Deformidades del pie: metatarso aducto o metatarso varo

Presente desde el nacimiento, el metatarso aducto es una alteración de la parte anterior del pie. Los huesos están inclinados hacia adentro y le dan al pie una forma de C característica.

El metatarso aducto es la forma menos grave de pie zambo congénito

Ocurre por igual en hombres y mujeres y afecta ambos pies en la mitad de los casos.

Afecta aproximadamente a 1-2 bebés por cada mil.

La alteración afecta principalmente a los metatarsianos (es decir, los huesos de la parte media del pie), que se encuentran exageradamente inclinados hacia adentro (aducidos).

Como resultado, la parte frontal (delantera) del pie se dobla hacia adentro.

En un 2-4% de los casos, y especialmente en niñas, puede estar asociado a una displasia congénita de cadera, por lo que conviene realizar un cribado ecográfico.

Se desconoce la causa del metatarso aducto

Sin embargo, la familiaridad con la enfermedad es común y puede estar presente en los padres o hermanos.

La deformidad está presente al nacer; la parte delantera del pie está doblada hacia adentro (aducción) pero no hacia abajo o con el tobillo girado hacia adentro como es el caso del pie zambo congénito.

El pie pequeño es curvo en forma de C con la prominencia (convexidad) hacia el exterior y la concavidad hacia el interior, con un característico pliegue (ranura) en la parte media.

El dedo gordo del pie está más o menos separado del segundo dedo y mira hacia adentro.

Cuando no se trata, el metatarso aducto le da al niño una marcha característica de los dedos del pie hacia adentro.

Esta condición se puede identificar ya durante el embarazo durante el ultrasonido morfológico.

Se confirma al poco tiempo del nacimiento con el examen ortopédico: el antepié, es decir, la parte anterior del pie, está aducido, protruyendo más la parte externa debido a la mayor inclinación del último metatarsiano (el quinto).

En algunos casos, las anomalías pueden aclararse mejor mediante un examen radiográfico de los pies.

Las anomalías esqueléticas y su rigidez definen el grado de deformidad, permitiendo distinguir formas más o menos graves.

En las formas más leves de metatarsus adductus -la gran mayoría- el pie es flexible y la deformidad se corrige fácilmente de forma manual.

Estas formas tienden a curarse espontáneamente durante el crecimiento, sin necesidad de terapia o uso de aparatos ortopédicos.

En algunos casos, la corrección puede acelerarse por recomendación del especialista por parte de los propios padres mediante manipulaciones suaves, realizadas varias veces al día, sujetando suavemente el calcáneo con una mano y ejerciendo presión sobre el antepié para corregir la aducción.

Para formas intermedias se pueden aplicar aparatos ortopédicos específicos (Bebax)

Para casos más severos de metatarso adductus, es decir, con una deformidad rígida que no se puede corregir manualmente, la aplicación de un yeso femoro-podal (es decir, extendido desde el pie hasta la raíz del muslo) con rodilla flexionada puede ser apropiado, con forma para lograr una corrección progresiva durante varias semanas (generalmente 3-4).

Muy raramente, el tratamiento quirúrgico es necesario.

Una vez corregido, el metatarsiano aducido no vuelve a aparecer.

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Fuente

el niño Jesús

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