Hipoxemia: significado, valores, síntomas, consecuencias, riesgos, tratamiento
El término "hipoxemia" se refiere a una disminución anormal en el contenido de oxígeno en la sangre, causada por una alteración en los intercambios de gases que ocurren en los alvéolos pulmonares.
Sobre la hipoxemia: valores normales y patológicos
La hipoxemia se produce cuando la presión parcial de oxígeno en la sangre arterial (PaO2) es inferior a 55-60 mmHg y/o la saturación de oxígeno de la hemoglobina (SpO2) es inferior al 90%.
Recuerde que la saturación de oxígeno normalmente oscila entre el 97% y el 99% en sujetos sanos, mientras que puede ser fisiológicamente más baja en los ancianos (alrededor del 95%) y severamente más baja (en o por debajo del 90%) en sujetos con enfermedades pulmonares y/o circulatorias.
Si la PCO2 está por encima de 45 mmHg al mismo tiempo, se produce hipoxemia junto con hipercapnia, es decir, un aumento anormal de la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la sangre.
Los valores normales de PaO2 varían mucho según la edad (más altos en los jóvenes, más bajos en los ancianos), pero normalmente se encuentran entre 70 y 100 mmHg: una PaO2 por debajo de 70 mmHg revela hipoxia leve, mientras que por debajo de 40 mmHg indica hipoxia particularmente grave. hipoxemia.
Causas
La hipoxemia es causada por una disminución anormal y más o menos severa en el intercambio de gases entre la sangre y la atmósfera que ocurre en los alvéolos pulmonares; esta alteración se presenta por diversas causas, agudas y crónicas.
Causas de la hipoxemia aguda
- asma;
- edema pulmonar;
- neumonía;
- neumotórax
- dificultad respiratoria síndrome (SDRA);
- embolia pulmonar;
- mal de montaña (por encima de los 2,500 metros de altitud);
- fármacos que deprimen la actividad de los centros respiratorios, por ejemplo, narcóticos (como la morfina) y anestésicos (como el propofol).
Causas de la hipoxemia crónica:
- enfisema;
- fibrosis pulmonar;
- Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC);
- neoplasias pulmonares;
- enfermedades pulmonares intersticiales;
- defectos cardíacos congénitos;
- lesiones cerebrales.
Síntomas y signos
La hipoxemia en sí misma es un signo de una enfermedad o condición; Según la causa, la hipoxemia puede estar asociada con varios síntomas y signos, que incluyen:
- cianosis (piel azulada);
- piel de color rojo cereza;
- malestar general;
- disnea (dificultad para respirar);
- respiración de Cheyne-Stokes;
- apnea;
- hipertensión arterial;
- arritmias
- taquicardia;
- fibrilación ventricular;
- paro cardiaco;
- Confusión;
- tos
- hemoptisis (emisión de sangre de las vías respiratorias);
- taquipnea (aumento de la frecuencia respiratoria);
- transpiración;
- astenia (falta de fuerza);
- dedos hipocráticos (baquetas);
- baja saturación de oxígeno;
- baja presión parcial de oxígeno en la sangre.
- coma y muerte en los casos más graves.
No todos los síntomas enumerados están siempre presentes al mismo tiempo.
En el caso de hipercapnia simultánea, también se puede experimentar:
- enrojecimiento de la piel;
- frecuencia cardíaca elevada;
- extrasístoles;
- espasmos musculares
- actividad cerebral reducida
- aumento de la presión arterial;
- aumento del flujo sanguíneo cerebral;
- dolores de cabeza;
- confusión y letargo;
- aumento del gasto cardíaco.
En el caso de hipercapnia severa (PaCO2 generalmente superior a 75 mmHg), los síntomas progresan a desorientación, pánico, hiperventilación, convulsiones, pérdida del conocimiento e incluso pueden conducir a la muerte.
Recuerde, sin embargo, que la hipoxemia es, en promedio, más severa y fatal que la hipercapnia.
Consecuencias
La posible consecuencia de la hipoxemia es la hipoxia, es decir, una disminución de la cantidad de oxígeno disponible en el tejido, lo que puede provocar la necrosis (es decir, la muerte) del tejido donde se produce, ya que el oxígeno es necesario para la supervivencia celular.
La hipoxia puede ser 'generalizada' (es decir, afectando a todo el organismo) o 'basada en tejidos' cuando la deficiencia de oxígeno afecta a un tejido específico del organismo (por ejemplo, la temida hipoxia cerebral, que puede provocar daños irreparables e incluso la muerte en los casos más graves). ).
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la anamnesis, la exploración objetiva y una serie de posibles pruebas de laboratorio y de imagen (como la radiografía de tórax o la endoscopia).
Dos parámetros básicos para establecer el estado de hipoxemia son:
- saturación de oxígeno (SpO2): medida con un medidor de saturación (una especie de pinza de ropa que se aplica durante unos segundos en un dedo, de forma no invasiva);
- presión parcial de oxígeno en sangre arterial (PaO2): medida con análisis de hemogas, una prueba más invasiva en la que se extrae sangre de la muñeca del paciente con una jeringa.
Según la edad del paciente y la PaO2 mmHg, la hipoxia se clasifica en leve, moderada o grave:
- hipoxia leve: PaO2 de aproximadamente 60 – 70 mmHg (por debajo de 80 mmHg si el paciente es menor de 30 años);
- hipoxia moderada: PaO2 40 – 60 mmHg;
- hipoxia grave: PaO2 < 40 mmHg.
Los valores de SpO2 se correlacionan con los valores de PaO2: un valor de SpO2 del 90% generalmente se correlaciona con un valor de PaO2 de menos de 60 mmHg.
Terapia
El paciente hipoxémico debe ser tratado previamente con administración de oxígeno (oxigenoterapia) y, en casos graves, con ventilación asistida.
En segundo lugar, debe determinarse la causa subyacente y tratarse específicamente esta causa, por ejemplo, en el caso de asma grave, el paciente debe recibir broncodilatadores o corticosteroides inhalados.
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