Escoliosis e Hipercifosis: de la adolescencia a la edad adulta

Escoliosis e Hipercifosis, la importancia del diagnóstico precoz desde edades tempranas para evitar la cirugía

La escoliosis es una deformidad de la columna

Se produce por la rotación y desviación de las vértebras tanto en el plano frontal como en el sagital y horizontal.

La hiperclifosis, por otro lado, es un aumento en la curva sagital normal de la columna vertebral en su sección torácica, lo que a menudo resulta en un desequilibrio hacia adelante del paciente.

Generalmente se asocian a alteraciones del desarrollo musculoesquelético en la infancia/adolescencia, pero también existe una forma que se origina en la edad adulta como consecuencia de procesos degenerativos-artríticos, la denominada 'escoliosis de novo'.

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La escoliosis y la hiperkiosis a una edad temprana afectan a alrededor del 7-8 % de la población

En la mayoría de los casos no tienen causa conocida (forma idiopática) pero probablemente exista una predisposición hereditaria.

Más raramente, pueden asociarse a alteraciones de la formación vertebral (congénitas), trastornos neuromusculares o síndromes genéticos.

La forma más común de escoliosis idiopática es la escoliosis adolescente, es decir, se desarrolla alrededor de los 10 años y puede progresar hasta el final de la madurez esquelética, que ocurre entre los 17 y los 19 años.

Por lo tanto, es crucial evaluar a los pacientes en este grupo de edad.

En la población adulta, por el contrario, una espinal la deformidad puede ser la evolución de una forma juvenil o ser la consecuencia de cambios artríticos comunes que se desarrollan con la edad.

De hecho, se estima que alrededor del 60 por ciento de los adultos tienen columna vertebral problemas que van desde discos 'simples' herniados o protuberantes hasta estrechamiento del canal espinal, inestabilidades vertebrales y formas más o menos severas de hiperclifosis y escoliosis.

La escoliosis y la hiperclifosis en jóvenes/adolescentes suelen ser asintomáticas

Es decir, el paciente no experimenta ningún dolor de espalda o malestar particular durante sus actividades diarias, excepto cuando la situación ha alcanzado un nivel moderado o severo.

Sin embargo, existen algunos signos que pueden hacer sospechar la presencia de una deformidad de la columna: asimetría de los hombros, omóplatos y pelvis, diferencia de longitud de los miembros, prominencia de las costillas y la caja torácica, asimetría de los músculos de la espalda, presencia de una excesiva curvatura de la espalda.

La evaluación de estas anomalías debe ser realizada periódicamente por el pediatra/médico quien, si lo considera necesario, debe derivar al joven paciente al especialista en ortopedia para una mayor investigación.

En los adultos, en cambio, el síntoma más común es el dolor de espalda en la región lumbar y/o dorsal, pero a menudo pueden asociarse otras molestias como dolor en las piernas, ciática y cruralgia, o dificultad progresiva para caminar y mantener un buen equilibrio.

Es muy importante llegar al diagnóstico lo antes posible para implementar todas las herramientas útiles para ralentizar o detener su evolución.

Sin duda, esto se puede hacer confiando en la consulta de un médico especializado en ortopedia.

Investigaciones diagnósticas de escoliosis e hipercifosis

El examen de primer nivel para hacer un diagnóstico de 'observación del grado de osificación de la cresta ilíaca.

Esto afecta la duración del seguimiento del paciente o el uso de aparatos ortopédicos correctivos.

Los exámenes de segundo nivel que puede solicitar el especialista son: TAC, útil para evaluar cualquier anomalía en la estructura de las vértebras y la conformación de los elementos vertebrales; Imagen por Resonancia Magnética, que puede evaluar las características de la médula espinal y es útil para investigar la presencia de otros problemas de la columna vertebral a veces asociados, como hernias o degeneración de los discos intervertebrales, estrechamiento del canal vertebral, colapso e inestabilidad vertebral. , tumores de la columna vertebral o tejidos cercanos.

Tratamiento conservador

En formas juveniles, para curvas escolióticas leves (15-20°), no hay tratamiento particular a realizar.

Se recomienda al paciente realizar actividad física para el fortalecimiento simétrico de los músculos que sostienen la columna vertebral, con evaluación clínica cada 4-6 meses y posible control radiográfico a criterio del especialista.

Para curvas moderadas, entre 20° y 35-40°, el tratamiento consiste en el uso de ortesis/aparatos ortopédicos hechos a medida, cuyo tipo depende principalmente de la ubicación de la curva.

La combinación de gimnasia correctiva está indicada para mejorar la eficacia del corsé y la elasticidad de la columna.

Si la curva escoliótica es mayor de 35-40° o existe una hipercosis mayor de 70°, por retraso en el diagnóstico o fracaso del tratamiento conservador, muchas veces es necesario el tratamiento quirúrgico.

Incluso si el paciente joven es asintomático, existe una probabilidad muy alta de empeorar en la edad adulta, lo que resulta en síntomas incapacitantes.

En adultos, el tratamiento con corsé no es útil ya que la madurez esquelética alcanzada no permitiría ningún tipo de mejora en la deformidad.

En su lugar, se recomienda el refuerzo de los músculos posturales y se suelen utilizar terapias médicas (medicamentos antiinflamatorios, analgésicos o infiltraciones) o fisioterapia con el uso de corrientes antálgicas, magnetoterapia o tecarterapia.

Tratamiento quirúrgico

El objetivo principal de la cirugía es detener la progresión de la deformidad y, secundariamente, corregirla.

De hecho, la cirugía de 'artrodesis' tiene como objetivo permitir la fusión ósea del tracto espinal deformado después de maniobras de desrotación y corrección.

En las formas adultas, también se realiza cirugía para paliar los síntomas que suelen asociarse a la presencia de inestabilidad vertebral, estenosis de canal y hernias discales, si han fracasado los tratamientos conservadores. El objetivo en este caso es mejorar la calidad de vida del paciente.

Se trata de procedimientos quirúrgicos complejos, bajo anestesia general, que requieren un trabajo en equipo multidisciplinar, a realizar en centros especializados en cirugía de columna.

Los grandes avances en cuanto a técnicas quirúrgicas menos invasivas, instrumentos más fiables y procedimientos de monitorización anestesiológica y neurológica cada vez más refinados han permitido minimizar las complicaciones asociadas a este tipo de cirugía y acelerar la recuperación postoperatoria.

Sin embargo, como se ha mencionado, se debe proponer la cirugía en aquellos pacientes en los que los tratamientos conservadores han fracasado o existe una reducción significativa de la calidad de vida.

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Fuente

brugnoni

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