Trastornos intestinales, ecografía de las asas intestinales para el diagnóstico
Los síntomas asociados con los trastornos intestinales pueden ser diversos. En general, los pacientes presentan dolor abdominal a menudo correlacionado con alvo alterado, es decir, función intestinal (diarrea o estreñimiento) y en algunos casos, los pacientes también informan la presencia de sangre en las heces.
A veces, trastornos del tracto intestinal superior y, por lo tanto, náuseas y vómitos también están asociados.
Todas estas denuncias son campanas de alarma que no deben subestimarse y de las que deben partir las investigaciones correspondientes.
Ante la presencia de estos síntomas es conveniente consultar primero al gastroenterólogo, quien orientará al paciente hacia las exploraciones más adecuadas para el diagnóstico.
Trastornos intestinales, pruebas para el diagnóstico
La prueba más sencilla es una muestra de sangre, que nos permite detectar cualquier alteración en el hemocromo (aumento de Las células blancas de la sangre o una reducción de la hemoglobina si hay pérdida de sangre), o factores de inflamación; o los pacientes que se quejan de dolor abdominal, diarrea y distensión abdominal podrían tener enfermedad celíaca, y en la sangre podemos buscar anticuerpos específicos para este tipo de enfermedad.
Entonces podemos usar la prueba de aliento, la Prueba de aliento, que nos permite evaluar varias condiciones; el Test de Lactosa Aliento, por ejemplo, nos permite diagnosticar la intolerancia a la lactosa: el paciente ingiere una sustancia marcada, ya través de la respiración comprobamos la ausencia de las enzimas que digieren la leche, las lactasas.
Ultrasonido de las asas intestinales
Se trata de un examen sencillo e indoloro que utiliza una sonda lineal menos profunda (por lo tanto, no es adecuada para pacientes con sobrepeso y/u obesos), pero permite una definición precisa de las estructuras exploradas, es decir, las paredes del intestino.
Así podemos valorar cualquier engrosamiento de la pared intestinal (que puede ser consecuencia de una inflamación o infección como en la gastroenteritis), dilataciones patológicas de las asas intestinales, pero también la presencia de adenopatías y/o líquido abdominal.
Este examen permite estudiar el intestino delgado, en particular el último asa ileal y seguir todas las paredes del colon, valorando los contenidos del propio colon, como gases o heces; a menudo los pacientes que sufren de dolor abdominal tienen cólicos por la presencia excesiva de gases en el intestino y gracias a este examen podemos distinguir este tipo de dolor (de carácter funcional) de un dolor ligado a una patología de base y un estado de inflamación ( de carácter orgánico).
Con la ecografía de las asas intestinales también es posible valorar la posible presencia de diverticulosis y, sobre todo, diverticulitis, también gracias al uso del eco-Doppler color, que permite establecer si las paredes de la intestino están más vascularizados de lo normal, siendo esto un indicio de inflamación.
La ecografía de las asas intestinales también es una herramienta complementaria útil en el diagnóstico de la enfermedad celíaca: el engrosamiento o dilatación de las asas intestinales, la presencia de linfadenopatía y/o derrame en la cavidad pélvica y el aumento del peristaltismo son signos sugestivos de enfermedad celíaca.
Finalmente, ante la sospecha de apendicopatía/apendicitis, la ecografía de asas intestinales puede ser una valiosa herramienta para visualizar el apéndice estudiando si está aumentado de tamaño, vascularizado o asociado a adenopatías y/o derrame.
Síndrome del intestino irritable, consejos para una correcta alimentación
El síndrome del intestino irritable se presenta con dolor abdominal asociado con movimientos intestinales alterados (diarrea o estreñimiento).
Este trastorno en personas predispuestas puede estar relacionado con la producción excesiva de gases ligada a la dieta: por lo tanto, es necesario prestar atención a la dieta, reduciendo el consumo de azúcares y carbohidratos, los llamados Fodmaps.
En caso de estreñimiento, la hidratación es fundamental, también es importante mantener horarios estables de comidas y actividad física regular.
También es bueno asegurar una dieta rica en fibra, con verduras, cereales integrales, yogur con enzimas lácteas; es mejor evitar el vino tinto, las frutas astringentes, los alimentos secos y los alimentos complejos que pueden enlentecer el tránsito intestinal y favorecer el estreñimiento.
En presencia de diarrea, por el contrario, es necesario limitar el consumo de fibra, beber mucha agua y favorecer el consumo de alimentos astringentes, incluidos los almidones (patatas) que espesan las heces y mejoran este estado.
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