Linfoma de Hodgkin: síntomas, causas y tratamiento

El linfoma de Hodgkin es un cáncer que ataca el sistema linfático, la red de vasos delgados que distribuyen líquido por todo el cuerpo, transportando células inmunitarias y los ganglios linfáticos (pequeñas glándulas con forma de frijol que se encuentran en la ingle, las axilas, el cuello, el abdomen, el tórax, y detrás de las rodillas)

El linfoma de Hodgkin generalmente comienza con ganglios linfáticos ubicados en una parte del cuerpo, que se agrandan de manera anormal y luego se diseminan al sistema linfático; con el tiempo, la enfermedad puede llegar a los pulmones, el hígado, los huesos y la médula ósea (metástasis).

Hay cuatro etapas de la enfermedad, que van desde la presencia de cáncer en solo uno de los ganglios linfáticos hasta la metástasis en otros órganos.

El linfoma de Hodgkin es una forma de cáncer muy común entre los adolescentes y adultos jóvenes.

Síntomas característicos del linfoma de Hodgkin

El linfoma a menudo se presenta con una inflamación no dolorosa de los ganglios linfáticos en la cuello, axilas e ingle.

Otros síntomas son fiebre, sudores nocturnos, agotamiento, picazón, pérdida de peso, hígado y bazo agrandados.

Algunas personas experimentan dolor en los ganglios linfáticos después de beber alcohol.

Diagnóstico del linfoma de Hodgkin

El linfoma de Hodgkin se puede diagnosticar mediante la detección de una célula específica (célula de Reed-Sternberg) presente en los ganglios linfáticos enfermos.

Luego se realiza una biopsia de ganglio linfático para identificar la etapa de la enfermedad.

Linfoma de Hodgkin: las causas

Las causas del linfoma de Hodgkin no están del todo claras, pero se sospecha una relación entre la enfermedad y el virus de Epstein-Barr (EBV), el mismo virus que causa la mononucleosis.

El riesgo de contraer linfoma es mayor en quienes han tenido episodios en su familia y en quienes tienen un sistema inmunitario debilitado.

Tratamiento para el linfoma de Hodgkin

El diagnóstico temprano del linfoma de Hodgkin permite curar la enfermedad, pero es importante entender en qué etapa de la enfermedad se encuentra uno.

Habitualmente se utiliza quimioterapia y/o radioterapia, pero también puede emplearse una técnica quirúrgica llamada laparotomía.

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