto volumen de líquido retenido debido al proceso de ósmosis o por una mayor producción de gas.

Este proceso es responsable de una sintomatología similar a la del colon irritable.

  • Síndrome de permeabilidad intestinal alterada (Leaky Gut Syndrome – LGS)

El intestino forma una verdadera barrera que permite la absorción de nutrientes útiles para nuestro organismo y el rechazo, por otro lado, de otras sustancias como macromoléculas, toxinas, patógenos y sustancias alergénicas. En determinadas condiciones (alimentos no saludables, medicación o estrés) se puede producir una alteración de esta barrera que se acompaña de síntomas locales (como el síndrome del intestino irritable con diarrea) y sistémicos por estados inflamatorios y reacciones del sistema inmunitario (hipersensibilidades múltiples a los alimentos). , eritema de la piel, síntomas respiratorios como asma, síntomas alérgicos, fatiga crónica, falta de concentración, especialmente después de las comidas, dolor en las articulaciones o artritis, etc.).

  • Síndrome de sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO)

Esta es una situación caracterizada por un crecimiento exagerado de bacterias en el intestino delgado (al menos 10 – 15 veces el normal) con un cambio simultáneo en las cepas de la población bacteriana que se vuelve muy similar a la del colon.

Los síntomas son muy inespecíficos con alteraciones intestinales, bastante similares a las del colon irritable, y sistémicos (malabsorción, pérdida de peso, anemia, etc.).

Hay que tener en cuenta que no es nada raro tener SIBO y síndrome de permeabilidad intestinal alterada simultáneamente.

Por el contrario, generalmente aquellos que sufren de SIBO durante un largo período de tiempo desarrollarán más tarde un intestino permeable.

¿Es el síndrome del intestino irritable? ¿Qué hacer?

Lo anterior muestra lo fácil que es confundir una de las situaciones enumeradas con el síndrome del intestino irritable.

Por eso, los autores de un artículo reciente aconsejan, al evaluar a un paciente con SII, considerar siempre las intolerancias alimentarias (FODMAP), el síndrome de permeabilidad intestinal y SIBO, después de haber excluido patologías gastrointestinales 'reales'.

El síndrome del intestino irritable también puede estar presente, pero las otras condiciones solo acentúan y persisten los síntomas.

Algunos consejos para los pacientes

Si presentas síntomas que puedan sugerir síndrome de intestino irritable, es recomendable:

No te fíes de la multitud de pruebas de intolerancia alimentaria (que son caras y poco fiables), sino que sigue las indicaciones del médico especialista.

Afronta esta patología con serenidad sabiendo que se puede resolver (o al menos controlar) y que nunca evolucionará a una 'mala' enfermedad (pólipos, enfermedad de Crohn, tumor, etc.).

Referencias

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Fuente

medicitalia

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