Insuficiencia renal crónica: causas, síntomas y tratamiento

La insuficiencia renal crónica consiste en una disminución progresiva, lenta y persistente de la función renal debida a la destrucción irreversible de las unidades funcionales del riñón (nefronas formadas por glomérulos, túbulos y vasos, indispensables para la eliminación de la orina y que suman alrededor de un millón por riñón en una persona sana) y la consiguiente disminución de la tasa de filtración de estas unidades (filtrado de glomérulos o GFR)

Las causas de la insuficiencia renal

La insuficiencia renal se inicia por una patología inicial que ha afectado y sigue afectando a una o más estructuras de la nefrona, a lo que hay que sumar ciertos mecanismos lesionales adaptativos.

Las enfermedades más importantes que pueden inducir enfermedad renal crónica y posteriormente insuficiencia renal (tasas de incidencia entre paréntesis) son:

  • Diabetes (45-50%): nefropatía diabética con pérdida de proteínas.
  • Hipertensión arterial (27-30%): glomeruloesclerosis.
  • Glomerulonefritis (12-15%): primaria, secundaria, hereditaria.
  • Enfermedades del intersticio renal: pielonefritis crónica, etc.
  • Enfermedades quísticas: riñón poliquístico, enfermedad medular renal quística.
  • Diversas causas: cálculos renales bilaterales, hipertrofia prostática, dislipemia, etc.

Insuficiencia renal: mecanismos de daño y diagnóstico.

La destrucción irreversible de la población de nefronas hace que la eliminación de solutos (productos residuales del metabolismo) en el riñón sea insuficiente.

La reducción en la tasa de progresión depende del tipo de patología que la inició, pero especialmente de la terapia más temprana aplicada.

Unidades de nefronas que todavía están anatómica y/o funcionalmente intactas 'hiperfunción' para compensar, en la medida de lo posible, una bioquímica alterada y ya no constante del organismo.

A medida que avanza el número de nefronas ineficientes, el valor del filtrado glomerular (expresado como aclaramiento de creatinina) disminuye, mientras que la creatininemia aumenta (valores normales: 0.8-1.12 mg/dl).

La insuficiencia renal crónica induce en el organismo, de forma progresiva y lineal, una pérdida del equilibrio normal con importantes repercusiones, como la retención de productos residuales del metabolismo proteico (urea, ácido úrico, creatinina, etc.), el cambio de acidez -equilibrio de bases, retención agua-sal y reducción de la eliminación y producción de ciertas hormonas.

Esta tendencia debe ser monitoreada cuidadosamente con investigaciones de laboratorio frecuentes.

Cuando ciertos intentos de compensación, a pesar de los tratamientos dietéticos y farmacológicos, ya no resultan efectivos (¡mientras tanto continúa la enfermedad renal!) para eliminar total o parcialmente las sustancias derivadas de un metabolismo profundamente alterado, entonces comienzan a aparecer los signos y síntomas clínicos que en conjunto darse cuenta del cuadro definido como uremia o ESDR (End Stage Disease Renal).

Llegado este punto, ha llegado el momento de la reposición (diálisis y trasplante).

De lo dicho se deduce que la afectación patológica del tejido renal es sutil, produce cuadros clínicos borrosos incluso durante años y generalmente, al menos en las primeras etapas, no preocupa al paciente y, lamentablemente, a algunos médicos tampoco.

Esto se puede distinguir y describir, de acuerdo con un tiempo progresivo, en cinco etapas.

¡El diagnóstico precoz no es fácil en nefrología!

Además de la reducción progresiva de la función renal, también se ha documentado en los últimos años una relación con una significativa e importante morbimortalidad cardiovascular favorecida por la propia enfermedad renal crónica.

Se enfatiza el concepto del papel agresivo y por tanto agravante que juegan los factores de riesgo cardiovascular que casi siempre están presentes aunque no sean causales (hipertensión arterial, diabetes, dislipemia).

El estudio de las proteínas urinarias constituye un valioso marcador de patología en curso, pero al mismo tiempo representan un factor de riesgo de morbimortalidad.

A la luz de estas consideraciones, surge la importancia de los datos de laboratorio para estudiar los sistemas alterados individuales y la evolución de la enfermedad.

Insuficiencia renal, los principales puntos a considerar se enumeran a continuación:

  • estudio y tratamiento de la enfermedad renal inicial, con el fin de reducir su agresividad, especialmente en los riñones;
  • exámenes que estiman la función renal y la velocidad de la vía de regresión (creatininemia, aclaramiento de creatinina mediante fórmulas especiales y evaluación de 24 horas de pérdida de proteínas urinarias o proteinuria);
  • estudio de los reflejos que produce en el organismo la disminución de la función renal y que se convierten en condiciones que pueden facilitar aún más el deterioro funcional de los riñones (alteraciones en el hemograma, hormonas como la parathormona, electrolitos como sodio, potasio y calcemia, estudio glicolipídico , uricemia, etc.).

No es necesario mencionar la prueba de orina, que es insustituible, valiosa y de bajo costo para la detección, verificación o exclusión de muchas formas de morbilidad.

Este examen de laboratorio proporciona mucha información, incluyendo el funcionamiento de los riñones y la detección de patologías renales o extrarrenales, para ser verificada por otras investigaciones.

A menudo es necesario recolectar orina de 24 horas para realizar algunas investigaciones importantes (estudio de proteínas, electrolitos, etc.).

En conclusión, los individuos con insuficiencia renal crónica no se quejan de trastornos excepto en las fases terminales o urémicas, pero es sólo el laboratorio el que tempranamente los 'condena' con los profundos cambios corporales asociados.

Los resultados del laboratorio, por tanto, tienen una función insustituible, y el enfoque terapéutico (estilo de vida y medicación) debe basarse en estos datos, para retrasar la fase de sustitución (diálisis y trasplante) incluso por muchos años.

Tratamiento para pacientes con insuficiencia renal crónica

La terapia se enfoca tanto en el tratamiento de la enfermedad que indujo la enfermedad renal como en la dieta y la terapia con medicamentos para ralentizar (¡no curar!) la reducción de la función renal.

La dieta está ligada esencialmente a la reducción de proteínas, dando preferencia a las definidas como 'nobles', ya que no son producidas por el organismo y están contenidas en buenos porcentajes en peces y animales de granja.

Con la reducción preventiva y modulada de la ingesta proteica, es decir, en relación con la reducción de la función renal, se comprobó que disminuía el efecto nocivo ligado a la hiperfiltración y al mismo tiempo se ralentizaba la disminución de la función renal.

Obviamente, además de la reducción de proteínas, se deben 'ajustar' otros alimentos en cantidad y calidad, tanto para el 'control renal' como para posibles enfermedades cerebro-cardio-vasculares.

Los medicamentos ayudan a retrasar la progresión del daño renal. En particular, las sustancias antihipertensivas, como los inhibidores de la ECA o los antagonistas de los receptores de la angiotensina II, inducen un buen resultado debido a su acción principal, que es dilatar la arteriola eferente del glomérulo.

Algunos bloqueadores de los canales de calcio pueden combinarse, ya que tienen actividad antihipertensiva, pero también una acción sobre un 'músculo' que conduce a una reducción de la contracción a nivel glomerular al reducir la hiperfiltración.

Finalmente, no debe olvidarse que algunos factores extrarrenales pueden dañar aún más el riñón y contribuir a una progresión más rápida a la insuficiencia renal terminal.

Esto implica a menudo 'normalizar' la presión arterial elevada (normalmente son suficientes los mismos fármacos que actúan a nivel glomerular), la hiperuricemia, la dislipidemia en sus diversas presentaciones y el metabolismo calcio-fósforo alterado.

Lea también:

Emergency Live Aún más… Live: Descargue la nueva aplicación gratuita de su periódico para IOS y Android

Cálculos renales: qué son, cómo tratarlos

La creatinina, la detección en sangre y orina indica la función renal

¿Cómo mantener sus riñones sanos?

Cambios de color en la orina: cuándo consultar a un médico

Cálculo urinario pediátrico: qué es, cómo tratarlo

Niveles altos de leucocitos en la orina: ¿cuándo preocuparse?

El color de la orina: ¿Qué nos dice la orina sobre nuestra salud?

Tratamiento de reemplazo de la función renal: diálisis

Fuente:

Páginas médicas

Quizás te interese