Retropié valgo: una visión general del pie prono

El valgo del retropié, a veces también llamado pie prono o valgismo del pie, es una malformación que afecta a un alto porcentaje de la población mundial.

Sin embargo, al ser una afección que suele manifestarse de forma leve, suele pasar desapercibida.

El trastorno afecta a la estructura ósea del pie, provocando múltiples alteraciones biomecánicas y posturales.

Para recibir un tratamiento eficaz, es importante hacer un diagnóstico correcto a una edad temprana y proceder con la terapia adecuada.

Descubre todo lo que necesitas saber sobre el retropié valgo en este artículo.

¿En qué consiste el valgo del retropié?

En primer lugar, veamos con más detalle qué significa el concepto de retropié.

El término 'retropié' se refiere a dos huesos específicos: el calcáneo y el astrágalo.

Mientras que el primero, además del astrágalo, está en contacto directo con el suelo y los segmentos óseos del mediopié, el segundo descansa sobre el calcáneo.

El retropié valgo es una condición patológica del pie en la que se puede observar desde una vista posterior una inclinación anormal del calcáneo hacia adentro, causada por un deslizamiento del astrágalo hacia abajo y hacia la línea media.

La condición de valgo del pie no debe confundirse con varo.

Se habla de varo, en efecto, cuando los pies tienden a alejarse de la línea media y la planta del pie se inclina hacia afuera.

Un valgo del retropié a menudo se asocia con un pie plano en el que la posición incorrecta tiende a bajar anormalmente el arco plantar, lo que hace que la planta descanse completamente en el suelo y se aplane.

Esta condición puede manifestarse con diferentes grados de severidad según el grado de inclinación y causar diferentes síntomas según el caso.

De hecho, es posible que la persona que padece pie valgo no experimente molestias ni dolor de ningún tipo.

Sin embargo, la afección puede afectar el bienestar general del cuerpo y provocar complicaciones secundarias.

Entre las posibles consecuencias del retropié valgo se encuentran

  • Lordosis lumbar, causada por rotación interna del miembro inferior y anteversión de la pelvis.
  • El desarrollo de la rodilla en valgo, lo que resulta en una sobrecarga del menisco medial y una tensión excesiva del ligamento colateral.

Causas del valgo del retropié

Las causas del valgo del retropié se pueden dividir en dos categorías. En un gran número de casos, el retropié valgo es una condición congénita, en la que el aplastamiento plantar ya está presente al nacer debido a una malformación del calcáneo o por lo que comúnmente se conoce como 'pie plano fetal'.

Más frecuentemente, sin embargo, el retropié en valgo tiene causas postraumáticas, es decir, relacionadas con una lesión a nivel estructural del calcáneo o una falla de las estructuras del ligamento capsular.

Estas lesiones pueden ser el resultado de:

  • fracturas;
  • Parálisis;
  • Procesos inflamatorios;

Insuficiencia de los músculos activadores del pie: es el caso de sobrecargas o déficits de las estructuras ligamentosas durante el desarrollo normal de la adolescencia;

Neoplasias

¿Cuáles son los principales síntomas del valgo del retropié?

Como se mencionó anteriormente, las personas que sufren de retropié valgo pueden no presentar síntomas dolorosos durante mucho tiempo, aunque varias manifestaciones del trastorno pueden servir como campanas de alarma, que incluyen:

  • Túnel tarsiano o metatarsalgia, caracterizado por dolor localizado a nivel de los metatarsianos.
  • Fascitis plantar, también llamada talonitis, caracterizada por dolor a nivel del talón.
  • Hallux valgus, causado por un empuje alterado en los metatarsianos, que tiende a acentuar el empuje en el dedo gordo del pie.

Otros síntomas que pueden surgir debido a un pie en valgo son

  • Dolor, muchas veces más agudo en las primeras horas de la mañana debido al reposo prolongado, que provoca rigidez en la fascia plantar y estructuras ligamentosas o fuerza a zonas vecinas como tibia, zona retromaleolar y tobillo.
  • Hinchazón, provocada por la inflamación de la zona, sujeta a una incorrecta distribución del peso.
  • Inflamación de los tendones.

A menudo, sobre todo en los casos en que la inclinación es muy pronunciada, es posible hacer una sospecha diagnóstica de la presencia de un retropié valgo simplemente observando el calzado.

De hecho, sucede con mucha frecuencia, en particular con los zapatos con suelas blandas, que estas últimas tienden a desgastarse o incluso a deformarse hacia la parte interna del pie.

¿Cómo se hace el diagnóstico?

Como ya se ha destacado anteriormente, es muy importante realizar un diagnóstico precoz tanto cuando existe un tipo congénito de valgo del retropié como en los casos en los que la afección se manifiesta tras una lesión. De esta forma, no solo se puede hacer más efectivo el tratamiento, sino que se puede evitar que la condición empeore o dé lugar a otras condiciones patológicas graves.

Por ello es necesario consultar a un médico especialista, en este caso un podólogo, para obtener un diagnóstico correcto y establecer un plan de tratamiento efectivo.

Cabe señalar, sin embargo, que en los casos en los que el retropié es congénito, no se puede diagnosticar antes de los tres años, ya que sólo a esa edad la bóveda plantar adquiere una forma estable.

En primer lugar, el podólogo buscará la causa que ha llevado al origen del retropié valgo y posteriormente cuantificará el grado de pronación mediante determinadas pruebas manuales y el test baropodométrico.

Además, no se excluye que el médico pueda solicitar otras pruebas instrumentales, como una radiografía del retropié, para evaluar la deformidad desde el punto de vista óseo.

¿Cuáles son los tratamientos para corregir el valgo del retropié?

En presencia de síntomas dolorosos, se aconseja al paciente que coloque compresas de hielo en la zona dolorida durante diez minutos por la mañana y por la noche.

Además, es de gran ayuda aplicar cremas antiinflamatorias en la zona afectada con un masaje circular.

Además, se recomienda encarecidamente prestar atención al tipo de calzado usado, prefiriendo aquellos con una parte trasera más rígida que la delantera.

Este tipo de calzado corrige los defectos de la marcha y proporciona una mayor sujeción a todo el pie.

Estos, sin embargo, son solo remedios temporales que deberán combinarse con tratamientos correctivos que pueden dar resultados a largo plazo.

Veamos cuales son.

Fisioterapia para corregir el valgo del retropié

Los objetivos principales de la fisioterapia para el retropié valgo son reducir el dolor, fortalecer los músculos y prevenir las recurrencias.

Corregir la marcha y las malas posturas del paciente, para prevenir inflamaciones y otros problemas relacionados, es el objetivo último del tratamiento fisioterapéutico.

La terapia antiálgica, que hace uso de instrumentos específicos, es particularmente útil y promete resultados efectivos.

Se utilizan tecnologías como Tecaterapia, láser de alta potencia y ultrasonidos.

En algunos casos, se pueden realizar vendajes en puntos específicos para reducir los síntomas y promover el reequilibrio.

Los masajes manuales, los ejercicios de estiramiento y los tratamientos de los puntos gatillo, muy útiles en el proceso de reeducación, también forman parte de los tratamientos fisioterapéuticos para la corrección del retropié valgo.

El trabajo de reeducación se centra en fortalecer los músculos de la pantorrilla, los rotadores externos de la cadera, los glúteos y los músculos de la bóveda plantar, con el objetivo de realinear la postura incorrecta.

Entre las terapias más útiles en el caso del valgismo del pie se encuentra la reeducación postural mediante el método Mezieres, también conocida como Rehabilitación Morfológica o Postural.

Sin embargo, en algunos casos más graves, la fisioterapia no es suficiente para tratar la deformidad.

Cirugía para solucionar el valgo del retropié

La cirugía se convierte en una opción obligatoria en los casos en los que el valgo del retropié es severo y crea demasiados problemas que no pueden resolverse con otros tratamientos.

La cirugía propuesta con más frecuencia es la corrección mediante un tornillo astrágalo.

Este tipo de cirugía interviene directamente sobre el atrágalo, el hueso que hace de nexo entre el pie y la pierna y conecta la tibia y el peroné con el calcáneo.

Su función lo hace fundamental en la distribución del peso del pie.

La operación quirúrgica consiste en la instalación de un tornillo que permitirá restablecer y corregir a la perfección la posición y los movimientos, haciendo que el sujeto asuma la postura correcta.

Después de la operación, caminar, gracias a un tipo especial de calzado, será posible de inmediato.

Sin embargo, la marcha tendrá que ser controlada y no excesiva ya que es fundamental observar un periodo de descanso para un correcto proceso de cicatrización.

No es posible dar un marco de tiempo preciso para el pronóstico ya que el período de rehabilitación varía según la edad del paciente, la invasividad de la operación y otros factores impredecibles.

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