Trasplante de órganos: diagnóstico y atención de pacientes en espera
Los pacientes que desean acceder al trasplante se someten a un chequeo estandarizado por especialistas, para una evaluación general de órganos y sistemas
El proceso de lista de espera sigue un procedimiento común a todos los centros de trasplante.
El diagnóstico y tratamiento de los pacientes en espera de un trasplante de órganos se definen según la gravedad de la patología que padecen.
Trasplante de riñón
Un trasplante de riñón nunca adquiere las características de una terapia de salvamento, como ocurre con los trasplantes de hígado, corazón y pulmón, sino que es una elección encaminada a mejorar la calidad de vida.
Por lo tanto, debe prestarse especial atención a la evaluación de los factores de riesgo.
Las contraindicaciones absolutas para el trasplante ahora se restringen a situaciones límite en las que están presentes otras patologías muy graves.
Incluso la edad no representa un factor de exclusión inmediato, aunque se necesitan más investigaciones a medida que uno envejece.
Más frecuentemente, las contraindicaciones están relacionadas no tanto con el trasplante renal, entendido como acto quirúrgico, sino con la terapia inmunosupresora.
Trasplante de hígado
La cirrosis en todas sus formas es la principal causa de insuficiencia hepática tanto en Europa como en los Estados Unidos.
Las condiciones para la inclusión en una lista de espera se basan en evaluaciones médicas exhaustivas que se refieren principalmente
- la irreversibilidad de la insuficiencia hepática;
- la etapa de la enfermedad;
- la presencia de enfermedades intercurrentes;
- la posibilidad de comportamiento en el paciente que puede conducir a una recurrencia de la enfermedad hepática (alcoholismo, drogadicción).
Cuando el paciente potencial aún no es adulto, la enfermedad hepática puede conducir a un retraso en el crecimiento.
Por lo tanto, el trasplante hepático pediátrico está indicado en una etapa más temprana de la enfermedad que en adultos.
Las contraindicaciones son importantes para la selección de candidatos a trasplante y son principalmente el riesgo operatorio y posoperatorio inaceptable.
Muchas son contraindicaciones generales para cualquier cirugía mayor, como enfermedades pulmonares y cardíacas graves.
Otros, como infecciones no controladas o tumores intercurrentes, pueden verse agravados por el tratamiento inmunosupresor.
Trasplante de corazón
Está indicado en cualquier insuficiencia cardiaca que alcance la fase terminal de su evolución y para la que no exista otra alternativa terapéutica.
Las miocardiopatías que más frecuentemente conducen a trasplante son:
- Miocardiopatías dilatadas: casi siempre primarias;
- Miocardiopatías isquémicas: en pacientes mayores,
- Miocardiopatías de otro origen: son más raras (miocardiopatía valvular y miocardiopatía tumoral congénita).
Para su inclusión en lista de espera, el candidato a trasplante cardiaco no debe tener contraindicaciones absolutas.
Algunas condiciones que fueron universalmente reconocidas como contraindicaciones absolutas a principios de la década de 1980 ahora son solo contraindicaciones relativas o incluso han sido abandonadas como criterios de selección.
Contraindicaciones relativas
- Edad avanzada
- Hipertensión pulmonar severa
- Disfunción renal o hepática grave
- Infección sistémica en fase activa
- Antecedentes de trastornos del comportamiento.
- Diabetes mellitus insulinodependiente
Trasplante pulmonar
Para evaluar el riesgo y el beneficio de un trasplante de pulmón, es necesario definir la historia natural, el estadio, la calidad de vida y la esperanza de vida asociada a la patología que conduce a la insuficiencia respiratoria crónica terminal.
Esta patología no debe estar demasiado avanzada, para no impedir el éxito o la posibilidad del trasplante, y al mismo tiempo su gravedad debe ser tal que justifique los riesgos del trasplante.
Es importante que el paciente entienda la importancia de este proceso de evaluación y se le informe que, con el trasplante de pulmón, él o ella tendrá una mejor calidad de vida y una mayor esperanza de vida, pero puede experimentar efectos secundarios y aún tendrá que someterse a tratamiento y exámenes clínicos postoperatorios.
El trasplante puede ser único o bilateral; generalmente es bilateral si hay un componente infeccioso, para evitar la propagación al órgano trasplantado.
En el caso de patologías que puedan reaparecer en el órgano trasplantado (p. ej., neoplasias, hipertensión pulmonar postembólica, fibrosis pulmonar tras enfermedad del tejido conjuntivo), se debe evaluar cuidadosamente la indicación del trasplante.
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