Evaluación del dolor: qué parámetros y escalas usar al rescatar y tratar a un paciente

Dolor: los rescatistas y cuidadores deben evaluar la causa, la gravedad y la naturaleza del dolor, así como su impacto en las actividades, el estado de ánimo, la cognición y el sueño.

La evaluación de la causa del dolor agudo (por ejemplo, dolor de espalda, dolor de pecho) es diferente de la del dolor crónico.

La historia debe incluir la siguiente información sobre el dolor:

  • Calidad (p. ej., ardor, dolor tipo calambre, dolor, dolor profundo, superficial, penetrante, punzante)
  • Gravedad
  • Ubicación
  • Irradiación
  • Duración
  • Características temporales (incluido el tipo y el alcance de la fluctuación y la frecuencia de la remisión)
  • Factores desencadenantes y de alivio

Debe determinarse el nivel de funcionamiento del paciente, centrándose en las actividades de la vida diaria (p. ej., vestirse, bañarse) y el trabajo, las actividades ocupacionales y las relaciones interpersonales (incluida la actividad sexual).

La percepción del dolor por parte del paciente puede ser más significativa que los procesos fisiológicos intrínsecos de la enfermedad

Se debe analizar lo que significa para el paciente, con gran atención a los problemas psicológicos, la depresión y la ansiedad.

Quejarse del dolor está más aceptado socialmente que quejarse de la ansiedad o la depresión, y la terapia adecuada a menudo depende de separar estas percepciones divergentes.

También se debe distinguir el dolor y el sufrimiento, especialmente en el paciente con cáncer; el sufrimiento puede deberse tanto a la pérdida de la función y al miedo a la muerte inminente como al dolor real.

Además, debe determinarse cuánto beneficio secundario (circunstancias externas, beneficios incidentales de una enfermedad, por ejemplo, días de enfermedad o compensación) puede contribuir a la discapacidad relacionada.

Un historial personal o familiar positivo para el formulario a menudo puede ser útil para aclarar el problema contingente.

Se debe considerar si los miembros de la familia tienden a perpetuar la forma crónica (p. ej., preguntando constantemente por la salud del paciente).

Se debe preguntar a los pacientes y, a veces, a los familiares y cuidadores sobre el uso, la eficacia y los efectos adversos de los medicamentos recetados, de venta libre y otros tratamientos, y el uso de alcohol o drogas recreativas o ilícitas.

Intensidad del dolor

La intensidad del dolor debe evaluarse antes y después de intervenciones potencialmente dolorosas.

En pacientes que pueden hablar, la autoevaluación es el estándar de oro, mientras que los signos externos de dolor o angustia (por ejemplo, llanto, muecas, oscilaciones corporales) son secundarios.

Para los pacientes que tienen dificultad para comunicarse y para los niños pequeños, los indicadores no verbales (conductuales ya veces fisiológicos) pueden convertirse en la principal fuente de información.

Las medidas formales incluyen

  • Escalas de categorías verbales (p. ej., leve, moderado, grave)
  • Escalas numéricas
  • La escala analógica visual

Para la escala numérica, se pide a los pacientes que asignen una puntuación de 0 a 10 a su dolor (0 = sin dolor; 10 = "el peor dolor de todos").

Para la escala analógica visual, los pacientes deben hacer una marca que represente el grado de su dolor en una línea de 10 cm de largo donde el lado izquierdo se marca como "sin dolor" y el lado derecho como "dolor insoportable".

La puntuación del dolor es la distancia, en milímetros, desde el extremo izquierdo de la línea.

Los niños y los pacientes con baja escolaridad o problemas de desarrollo conocidos pueden seleccionar imágenes de una lista de rostros, que van desde rostros sonrientes hasta rostros contorsionados por el dolor, o frutas de diferentes tamaños, para expresar su percepción de la gravedad del dolor.

Al medir el dolor, el examinador debe especificar un período de tiempo (p. ej., “en promedio, cuántas veces durante la última semana”).

Pacientes con demencia y afásicos

La evaluación del dolor en pacientes con patologías que afectan la función cognitiva, el habla o el lenguaje (p. ej., demencia, afasia) puede ser difícil.

La presencia de dolor se sugiere por muecas faciales, ceño fruncido o parpadeo repetido de los ojos.

A veces, la persona que acompaña al paciente puede informar un comportamiento que sugiera la presencia de dolor (p. ej., retraimiento social repentino, irritabilidad, muecas faciales).

Se debe considerar el dolor en pacientes que tienen dificultad para comunicarse y que inexplicablemente cambian su comportamiento.

Muchos pacientes que tienen dificultad para comunicarse pueden comunicarse de manera significativa cuando se utiliza una escala de dolor adecuada.

Por ejemplo, la Escala de dolor funcional ha sido validada y se puede utilizar en pacientes de hogares de ancianos que tienen puntajes en el Mini-Mental State Examination de ≥ 17.

Pacientes tratados con bloqueo neuromuscular

No se dispone de herramientas validadas para evaluar el dolor cuando se utiliza el bloqueo neuromuscular para facilitar la ventilación mecánica.

Si al paciente se le administra un sedante, la dosis puede ajustarse hasta que haya evidencia de conciencia.

En tales casos, no se requieren analgésicos específicos.

Sin embargo, si el paciente está sedado pero sigue mostrando signos de conciencia (p. ej., parpadeo, algún movimiento de los ojos en respuesta a una orden), se debe tratar el dolor según el grado de dolor generalmente inducido por la afección (p. ej., quemaduras, traumatismos). ser considerado.

Si se requiere un procedimiento potencialmente doloroso (p. ej., dar la vuelta a un paciente postrado en cama), se debe realizar un tratamiento previo con el analgésico o anestésico seleccionado.

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Fuente:

MSD

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