Verrugas anales (condiloma): cómo reconocerlas y eliminarlas

Las verrugas anales, también llamadas condilomas acuminados, verrugas venéreas o crestas de gallo, son crecimientos de forma irregular que afectan el área alrededor del ano y pueden afectar tanto a mujeres como a hombres.

Causas de las verrugas anales

Los condilomas anales son causados ​​por la infección por VPH (Virus del Papiloma Humano), un virus que hoy en día está más extendido de lo que se piensa y se transmite principalmente por vía sexual.

Hay 120 especies de Papillomavirus, divididas en 16 grupos.

Sin embargo, solo nueve tienen un mayor riesgo de conducir al desarrollo de neoplasias (cepa 6-11-16-18-31-33-45-52-58).

En la mayoría de los casos, por lo tanto, el virus provoca infecciones que no son graves e incluso pueden retroceder espontáneamente.

En otros casos, sin embargo, puede provocar el desarrollo de lesiones, a saber, condilomas anales, que si no se tratan pueden degenerar en formas cancerosas.

Se estima que alrededor del 70% de la población entra en contacto con el VPH al menos una vez en su vida.

De estos, afortunadamente, solo una pequeña proporción desarrolla la enfermedad.

De hecho, el riesgo de infectarse después de una sola relación sexual completa con una persona con VPH positivo es de alrededor del 4 %.

Pueden pasar muchos meses o incluso años entre el contacto con el virus y la manifestación de la infección', prosigue el especialista.

Cómo reconocer las verrugas anales

Los condilomas anales varían en forma, color y tamaño:

  • pequeños crecimientos de color marrón rosado, únicos o múltiples;
  • masas de color blanco rosado más grandes o más pequeñas;
  • Lesiones fungiformes o en forma de coliflor.

Su ubicación también puede variar y afectar a diversas partes del cuerpo, tanto masculino como femenino.

Normalmente se desarrollan en la zona perianal, pero también pueden extenderse hasta el canal anal llegando a la mucosa rectal.

Otras zonas que pueden verse afectadas por estas lesiones son:

  • el glande, la uretra, el escroto en los hombres;
  • la vulva y el cuello uterino vaginal en las mujeres;
  • la boca y la laringe en ambos.

Síntomas de las verrugas anales

Generalmente asintomáticos, los condilomas anales, con el tiempo, pueden causar prurito y ardor, anal o perianal, y hacerse palpables durante la higiene personal.

Condiloma anal, el diagnóstico

En el caso de síntomas como los mencionados anteriormente, o si se ha tenido relaciones sexuales sin protección con alguien que tiene la infección, es fundamental someterse a un examen proctológico especializado para evaluar el problema y definir el tratamiento más adecuado.

En asociación con el examen de proctología, también puede ser útil realizar una anoscopia, un examen que permite observar la última parte del canal anal y buscar lesiones que de otra manera no podrían identificarse.

Su diagnóstico precoz es muy importante porque, si no se tratan durante mucho tiempo, pueden convertirse en tumores de ano, enfermedad cuya incidencia se estima que se ha cuadruplicado en los últimos 20 años y que en el 85% de los casos es asociado con la infección por VPH.

También se recomienda el examen histológico para confirmar la sospecha clínica de condiloma.

Tratamiento

Los condilomas anales se pueden tratar de diferentes maneras dependiendo de su ubicación, número y tamaño:

  • Terapia médica: consiste en la aplicación local de cremas específicas durante unas semanas. Este tratamiento tiene una tasa de éxito de alrededor del 60%. Sin embargo, puede causar enrojecimiento y ardor, especialmente en los sitios más delicados como el glande y la vagina. La tasa de recurrencia varía entre 6.5% y 55%;
  • terapia con interferón: está indicada en personas inmunodeprimidas;
  • extirpación quirúrgica por láser, bisturí electroquirúrgico o bisturí quirúrgico: según la localización y el número de lesiones, puede ser ambulatoria, con anestesia local, o precisar ingreso en ambulatorio, con espinal anestesia, en el caso de enfermedad más extensa. El tratamiento quirúrgico no es curativo, pero sirve para mantener la enfermedad 'bajo control'. Para ello, el paciente y su pareja deben seguir un programa de seguimiento con anoscopia dos veces al año.

Prevención de la infección por VPH

Para prevenir la infección por VPH y, por tanto, el riesgo de desarrollar condilomas anales, se recomienda encarecidamente el uso de preservativos en todas las relaciones sexuales: vaginales, anales e incluso orales.

No garantiza una protección al 100%, pero también ayuda a prevenir otras enfermedades de transmisión sexual (Clamidia, Gonorrea, VIH, Sífilis, etc.).

La prevención también se realiza a través del diagnóstico precoz, que consiste en realizar, ante la presencia de factores de riesgo, de:

  • prueba de Papanicolaou anal;
  • anoscopia de alta resolución;
  • prueba de VPH

Las directrices europeas, en particular, recomiendan, para las mujeres, controles regulares mediante examen ginecológico y prueba de Papanicolaou.

El arma extra: la vacunación

Desde hace algunos años, se dispone de una vacuna contra el VPH, que también es responsable del cáncer de cuello uterino en las mujeres.

Es una vacuna segura, dirigida contra las 9 cepas con mayor poder oncogénico (cepa 6-11-16-18-31-33-45-52-58).

La vacunación también es recomendable para aquellos que ya han estado expuestos al virus del papiloma, ya que protege contra cepas a las que la persona puede no haber estado expuesta.

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Fuente:

GSD

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